El 14 de mayo de 1716 fue fundada la ciudad de San Isidro de Curuguaty, simplemente conocida como Curuguaty. La ciudad está situada en el departamento de Canindeyú, que en su momento fue la capital del Paraguay durante la Guerra contra la Triple Alianza.
Según el Dirección General de Estadística, Encuestas y Censo (DGEEC), con datos del 2019, la ciudad cuenta con poco más de 76.000 habitantes y una superficie total de 3.650 km².
Historia
Datos proporcionados por el municipio de Curuguaty señalan que durante la Guerra contra la Triple Alianza y ante el avance de los aliados en el territorio paraguayo, la ciudad fue declarada por el mariscal Francisco Solano López como capital del país.
Antes de su muerte, en marzo de 1870, el mariscal López se instaló en las orillas del arroyo Itandey, en la ciudad de Curuguaty. De ese lugar dirigió su ejército hacia la Cordillera del Amambay, donde libró las últimas batallas antes de morir en Cerro Corá.
Curuguaty, en la parte final de la guerra, fue devastada por las tropas brasileñas que formaban parte de la alianza que combatió contra el Paraguay. A pesar de ser arrasada, la ciudad fue resurgiendo lentamente hasta convertirse, en la actualidad, en una zona productiva y creciente en su economía.
Mauricio José Troche, conocido como uno de los próceres de mayo, nació en San Isidro de Curuguaty hacia 1790. Su papel en el proceso de Independencia del Paraguay del yugo español fue fundamental.
Turismo
El turismo genera mucha expectativa a la ciudad de Curuguaty y uno de los atractivos turísticos que cuenta el municipio es el Solar de Artigas. Es un local construido por el gobierno uruguayo en la casa donde vivió el Gral. José Gervasio Artigas, quien llegó al Paraguay en condición de refugiado político.
Actualmente, el municipio de Curuguaty se encarga de los cuidados respectivos del lugar, lo cual se da bajo los mandamientos de un convenio firmado con anterioridad.
Otro de los atractivos del turismo de la ciudad de Curuguaty es el museo con que cuenta el municipio. El museo fue hecho con materiales típicos de la zona y todos los materiales que se utilizaron para el efecto provinieron de las donaciones de los pobladores.
En el lugar son conservados los diversos materiales históricos como documentos de la época de Artigas, artículos industriales del 70, monedas y la rica muestra de culturas indígenas Avá Guaraní y Aché.
La ciudad de Curuguaty cuenta con amplios espacios verdes como los bosques, arroyos, ríos, esteros, los cuales forman parte de la naturaleza además del río Curuguaty,
El parque Lomas Valentinas es un lugar donde existe abundante naturaleza, que es visitado por los lugareños y de otros sitios del país. El sitio fue declarado de interés cultural y ambiental. En el parque se encuentra el conocido arroyo Ybycuí, lo cual se encuentra sobre la ruta PY03.
El arroyo Ybycuí presenta una variedad de saltos, los cuales están compuestos de piedras volcánicas y con la característica vegetación que se encuentra en la zona.
La economía
La ciudad de Curuguaty mantiene una economía muy diversa, principalmente a lo que se refiere a la agricultura, lo cual se conserva una amplia mayoría. Entre los cultivos que se registran dentro del municipio, se encuentran el girasol, el trigo, el sésamo, la estevia, algodón y la soja.
Otra de las actividades económicas que se desarrollan en Curuguaty se basa en la ganadería, donde se crían animales bovinos en su gran mayoría, caprinos, entre otros animales de ganado menor.
La explotación de la madera de parte de grandes empresas forma parte de la actividad económica que registra la zona, así como también la plantación, procesamiento y comercialización de la yerba mate.
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José Gervasio Artigas, un líder independentista que influyó en toda la región
Por Lourdes Torres
lourdes.torres@nacionmedia.com
En las últimas semanas el nombre de José Gervasio Artigas ha vuelto a tomar notoriedad en el país desde que llegaron las noticias desde el Uruguay el pasado 15 de marzo, cuando un grupo de unos veinte jinetes uruguayos partieron de la Plaza Independencia de Montevideo -sitio donde reposan en un mausoleo los restos del prócer uruguayo- rumbo a la ciudad de Asunción, Paraguay.
