El congreso del gobernante Frente Sandinista (FSLN) de Nicaragua aprobó este lunes por unanimidad la candidatura a la reelección presidencial de Daniel Ortega, para un cuarto mandato sucesivo en las elecciones de noviembre junto con su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.
“Tenemos nuestra fórmula, nuestros candidatos electos en este congreso por unanimidad”, Ortega y Murillo, anunció el militante sandinista Gustavo Porras, durante el congreso del FSLN. La pareja presidencial fue ratificada por los 2.932 miembros presentes en el congreso sandinista, máximo órgano de consulta del FSLN, en una sesión virtual efectuada en Managua, a pocas horas de vencer el plazo para la inscripción de candidatos ante el Consejo Supremo Electoral (CSE). Ortega, de 75 años y quien gobierna Nicaragua desde el 2007 tras dos reelecciones sucesivas que la oposición calificó de “fraudulentas”, buscará asentarse en el poder hasta el 2027, junto con Murillo, de 70 años y quien lo acompaña en la vicepresidencia desde el 2017.
OPOSITORES
Ortega y Murillo se enfrentarán en los comicios a un ex jefe de la desaparecida contrarrevolución, Oscar Sobalvarro, de 68 años, y a una ex reina de belleza, Berenice Quezada, de 27 años, quienes fueron inscritos como la fórmula presidencial del principal bloque opositor, Alianza Ciudadanos por la Libertad (CxL, derecha). Ambos candidatos fueron los primeros en acudir a formalizar su inscripción ante el Consejo Supremo Electoral (CSE) en compañía de la representante legal de la agrupación, Kitty Monterrey.
La candidatura a la reelección de Ortega y Murillo fue lanzada luego de que la policía arrestara a siete posibles aspirantes a la presidencia de la oposición, entre ellos Cristiana Chamorro, hija de la ex presidenta Violeta Barrios de Chamorro (1990-1997) y quien figuraba como favorita en las encuestas para enfrentar a Ortega. El régimen sandinista encarceló a cerca de 30 personas en los últimos meses.
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Peña pide ante la ONU mejoras en DDHH en Venezuela y Nicaragua
El presidente Santiago Peña se pronunció este lunes sobre cuestiones internacionales como el conflicto de Medio Oriente y el deterioro de las instituciones democráticas en Latinoamérica. A través de un video (ya que el mandatario se encuentra en España) abrió el segmento de alto nivel del 55.º período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos, que se desarrolla del 26 de febrero al 5 de abril.
“Observamos con mucho pesar las graves consecuencias del terrorismo en el Medio Oriente, abogamos por una paz definitiva en esa región. Además, reiteramos nuestro llamado al cese de la invasión en Ucrania y que en Venezuela se lleven a cabo próximamente elecciones justas y transparentes. Exigimos también el retorno de la democracia en Nicaragua”, dijo Peña.
El jefe de Estado aseguró que la presencia de Paraguay en el Consejo ha fortalecido el posicionamiento de su política exterior en derechos humanos y anunció que “en ese marco seguiremos impulsando y acompañando debates que aborden problemas persistentes y emergentes tanto a nivel nacional como internacional”.
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“Nos encontramos en tiempos complejos y difíciles, el mundo enfrenta desafíos extraordinarios que requieren de un multilateralismo eficaz como una herramienta esencial en la resolución de conflictos”, dijo el presidente. “Es tiempo de poner en práctica los compromisos de diferentes actores mundiales asumidos para mejorar nuestro porvenir”, agregó y abogó por un multilateralismo que no sea meramente discursivo.
“Seguiremos buscando que ese multilateralismo no sea meramente discursivo, sino que concrete acciones basadas en solidaridad y cooperación reales”, puntualizó. Así también afirmó que Paraguay está comprometido en generar condiciones propicias para el desarrollo, promover inversiones, preservar la estabilidad financiera y fomentar la creación de empleos. “Estamos intensificando esfuerzos con el fin de asegurar oportunidades para todos”.
