El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, pidió al ministro de Exteriores de China y a otros homólogos que utilicen su influencia para disuadir a Irán de atacar a Israel, informó el jueves el Departamento de Estado.
Blinken habló por teléfono con sus homólogos de China, Turquía, Arabia Saudita y de la Unión Europea para “dejar claro que la escalada (militar) no beneficia a nadie y que los países deberían instar a Irán a no hacerla crecer”, señaló a periodistas el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller.
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Blinken también conversó con el ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, “para reiterarle el fuerte apoyo (estadounidense) a Israel frente a estas amenazas”, dijo Miller.
El líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, aseguró el miércoles que Israel sería “castigado” tras atribuirle la autoría del ataque del 1 de abril en Siria.
El ataque destruyó el consulado iraní en Damasco y mató a 16 personas, entre ellas siete miembros de los Guardianes de la Revolución, el ejército ideológico de la República Islámica.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca Karine Jean-Pierre, dijo este jueves que Estados Unidos ha “advertido” a Irán por sus amenazas contra Israel.
El presidente Joe Biden reiteró el miércoles que el apoyo de Estados Unidos a Israel era “férreo”, a pesar de que ha criticado recientemente al primer ministro israelí Netanyahu por la forma en que conduce la guerra en Gaza.
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Estados Unidos ha hecho reiterados llamados públicos para que China haga más ante la crisis en Oriente Medio, como por ejemplo presionando a Irán, que apoya al grupo islamista palestino Hamás.
Pekín, a su vez, ha criticado a Estados Unidos por actuar con parcialidad hacia Israel.
Fuente: AFP
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Ejército israelí moviliza a 60.000 reservistas para nuevo plan
El ministro israelí de Defensa, Israel Katz, aprobó el plan para conquistar Ciudad de Gaza y ordenó movilizar a 60.000 reservistas, mientras los mediadores siguen esperando este miércoles la respuesta del gobierno hebreo a una nueva propuesta de tregua en el devastado territorio palestino.
El gabinete de seguridad presidido por el primer ministro, Benjamin Netanyahu, había autorizado a inicios de mes un plan para tomar militarmente esta ciudad y los campos de refugiados adyacentes, así como hacerse con el control de toda la Franja, liberar a los rehenes y desarmar al movimiento islamista palestino Hamás.
Los rehenes fueron capturados en el ataque sorpresa de Hamás el 7 de octubre de 2023. Desde entonces, la ofensiva israelí de represalia causó decenas de miles de muertos y un desastre humanitario denunciado por la comunidad internacional. El ministro Katz “ha aprobado el plan de ataque del ejército israelí en Ciudad de Gaza”, la mayor localidad de este territorio costero palestino, indicó a AFP su departamento.
Igualmente, autorizó “la emisión de órdenes de movilización de los reservistas necesarios para llevar a cabo la misión”, que suman unos 60.000 hombres. En estos 22 meses de guerra, el ejército israelí tomó alrededor del 75 % de la Franja de Gaza. En los últimos días intensificó sus ataques aéreos y sus operaciones en tierra en Ciudad de Gaza y los campos de refugiados aledaños, considerados como los últimos bastiones de Hamás. El sitio web israelí Walla indicó en ese sentido que “la división 99 está a punto de completar la conquista del barrio de Zeitún”, en Ciudad de Gaza. El “próximo objetivo” es el barrio vecino de Al Sabra.
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Tanques, artillería y drones
“Las explosiones no cesan en Al Sabra. Los tanques y la artillería nos disparan, pero también los drones”, contó el martes a AFP un vecino de la zona, Husein al Dairi. El ejército israelí afirmó que sus fuerzas estaban operando en la zona para desmantelar las capacidades militares de Hamás. El lunes, el movimiento islamista indicó haber aceptado una nueva propuesta de tregua de los mediadores (Egipto, Catar y Estados Unidos).
Israel sigue sin reaccionar formalmente a la propuesta de tregua. Una fuente gubernamental indicó que el gabinete de Netanyahu “no ha cambiado” de política y que sigue “exigiendo la liberación” de todos los rehenes en una sola vez, “de conformidad con los principios fijados” para poner fin a la guerra.