Esta travesía de más de 1.000 kilómetros la emprendieron con el objetivo de celebrar el centenario de la Escuela Artigas de Asunción este domingo 28 de abril. La institución educativa fue construida en honor al prócer libertario uruguayo que eligió estas tierras para la última etapa de su vida, que empezó con un asilo político.
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Esta escuela, ubicada al lado de la entrada principal del Jardín Botánico y Zoológico de la capital paraguaya (avenida Primer Presidente y Artigas), comparte el sistema educativo uruguayo y fue construida en homenaje al prócer José Gervasio Artigas, más de medio siglo después de su muerte.
Para conocer un poco más sobre este militar uruguayo que vivió tres décadas en Paraguay hasta su muerte en 1850, La Nación/Nación Media conversó con dos historiadores, quienes describieron al militar uruguayo, su liderazgo y el impacto de sus ideas políticas en la región.
Un líder independentista
El historiador y docente Herib Caballero Campos indicó que José Gervasio Artigas fue un líder independentista uruguayo que fundó la Liga de los Pueblos Libres y encabezó los procesos de lucha por la independencia de su país, ya que varios años después de comenzar el proceso de independencia en el continente, Uruguay seguía bajo la corona española.
Señaló que Artigas no vio independizarse a su país, ya que por persecución política solicitó asilo a la incipiente República del Paraguay en 1820, bajo la dictadura de José Gaspar Rodríguez de Francia. “José Gervasio Artigas se convierte en uno de los líderes semilleros de ese proceso de independencia, para la República Oriental del Uruguay”, afirmó.
Explicó que “si bien, controló una parte del territorio, no logró controlar todo el país. En ese tiempo vino la invasión portuguesa, que convirtió en provincia y recién la independencia plena del Uruguay se consiguió a finales de la década de 1820, pero ya con Artigas retirado de la actividad política”.
El historiador sostuvo que Artigas en un principio estuvo alojado en el convento de La Merced, luego fue confinado a la Villa San Isidro de Curuguaty, a 250 kilómetros de Asunción, y vivió ahí hasta la muerte de José Gaspar Rodríguez de Francia.
Tras la muerte del dictador, los cónsules Carlos Antonio López y Mariano Roque Alonzo le habían dado a Artigas la libertad de volver a Uruguay, teniendo esa potestad en mano, el ya anciano oriental rechaza una comitiva enviada por el gobierno uruguayo, diciendo que si fuera conveniente a la República (Paraguay) saldría, pero que no volvería a Uruguay, sino se quedaría en Corrientes.
“Artigas de edad avanzada, hizo ya toda su vida en el Paraguay, entonces no regresó a su país y fallece el 23 de setiembre de 1850 en Asunción, a la edad de 86 años. De hecho, formó familia con una mujer de apellido Gómez, y hay varios descendientes de Artigas en la zona de Limpio. En 1855 fueron repatriados sus restos a Montevideo”, acotó.
Influyó toda la región
El historiador Claudio Velázquez mencionó que José Gervasio Artigas es uno de los próceres más importantes de la gesta independentista del Uruguay, pero no solo en este país, si no también de varias zonas del Río de la Plata. Indicó que en la Argentina misma se lo considera también un prócer, entre los años 1810 a 1820, cuando se retira de la actividad política. “Fue una persona que peleó contra los portugueses, que peleó contra los porteños, por decir una forma, y que peleó también contra la corona española en el marco de la independencia de su país”, precisó.
Dijo que, así como tenía seguidores, también se hizo de un importante número de enemigos y tras graves derrotas a principio de 1820, es cuando toma ruta hacia el Paraguay. En ese proceso, Artigas que tenía un pensamiento político basado en ideas de pacto federal, decide formar parte de la Liga Federal, que era una unión de pueblos de Corrientes, Entre Ríos, Misiones, contra La Unión, que eran los porteños, y básicamente se embanderaban con un sistema unionista, más que un sistema federal.
“Allí es que sufre una segunda importante derrota, que es la batalla de las Tunas que, sumado a la anterior derrota en Tacuarembó, Uruguay; estas dos derrotas significaron una proscripción de Artigas y es en ese sentido que aplica esa figura de asilo político en la incipiente República del Paraguay que en ese momento estaba bajo la dictadura perpetua de Rodríguez de Francia”, indicó.
