El ministro de Agricul­tura y Ganadería, Moi­sés Santiago Bertoni, comentó a La Nación que situa­ciones como esta, de la sequía, ya se registraron en el pasado, y claramente se puede decir que no tiene nada que ver con la mano humana, ya que pasó esto antes de que la agricultura se haya desarrollado.

“Los efectos de La Niña en el agro todavía no se sabe qué tan fuerte serán, pero sí ten­dremos efectos negativos. De hecho, la siembra está retra­sada por falta de lluvia. Esperemos que llueva pronto. Todavía estamos a tiempo de sembrar”, aclaró.

Afirmó que se deben tomar todos los datos históricos para darse cuenta que esta sequía se debe a un ciclo climático, ya observado en el pasado.

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“Nues­tra agricultura está bajo régi­men sostenible, sobre leyes que protegen los cauces hídricos y se observa también una gran superficie de bosques, dentro de lo que es el terreno desti­nado a la producción agroga­nadera”, aclaró.

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Estudio de la NASA

Un estudio científico hecho por la Agencia Aeroespacial de los Estados Unidos (NASA) y publicado en su sitio web da a conocer algunos detalles de este frecuente como irregu­lar fenómeno.

El agua cubre el 71% de la superficie del pla­neta, que son los océanos con sus diferentes características, que influyen de manera impor­tante en el clima, ya sea con sus corrientes, oleajes o aguas templadas de la super­ficie y frías de las profundida­des. Las aguas templadas son las que favorecen la formación de nubes, por la evaporación y por consiguiente la aparición de lluvias.

La Niña es un patrón climático que comienza en el Océano Pacífico y los vientos se mueven hacia el oeste, por lo que empujan suavemente a las aguas templadas de la superfi­cie hacia las costas de Australia, Indonesia y el sudeste asiático.

Pero, durante un año, donde hace presencia La Niña, los vientos son más fuertes y una mayor cantidad de agua tem­plada se desplaza hacia el oeste, subiendo a la superficie agua fría de las profundidades. Este fenómeno hace que exista una mayor cantidad de evapora­ción hacia el oeste del Océano Pacífico y menor en las costas de América, desde el suroeste de EEUU.

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Cultivos de sojas no son causantes

La prolongada sequía que azota a nuestro país no es una situa­ción climática aislada. Prácticamente todo el continente ame­ricano, desde California hasta el Cono Sur, está sufriendo los efectos de La Niña.

Específicamente, con lo relacionado al fenómeno de La Niña, Carlos Roberto Salinas Rojas, gerente de Climatología de la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (Dinac), explicó que no conoce de ningún estudio que relacione de manera directa el evento de La Niña con el cultivo de la soja en particular.

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