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Nicaragua expulsó a 17 religiosos al Vaticano
El gobierno de Nicaragua anunció el domingo pasado que excarceló a dos obispos católicos, entre ellos monseñor Rolando Álvarez, fuerte crítico del presidente Daniel Ortega, a 15 sacerdotes y dos seminaristas, y los envió a Roma bajo un acuerdo con el Vaticano. La presidencia de Nicaragua dijo que los religiosos viajaron luego de que logró con la Santa Sede acuerdos de “buena fe y buena voluntad” para mejorar el “entendimiento” con las autoridades de la Iglesia católica.
“Ellos han sido ya recibidos por autoridades vaticanas, en cumplimiento de Acuerdos de Buena Fe y Buena Voluntad, que buscan promover entendimiento y mejorar la comunicación entre la Santa Sede y Nicaragua, para la paz y el bien”, añadió el gobierno en un comunicado.
El gobierno agradeció “profundamente” al papa Francisco y al secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin, junto con su equipo de trabajo “por las muy respetuosas y discretas coordinaciones realizadas”.
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Álvarez, de 57 años y que antes había preferido la cárcel al exilio, fue detenido en agosto de 2022 y condenado en febrero pasado a 26 años de prisión. Estados Unidos y organismos internacionales de derechos humanos pidieron en reiteradas ocasiones su liberación. Entre los excarcelados también está el obispo Isidoro Mora, de 53 años, y más de una decena de sacerdotes detenidos en diciembre.
“Nos tranquiliza ver la liberación de estos líderes religiosos. Todas las personas tienen derecho al culto en casa y en el extranjero”, escribió en X el subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos, Brian A. Nichols. “Continuamos llamando a la liberación de todos los injustamente detenidos y al restablecimiento de las libertades fundamentales del pueblo nicaragüense”, añadió el funcionario estadounidense.
La relación entre la Iglesia y el gobierno se deterioró después de que Ortega acusara a sacerdotes de apoyar las protestas antigubernamentales de 2018, que consideró un intento de golpe de Estado promovido por Washington y que se saldaron, según la ONU, con más de 300 muertos.
Acogidos en Roma
El obispo auxiliar de Managua, exiliado en Estados Unidos, Silvio Báez, dijo en un mensaje reproducido en redes sociales que los clérigos “han sido acogidos por la Santa Sede”. “Quiero invitarlos a todos a que le demos gracias al papa Francisco (...) por la eficacia de la diplomacia vaticana”, dijo Báez, en un oficio religioso dominical.
El presbítero Uriel Vallejos, también exiliado en Estados Unidos, consideró que el gobierno “quiere dejar sin sacerdotes a Nicaragua”. “Otro avión lleno de pastores del pueblo al exilio”, escribió en la red social X (antes Twitter) Vallejos.
En octubre pasado, otros 12 sacerdotes fueron liberados y enviados a Roma tras un acuerdo del gobierno con el Vaticano. Se desconocen las condiciones de la liberación de los religiosos. En diciembre, el papa Francisco dijo que seguía “con profunda preocupación” la detención de sacerdotes en Nicaragua.
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Tensa relación con Iglesia
La exguerrillera sandinista y ahora opositora a Ortega, Dora María Téllez, celebró la liberación de los clérigos y consideró que las medidas del gobierno en contra de la Iglesia continuarán. “Seguirán por la desarticulación de la Iglesia. Todo el que les moleste será encarcelado y después desterrado”, sostuvo Téllez, quien estuvo encarcelada y salió del país en febrero de 2023 en un grupo de 222 presos expulsados hacia Estados Unidos y despojados de su nacionalidad.