Velázquez resaltó que como muestra de libertario, una de sus anécdotas es que compró a un esclavo negro, Joaquín Lencina, más conocido como Ansina o negro Ansina, que inmediatamente le otorga la libertad al hombre, éste se vuelve su compañero de vida y amigo personal, que lo acompañó a Paraguay, incluso hasta el día de su muerte, ya como hombre libre, y falleció diez años después a los 90 años.
“En su lucha por la integración él siempre se embanderaba con la necesidad de que los pueblos se integren y trabajen por esa integración. También hay que destacar de Artigas que se embanderaba por la causa popular de los pueblos, que lo llevó a ser un caudillo importante, que acarreaba a su pueblo”, acotó.
Destacó que todas estas acciones han sido importantes para su figura, que incluso impactó en Paraguay, impresionando al dictador Francia, quien le permitió el asilo en el país. “El impacto de sus pensamientos no solo fue en su país, sino a nivel regional, de ahí que tiene tanto impacto en el Paraguay”, concluyó.
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Octavo, con mejor crecimiento entre 30 países. Leé la verdad
- Pablo Alfredo Herken Krauer
- pabloherken@yahoo.com
- Analista de la economía
En una economía mundial cuya producción aumenta al ritmo del 3,2 % (6,5 % en 2021), nuestra región madre América Latina y el Caribe (ALC) lo hace al paso del 2 % con un peso en el global mundial del 7,3 %, esto es comparando el valor del tamaño de las economías, con un dominio de fuerza de chinos y norteamericanos del 34 % en la cancha internacional.
En el mundo, la economía conjunta del Mercosur participa con un 3,2 % en la torta tierra. Y dentro de Latinoamerica, la economía conjunta del Mercosur pesa 43,4 % marchando a la velocidad del 1,1 %. Brasil y México poseen las economías grandes: en el primer caso 2,5 % y 33,8 % de suma en el mundo y en la región madre, respectivamente, con un crecimiento del 2,2 %. El país hispano en América del Norte, México, participa en la distribución del tamaño económico con un 2 % en el mundo y 27,1 % en la región mayor, avanzando a un ritmo del 2,4 %.
Dentro del Mercosur naturalmente el mayor tamaño económico corresponde a Brasil con 73,6 % (ya dijimos, con un ritmo de crecimiento del 2,2 %), ubicándose luego Argentina con 22,5 % (caída del -2,8 %), Paraguay con 2,1 % (3,8 %) y Uruguay con 1,8 % (3,7 %). En la economía mundial como un todo nuestra economía representa el 0,07 % del valor global. Valor que permite fijar su peso. Pero ojo, un país puede “ser más” o “tener más” o “vivir mejor” que lo que las estadísticas consolidadas establecen como su valor o su peso. O puede ocurrir lo contrario, para peor.
Pero más allá de lo mucho que no se dice con los valores y pesos y participaciones, es importante saber cuán grande o pequeño somos al andar, nadar, navegar, transportar, e integrarnos al mundo, y el mundo con nosotros. ¿Cómo jugar en un mundo con una tarjeta del 0,07 %? Para ganar. Brasil es actualmente la octava economía mundial por el valor de su tamaño en producción. La octava, con un peso del 2,5 %. En superficie, Brasil es el quinto país más grande el mundo, y tercero en América después de Canadá y Estados Unidos.
Con una población de 218 millones de habitantes. En conclusión: el 2,5 % de Brasil es una medida de una medida mayor, muy difícil de cuantificar en cuanto valor e importancia. Contar lo que se produce con sus precios en los distintos mercados en un año no es tarea fácil, pero se puede hacer y se hace. Lo demás, demorará. Por último, pero no por ello, menos importante: la economía paraguaya y sus tarjetas de peso en el mundo: 0,07 % (mundo), 0,9 % (América Latina y el Caribe), 2,1 % (Mercosur). En 44 años, desde 1980, las economías de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay se agrandaron 94 %, 153 %, 377 % y 140 % respectivamente.
