• Ecuador. AFP

Ecuador quedó envuelto ayer sábado en una tormenta diplomática por el rechazo generado en América Latina a raíz del asalto de sus fuer­zas de seguridad a la Emba­jada mexicana en Quito para detener la víspera al exvi­cepresidente ecuatoriano Jorge Glas.

El impactante operativo, sin antecedentes cercanos en el mundo, llevó al pre­sidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, a romper de inmediato rela­ciones diplomáticas con Ecuador. Nicaragua lo imitó ayer sábado.

Tanto gobiernos de izquierda de la región, como los de Bra­sil, Colombia, Venezuela y Chile, como de derecha como los de Argentina y Perú con­denaron el asalto que culminó con detención por la fuerza de Glas, requerido por la justi­cia de su país por cargos de corrupción y que se refugiaba en esa sede diplomática desde diciembre.

De su lado, la Organización de los Estados Americanos (OEA) expresó su rechazo a “cualquier acción violatoria o que ponga en riesgo la invio­labilidad de los locales de las misiones diplomáticas”, en un comunicado.

México denunció una “vio­lación flagrante al derecho internacional” y a su “sobe­ranía”. Ayer sábado, López Obrador pidió a sus conna­cionales “comportarse con mucha prudencia para eva­dir el acoso” en medio de la tensión diplomática.

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