La situación para la Iglesia se agravó durante las fiestas de la Navidad y Año Nuevo con la ola de detención de sacerdotes liberados este domingo junto a Álvarez. Las relaciones diplomáticas entre Managua y el Vaticano han estado al borde de la ruptura luego de que en marzo del 2023 el papa tachara al gobierno de Ortega de “dictadura grosera”.
Según una investigación de la abogada Martha Molina, exiliada en Estados Unidos, desde 2018 hubo 740 ataques contra la Iglesia y 176 sacerdotes y religiosas fueron expulsados, desterrados o se les prohibió ingresar al país. Organizaciones vinculadas a la Iglesia han sido cerradas, entre ellas la jesuita Universidad Centroamericana (UCA) de Managua.
Fuente: AFP.
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Nicaragua: denuncian ola de detenciones de sacerdotes
Al menos trece sacerdotes han sido arrestados desde el 20 de diciembre en Nicaragua, incluido un obispo, en medio de una fuerte tensión entre la Iglesia católica y el gobierno de Daniel Ortega, según activistas humanitarios, opositores y medios de prensa nicaragüenses en el exilio.
Entre los detenidos figuran los monseñores Silvio Fonseca, vicario de familia de la Arquidiócesis de Managua; Miguel Mántica, de la iglesia San Francisco, también de la capital; y Marcos Díaz, de la diócesis de León (noroeste), según esas fuentes. También fueron arrestados los sacerdotes Gerardo Rodríguez, Mykel Monterrey y Raúl Zamora, que prestan servicios religiosos en iglesias de Managua, dijeron medios de prensa nicaragüenses editados en Costa Rica.
Estas detenciones se suman a las del obispo Isidoro Mora y de dos seminaristas el 20 de diciembre, a las que siguieron en la última semana las del vicario general de Managua Carlos Avilés y los sacerdotes Héctor Treminio, Fernando Calero y Pablo Villafranca.
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Once de los arrestados aparecen en una lista entregada a la AFP por la abogada Martha Molina, experta en temas de la Iglesia nicaragüense, exiliada en Estados Unidos. El diario La Prensa agregó entre los detenidos al sacerdote Jader Hernández, párroco de una iglesia en Managua. La noche del sábado, Molina dijo en la red social X que otro religioso de Managua, monseñor Ismael Serrano, había sido arrestado ese mismo día y que se trataba de “un sacerdote demasiado enfermo”.
La activista de derechos humanos nicaragüense Bianca Jagger urgió en X el apoyo del papa Francisco para los sacerdotes ante la “implacable persecución” y “feroz” cacería contra la Iglesia en Nicaragua. “No los abandone, están en peligro y lo necesitan SOS”, escribió. Ni el gobierno ni la policía de Nicaragua se ha referido a las denuncias. El pasado miércoles, la vicepresidenta y esposa de Daniel Ortega, Rosario Murillo, llamó “diablos” a los religiosos que, según ella, siembran “odio” en el país.
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“Feroz cacería”
El obispo Silvio Báez, que salió de Nicaragua en 2019, denunció la “persecución” contra la Iglesia y pidió la solidaridad de los obispos del mundo y de la comunidad internacional. “Ellos no son reos ni delincuentes sino hombres de Dios (...); estamos orgullosos de ellos y estaremos junto a ellos con la oración hasta conseguir su libertad y la de todos los presos políticos”, dijo Báez en un video en redes sociales.
“Le pedimos a la comunidad internacional que sea más eficaz en la presión contra la dictadura sandinista de Ortega, que exija la libertad de todos los presos políticos”, agregó el obispo, que horas antes denunció en X “una feroz cacería” contra los religiosos. Báez pidió a las conferencias episcopales del mundo que no “abandonen” a la Iglesia de Nicaragua, “se solidaricen y alcen su voz denunciando esta persecución de la dictadura”.
El salvadoreño-español José María Tojeira, portavoz de los jesuitas en Centroamérica, aseguró en X que los “perseguidores” de la Iglesia terminan siempre en fracaso. “Golpeando a la Iglesia no hacen más que cavar su propia destrucción”, aseguró. La orden jesuita fue cerrada en agosto en Nicaragua y su universidad confiscada por el gobierno.