La economía paraguaya, según dos estadísticas internacionales, crecería este año 3,8 %. El Banco Central del Paraguay (BCP también se suma con esa misma proyección: 3,8 %). El pronóstico internacional del 3,8 % de expansión económica surgió en la reciente reunión anual de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) celebrada en Washington, en la que como corresponde se divulga el informe “Perspectivas de la economía mundial” (World Economic Outlook, WEO) con la actualización de los datos de las economías y las proyecciones en cuanto al comportamiento futuro, fundamentalmente en producción y precios.
Después de un crecimiento del 4,5 % (FMI), 4,6 % (Banco Mundial), 4,7 % (BCP) en 2023, que dejó atrás la pálida del estancamiento del 0,2 % en el 2022, en gran parte gracias a la muy buena cosecha de soja, se pronostica una desaceleración para este año estimándose un crecimiento económico del 3,8 %. En términos de inflación, el FMI maneja un escenario de alza de precios del 4 % (fin de año) para este 2024 (3,7 % en 2023) y 2025. En términos de promedio anual, la inflación sería del 3,8 % y 4 % respectivamente (4,6 % y 9,8 % en 2023 y 2022).
El FMI incorporara en sus estadísticas los datos de 30 países de América Latina y el Caribe (ALC). Si confeccionamos un ranking por orden de mayor crecimiento económico en este 2024, tenemos a la economía paraguaya ocupando el octavo lugar con su 3,8 %. El año pasado ocupamos el noveno lugar con la tasa de crecimiento del 4,5 %. Nos situaríamos en la sexta posición con el ritmo del 4,7 %.
Hay que valorar nuestras tasas de crecimiento económico, sin exagerar en sus reales impactos positivos para la gente, en un escenario de muchas dificultades sociales, porque al mundo se le está haciendo cada vez más difícil crecer a velocidades que necesitamos. Si ya teníamos dificultades antes de 2020, con la pandemia del covid-19 las economías y sus gentes recibieron un golpazo que dañó, destruyó, desequilibró y cambió el escenario económico mundial de una manera nunca antes vista. Y aún se está en proceso de cura y arreglo, en un ambiente muy cambiante y desequilibrante. A lo que se agregó, en el peor momento, la invasión en Ucrania, fruto de la ambición imperial del dictador Vladimir Putin.
Analistas del FMI en su informe “La economía mundial sigue mostrando resiliencia (fortaleza, resistencia), pese a la disparidad del crecimiento y los retos por delante” señalan que las autoridades deben dar prioridad a las iniciativas para mejorar la resiliencia económica, como el fortalecimiento de las finanzas públicas y la revitalización de las perspectivas de crecimiento económico. Pese a las predicciones sombrías, la economía mundial sigue mostrando una resiliencia notable, el crecimiento se mantiene firme y la inflación se reduce casi con tanta rapidez como aumentó.
El accidentado camino comenzó con los trastornos en las cadenas de suministro como consecuencia de la pandemia, una crisis energética y alimentaria mundial desencadenada por la guerra de Rusia en Ucrania y la considerable escalada de la inflación, a la que siguió una contracción monetaria sincronizada a escala mundial. La resiliencia del crecimiento y la rapidez de la desinflación pueden explicarse por la favorable evolución de la oferta, en particular la disipación de los shocks de los precios de la energía y el notable repunte de la oferta de mano de obra al que han contribuido los importantes flujos migratorios en muchas economías avanzadas. Las medidas de política monetaria han contribuido al anclaje de las expectativas de inflación.
En lo que respecta a nuestra vecindad, el FMI expresa que la región de América Latina y el Caribe ha dado muestras de una resiliencia notable ante los recientes desafíos mundiales, y se ha recuperado de la pandemia con más fuerza de lo esperado. Ahora, el crecimiento se está moderando, de 2,3 % en 2023 a 2,0 % en 2024, ya que la mayor parte de las economías se encuentran en su nivel potencial.
Esta moderación también se debe a una coyuntura exterior más débil y al impacto que se está sintiendo de las políticas restrictivas dirigidas a frenar la inflación. La inflación se encuentra en una trayectoria descendente gracias a las prontas medidas de los bancos centrales de la región y a las tendencias de desinflación a escala mundial. Con la remisión de las presiones inflacionarias, la distensión de la política monetaria puede continuar de forma que equilibre la reducción duradera de la inflación hacia la meta y evite una contracción económica excesiva.
La política fiscal debería centrarse en acelerar los esfuerzos de consolidación para recomponer el espacio fiscal mediante la movilización de ingresos, sin descuidar los gastos sociales esenciales para mantener la cohesión social. La pobreza y la desigualdad todavía son altas en la región, así que es imperativo impulsar el crecimiento potencial, cuyo promedio de aproximadamente 2,5 % está al zaga de los de economías semejantes.
Las reformas estructurales para elevar el crecimiento deberían centrarse en reforzar el Estado de derecho, mejorar el clima empresarial, impulsar la participación en la fuerza laboral —en especial de las mujeres— y resolver el tema de la informalidad. Abordar los problemas de delincuencia y violencia también puede redundar en importantes beneficios sociales y económicos. La verdad, si es verdad, es verdad. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo. DDPHQDPH1885.
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“Las cuatro naciones sufrieron retrocesos institucionales y sociales debido a la lucha fratricida”
- Por Jorge Coronel Prosman
En esta segunda y última parte de la entrevista al profesor e historiador ítalo-brasileño Mario Maestri, autor de importantes libros y publicaciones académicas sobre la historia paraguaya, abordamos el contexto socioeconómico de los países involucrados en la guerra contra la Triple Alianza, en especial el Paraguay, que sufrió de manera más directa y dramática los efectos de la contienda.
La perspectiva de Maestri pone énfasis en relatar la historia desde la perspectiva de los pueblos que pelearon y sufrieron la guerra, por lo que rechaza la visión de que los países vencedores resultaron beneficiados con el conflicto y, por el contrario, afirma que todas las naciones sufrieron retrocesos con secuelas que llegan hasta nuestros días.
–Después de tantos años de estudio sobre la Guerra Grande, ¿qué opinión le merecen las vertientes historiográficas más actuales, la corriente restauradora patriótica del discurso decimonónico y el neorrevisionismo que trata de introducir la visión de los pueblos sobre dicho conflicto.
–Con mis alumnos de maestría y doctorado cuestionamos los principales mitos historiográficos, ofrecemos nuevas explicaciones para el conflicto, planteamos problemas y avanzamos en una lectura popular supranacional de la guerra. Sin embargo, esta lectura ha sido poco discutida por el mundo académico, que comúnmente continuó presentando una restauración historiográfica de las narrativas patriótica con raíces en el siglo XIX. El ejemplo excelente de esta realidad es el libro hoy sacralizado de Francisco Doratiotto, quien escribió sobre la Guerra Grande prácticamente sin el estudio detallado, usando comúnmente “guaraní” como sinónimo de paraguayo. Lo mismo podría decirse de una historiografía paraguaya que navega en el actual pantano neolegionario, proponiendo literalmente que las naciones involucradas en el conflicto, todas, tuvieron logros y avances con la hecatombe de 1864-70.
EL PASADO DESDE EL PRESENTE Y EL FUTURO
–¿A qué atribuye usted esta situación?
–La historiografía es una de las ciencias sociales más politizadas, que habla del pasado, con los pies en el presente y ojos en el futuro, bajo la influencia de las clases sociales en lucha. La legitimación historiográfica de las interpretaciones que desvelan el pasado dependen en gran medida de las clases subordinadas que buscan interpretar. El avanzar o retroceder de las clases populares iluminan u oscurecen sus representaciones diversas. En Paraguay, Argentina y Uruguay, gobiernos más progresistas permitieron una apertura para las lecturas críticas sobre la Guerra Grande. En Brasil jamás hubo tales facilidades. La “guerra del Paraguay” es el mito fundador central del Ejército brasileño, eje conservador permanente en la historia del país. La Guerra Grande continúa siendo vigilada por Itamaraty y, sobre todo, por el Ejército de tierra.
–Entre los hechos que la historiografía tradicional dejó en el olvido está la relación entre el uruguayo Venancio Flores y el Imperio del Brasil con la masacre de la heroica Paysandú.