Medios como La Prensa, Confidencial y 100 % Noticias, que se editan en Costa Rica, citaron en su denuncia a fuentes eclesiásticas, a las abogadas Molina y Yonarqui Martínez y a la activista de derechos humanos Haydée Castillo, todas en el exilio.
“Desaparición forzada”
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos condenó el jueves la “desaparición forzada” del obispo Mora y la “nueva ola de detenciones de religiosos” en Nicaragua. Con Mora, de 53 años, suman ahora dos los obispos detenidos.
Rolando Álvarez, de 57 años, fue condenado el 10 de febrero a 26 años por traición a la patria, propagación de noticias falsas y desacato, un día después de que rechazara salir a Estados Unidos junto a 222 opositores presos expulsados. Álvarez ha preferido la cárcel al exilio y no figuró entre los 12 sacerdotes liberados en octubre y enviados a Roma tras un acuerdo del gobierno con el Vaticano.
La relación entre la Iglesia y el gobierno se deterioró en medio de las protestas del 2018, luego de que Ortega acusara a religiosos de apoyar a los opositores en lo que consideró un intento de golpe de Estado. Las protestas dejaron más de 300 muertos, según datos de la ONU. Una investigación de Molina sostiene que desde 2018 hubo 740 ataques contra la Iglesia y que 176 sacerdotes y religiosas fueron expulsados, desterrados o se les prohibió ingresar al país.
Fuente: AFP.
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Condenan “desaparición forzada” de obispo en Nicaragua
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos condenó el jueves la “desaparición forzada” desde hace ocho días en Nicaragua del obispo Isidoro Mora y una “nueva ola de detenciones de religiosos” por parte del gobierno de Daniel Ortega.
Medios de prensa nicaragüenses que trabajan desde el exilio y la abogada Martha Molina, investigadora de temas de la Iglesia de Nicaragua, denunciaron este jueves que la policía detuvo al vicario general de la Arquidiócesis de Managua, Carlos Avilés, que se suma a los arrestos en las últimas semanas de otros dos sacerdotes y del obispo Mora.
La agencia de la ONU “condena la desaparición forzada del obispo Isidoro Mora en #Nicaragua desde hace 8 días y la nueva ola de detenciones de religiosos”, dijo en la red social X la oficina para América Central y el Caribe, con sede en Panamá. “Además de atentar contra su libertad personal, violarían el derecho a la libertad religiosa, pilar de cualquier Estado democrático”, agregó. La policía nicaragüense aún no se ha referido a la situación de ninguno de los religiosos.
Además de Mora, de 53 años y obispo de Siuna, en la región del Caribe nicaragüense, está detenido el obispo Rolando Álvarez, de 57 años, condenado el 10 de febrero a 26 años por traición a la patria, propagación de noticias falsas y desacato, un día después de que rechazara salir a Estados Unidos junto a 222 opositores presos expulsados.
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La relación entre la Iglesia y el gobierno de Nicaragua se deterioró en medio de las protestas del 2018, luego de que Ortega acusó a religiosos de apoyar a los opositores en lo que consideró un intento de golpe de Estado. Tres meses de bloqueos de calles y choques entre opositores y oficialistas dejaron más de 300 muertos, según la ONU.
Álvarez ha preferido la cárcel al exilio y no figuró entre los 12 sacerdotes liberados en octubre y enviados a Roma tras un acuerdo del gobierno con el Vaticano. Con Mora, suman ahora dos los obispos detenidos. Una investigación de Molina, en el exilio en Estados Unidos, sostiene que desde 2018 hubo 740 ataques contra la Iglesia y que 176 sacerdotes y religiosas fueron expulsados, desterrados o se les prohibió ingresar al país.
Fuente: AFP.