–La guerra comenzó con el apoyo del Gobierno paraguayo al uruguayo debido a que (Bartolomé) Mitre estaba financiando la invasión de Uruguay (19 de abril de 1863) por Flores para derribar al Gobierno oriental blanco. El Gobierno paraguayo declaró que la independencia uruguaya de hecho era esencial a los intereses paraguayos. Lo que era correcto en cuanto a los intereses mercantiles. Buenos Aires estaba en manos del unitarismo argentino y, si sucediera lo mismo con Montevideo, Argentina podría bloquear el comercio internacional paraguayo como en los días de (Juan Manuel de) Rosas.
La interrupción del comercio internacional disolvería la base social mercantil-exportadora de apoyo del lopismo, que favoreció el renacimiento de las fuerzas proporteñas, dependientes del comercio con el Plata. En 1863, Solano López y el Gobierno paraguayo se preparaban para una guerra con Argentina. Había posibilidades de ganar teniendo como aliados a los federalistas argentinos y al Gobierno oriental.
–Y luego la trama de alianzas sufre cambios importantes...
–Las tropas imperiales invadieron el Uruguay (10 de agosto de 1864) sin declaración de guerra. En respuesta, el Paraguay entró en guerra con el Imperio y la Argentina unitaria, con muy limitada posibilidad de vencer. Las tropas paraguayas avanzaron sobre el Mato Grosso, Corrientes, el Río Grande do Sul. Y no fueron enviadas como apoyo las tropas orientales, masacradas en Paysandú (2 de enero de 1865) por las tropas de Venancio Flores, de los hacendados del Río Grande del Sur, por el Imperio, con el vergonzoso asesinato de oficiales orientales rendidos.
EL LOPISMO
–¿Cómo observa la valoración de la imagen de Francisco Solano López en la época que se desempeñó como presidente paraguayo?
–La afirmación de que el lopismo, la valorización extremadamente positiva de la acción de López durante laguerra, fue una invención interesada de Juan Emiliano O’Leary es una mitología. Al concluir la fracasada campaña ofensiva, posiblemente el prestigio del mariscal era bajo, con las tropas paraguayas luchando mal, con la rendición en Uruguayana sin resistencia (18 de setiembre de 1865). Los soldados y las clases populares no se motivaron con la expedición al exterior, desinteresados en las cuestiones del Plata. Cuando las tropas paraguayas se retiraron a los territorios nacionales, las clases populares comprendieran que se trataba entonces de defender el Estado nacional y todo lo que habían conquistado: chacras, animales, autonomía. Lucharán, entonces, como leones, dando un carácter campesino a la resistencia, con la deserción de las clases dominantes incluida a la familia del mariscal.
–¿Cómo evalúa el papel de López como conductor militar?
–López permaneció irreductible en la dirección de la resistencia en una forma no muy hábil hasta su dramático asesinato, ya herido mortalmente, en Cerro Corá el 1 de marzo de 1870, lo que no lo transformó en general del pueblo, como (José Gervasio) Artigas, (Emiliano) Zapata y (Pancho) Villa. López luchó por la defensa del orden de la oligarquía mercantil-exportadora y antipopular inaugurada por su padre. Preparaba a su hijo Juan Francisco López para ser su sucesor. Intentó legar inmensos territorios a su compañera y herederos, pero no legalizó la posesión de tierras ni siquiera de los campesinos que lucharan bajo su comando. López y los campesinos paraguayos pelearon en la misma guerra con objetivos diferentes.
NARRATIVAS
–¿Por qué la resistencia del pueblo paraguayo fue tan tenaz?
–Las clases populares resistieron, hasta el último aliento, oponiéndose a la destrucción de los fundamentos del Estado surgido de la revolución francista. Luego de la derrota, los exoficiales lopistas, al integrarse a la política y gestión del Estado, aceptaron reivindicar, como mucho, la heroicidad de las tropas paraguayas y abrazar la anatematización del mariscal, las narrativas aliancistas y el nuevo Estado oligárquico, antipopular, antinacional, corrupto, en el contexto de la privatización de propiedades estatales, pobreza popular, expatriación de campesinos en busca de trabajo, etc.
–En un país devastado y ocupado, ¿cómo se fue construyendo la narrativa propia sobre la guerra?
–Incluso antes del fin de la resistencia, fue materialmente imposible producir narrativas defendiendo las razones nacional-populares sobre el conflicto. Las clases populares jamás aceptaron las narrativas legionarias, imperiales y argentinas sobre la guerra. Ellas emprendieron la producción y canonización defensiva de un mariscal demonizado, sustituyendo la heroicidad de la resistencia popular, por una visión de un mariscal semimesiánico, en producciones sobre todo orales, más registradas en cartas, canciones, poesías, dibujos y pinturas rústicas y cuadros de Solano López, etc., que aún no fue objeto de un estudio sistemático. Estanislao Zeballos, de visita en Paraguay relató asombrado la producción popular que se oponía a las interpretaciones de los aliancistas y de los legionarios, construyendo una visión romántica y heroica del mariscal, dando así vida al lopismo.
CONSECUENCIA PARA LAS NACIONES
–¿Cuáles fueron las principales repercusiones de la guerra en el Brasil?
–En el Imperio de Brasil, contrariamente a lo que tantos historiadores proponen, la victoria militar sobre Paraguay y Uruguay fortaleció la Casa y el Estado imperial. Don Pedro se fue en viaje de placer, dejando tranquilamente la regencia en manos de la princesa Isabel, educada y tratada por el padre y por el marido como una tonta. La guerra alivió la presión abolicionista. Después del fin del conflicto, el Estado imperial impulsó una reforma que mantuvo la esclavitud por casi vente años. Sectores populares murieron como moscas en el Paraguay y el Imperio nunca pagó realmente lo que prometió a los veteranos y mutilados. Jamás hubo apoyo popular al conflicto. A los capturados para ir luchar en el Paraguay, se les llamaba “voluntarios de palos y cuerdas”. Por el Brasil se gritaba “¡Dios es grande, la floresta es más grande!”, a la que se escapaban para los quilombos. La única preocupación del soldado imperial era retornar vivo.
–¿Para la Argentina?
La Guerra Grande atrasó la república y la industrialización al consolidar el carácter antipopular, oligárquico y esclavista del Estado imperial. En Argentina se consolidaron el unitarismo autoritario y elitista y los intereses de los grandes terratenientes, exportadores del comercio inglés, mientras que las provincias del litoral y del interior se hundieron en un atraso que no superan hasta hoy. Fueron aplastadas las fuerzas federalista y democráticas. El latifundio oligárquico se mantiene fuerte hasta hoy.
–¿Y para el Uruguay?
–Con la derrota del Gobierno constitucional y la imposición de la dictadura de Flores, la República de Uruguay permaneció, durante largas décadas, como un Estado dependiente del Imperio y luego de la República de Brasil, y bajo la presión de siempre de Buenos Aires. También fueran aplastadas las fuerzas democráticas y autonomistas, consolidándose el latifundio oligárquico en el país.
–¿Y para el Paraguay?
–Sobre todo el Paraguay sufrió las secuelas del conflicto. El país no conoció una reconstrucción de lo que fuera destruido más allá de la construcción de un Estado nuevo, antinacional y antipopular, con relaciones sociales refundidas por la destrucción humana, en la guerra, y la desorganización socioeconómica, después del conflicto, de su mayor riqueza: la clase campesina. Más allá de los intereses no nacionales de las clases dominantes, podemos decir que, en grado y formas diversas, con destaque para el Paraguay, las cuatro naciones involucradas en la guerra sufrieron retrocesos institucionales y sociales debido a la lucha fratricida de 1864-70 con secuelas que llegan hasta nuestros días.
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¿Por qué Uruguay es caro?
Con 3,4 millones de habitantes, Uruguay tiene el costo de vida más elevado de América Latina, según la plataforma global de estadísticas Statista. En la capital uruguaya, hogar de la mitad de la población del país, el pan cuesta tres veces más que en Asunción, una docena de huevos más del doble que en Tokio, y un capuchino un 66 % más que en Madrid.
“Lo que más me llama la atención es el precio del champú, el desodorante, la pasta de dientes. Pero también el de la fruta, la pasta, ¡el café! En el supermercado es flagrante la diferencia”, dice María Chaquiriand, radicada en Europa hace 28 años y siempre que visita a su familia se sorprende de lo caro que es todo en Uruguay.
A esta mujer de 48 años, gerente de mantenimiento de edificios industriales, también le resulta caro el transporte, los medicamentos, los artículos de bazar o los materiales de construcción en Uruguay. Según Numbeo, una base de datos colaborativa con precios de todo el mundo, Uruguay es el país más caro de Sudamérica, y ocupa el lugar 37 en esa escala entre 146 economías, por encima de Japón (47) o España (54).
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IVA de 22%
Los economistas señalan razones estructurales. “Uruguay tiene un Impuesto al Valor Agregado (IVA) de 22%, uno de los más altos del mundo. Y como no tiene buenos acuerdos comerciales, paga aranceles de hasta 25% a 35%. Si a eso se suma una tasa consular del 5%, un producto importado puede tener una carga tributaria del 50%”, dice a la AFP Alfonso Capurro, de la consultora CPA Ferrere.
En el combustible y los automóviles hay gravámenes adicionales. La gasolina en Uruguay es la más cara del continente americano y una de las más caras del mundo, a 76,5 pesos por litro (2 dólares), según Global Petrol Prices. Numbeo ubica a Uruguay quinto entre casi un centenar de países por el costo de un auto Volkswagen Golf 1.4 0km.
“La mitad del precio de un automóvil son impuestos”, resume Javier de Haedo, director del Observatorio de la Coyuntura Económica de la Universidad Católica del Uruguay. En el precio del combustible inciden también costos de distribución y comercialización, añade en diálogo con la AFP.
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“Happy problem”
Además de la presión fiscal, en Uruguay existen subsidios cruzados, como el 10% de retención en el precio del diésel para financiar el transporte público, apunta Capurro. Y pesan las regulaciones, protecciones y mecanismos de registro, que en la práctica implican barreras a la importación de frutas y verduras, y falta de competencia en el mercado de productos de higiene personal y limpieza.
Por otra parte, Uruguay se está transformando en un país de renta media alta, con lo cual el sueldo medio es elevado y los servicios, que tienen mucho componente de salarios, se encarecen, explica Capurro. “Somos más caros, obviamente, aunque en realidad eso es un ‘happy problem’, porque queremos ser ricos, no pobres”, aclara.
Uruguay tiene un Ingreso Nacional Bruto (INB) per cápita de 18.000 dólares, el mayor de Latinoamérica, según la última clasificación del Banco Mundial. El salario mínimo nacional actualmente equivale a unos 580 dólares. En Paraguay, el país con menor costo de vida de Sudamérica según Numbeo, está en 370 dólares.
“¡Carísimo es este país!”, exclama José Luis Díaz, un uruguayo de 54 años, empleado en una peluquería en Montevideo. “Aumentan los sueldos, pero la canasta básica aumenta mucho más. No alcanza la plata para vivir acá”. ¿Su estrategia para llegar a fin de mes? “Me cuido con el consumo de energía eléctrica, no salgo tanto a comer afuera, me fijo en las ofertas”, relata a la AFP.
Atraso cambiario
Uruguay es caro además por factores macroeconómicos. “En este ciclo 2020-2023, se combinaron muy buenos precios de exportación con una importante inversión extranjera directa, lo cual generó un flujo de dólares muy grande que terminó fortaleciendo el peso”, apunta Capurro. El combate a la inflación, prioridad del gobierno de centroderecha de Luis Lacalle Pou que asumió en 2020, también contribuyó a apreciar la moneda uruguaya.
Para restringir el consumo, el Banco Central subió su tasa de política monetaria. Y aunque la inflación en marzo se moderó a 3,8% a 12 meses, su nivel más bajo desde agosto de 2005, la tasa de interés de referencia se mantiene alta, en 8,50%. “El precio del dólar en términos nominales bajó 3% en el último año móvil y acumuló una disminución de 15% en los últimos tres años”, indicó días atrás el Instituto Cuesta Duarte, que asesora a sindicatos.
El desfasaje cambiario hace que Uruguay pierda competitividad frente a sus socios comerciales y se vuelva más caro en comparación, desatando reclamos de productores rurales, industriales y del sector turístico. “Si tomo como base 100 el promedio de lo que va del siglo XXI, estamos hoy en 28% de atraso cambiario con países de fuera de la región”, advierte De Haedo.
Fuente: AFP.