“Estamos en la fase decisiva final contra Hamás, y no dejaremos atrás a un solo rehén”, añadió esa fuente gubernamental israelí. Catar elogió la respuesta de Hamás, “muy positiva”, y destacó el martes que la propuesta actual retoma “casi integralmente” un plan norteamericano aprobado con anterioridad por Israel. La propuesta se basa en un plan anterior del enviado estadounidense Steve Witkoff: la liberación de diez rehenes vivos y los restos mortales de 18 fallecidos a cambio de un alto el fuego de 60 días y negociaciones para poner fin a la guerra, informó la radio pública israelí Kan.
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Dos treguas previas
Las dos treguas anteriores, en noviembre de 2023 y a inicios de este 2025, permitieron el regreso de rehenes vivos y la liberación de cientos de presos palestinos. Desde el inicio de la guerra, Israel asedia Gaza y a sus más de dos millones de palestinos, amenazados por una “hambruna generalizada”, según Naciones Unidas. Israel rechaza estas acusaciones, y dice haber autorizado la entrada de más ayuda en las últimas semanas.
El conflicto fue desencadenado por el ataque de Hamás en Israel el 7 de octubre de 2023, durante el cual milicianos islamistas mataron a 1.219 personas, en su mayoría civiles, según un recuento de AFP basado en datos oficiales. También secuestraron a 251 rehenes, de los cuales 49 siguen cautivos en Gaza, entre ellos 27 muertos, según el ejército israelí. En Gaza, las represalias israelíes han matado a 62.064 personas, en su mayoría civiles, según datos del Ministerio de Salud del territorio palestino -gobernado por Hamás-, considerados fiables por la ONU.
Fuente: AFP.
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Afganistán: choque de bus con camión cisterna deja 76 muertos
El saldo de muertos del accidente entre un bus que trasladaba migrantes afganos procedentes de Irán y otros dos vehículos en el oeste de Afganistán subió a 76, informó el miércoles una autoridad provincial. En total “76 ciudadanos del país (...) perdieron la vida en el incidente, y otros tres están gravemente heridos”, dijo en un comunicado Yousuf Saeedi, portavoz del gobierno de la provincia de Herat.
La policía del distrito de Guzara, cerca de la ciudad de Herat donde ocurrió el accidente la noche del martes, indicó que el bus colisionó con una motocicleta y un camión cisterna que transportaba combustible, lo que causó un incendio. El autobús llevaba afganos que se devolvían a Kabul desde Irán, dijo Saeedi a la AFP.
Al menos 1,5 millones de personas han regresado a Afganistán en lo que va de este año desde Irán y Pakistán, que han expulsado a los migrantes después de albergarlos durante décadas, según la agencia de la ONU para las migraciones. El servicio noticioso estatal Bakhtar señaló que el accidente del martes es uno de los más mortales de los últimos años en el país.
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Sequía e inundaciones repentinas
Junto a pequeños bultos con sus pertenencias, Maruf espera un vehículo que lo llevará a él y a su familia lejos de su pueblo, en el norte de Afganistán, donde la tierra, azotada por la sequía, lleva años sin producir nada. La mayoría de las viviendas de tierra cruda de su pueblo están vacías. Los residentes huyeron de “la sed, el hambre y una vida sin futuro”, dice a AFP este padre de familia, de 50 años.
“Nuestros campos se rindieron. En estas condiciones, la gente se ve obligada a irse”, dice. “¿Cómo puedes permanecer en semejante vacío cuando tienes hijos que mantener?”, pregunta. Décadas de guerra obligaron a millones de afganos a abandonar su territorio, pero desde que los talibanes recuperaron el poder en 2021, la principal causa del desplazamiento ya no es política ni de seguridad.
En Afganistán, uno de los países más vulnerables a los efectos del cambio climático, casi cinco millones de personas se vieron afectadas y 400.000 tuvieron que abandonar sus hogares debido a fenómenos meteorológicos a principios de 2025, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
La mayoría de los 48 millones de afganos, que ya enfrentan una de las peores crisis humanitarias del mundo, viven en casas de tierra cruda y dependen de la agricultura, afectada también por el aumento de las temperaturas y los fenómenos meteorológicos extremos. De los últimos cinco años, cuatro estuvieron marcados por un aumento de la sequía, mientras que algunas regiones han sufrido devastadoras inundaciones repentinas que arrasaron con viviendas, cultivos y ganado.
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“Al borde del precipicio”
“Las cosechas infructuosas, la sequía de los pastos y la desaparición de las fuentes de agua están llevando a las comunidades rurales al borde del precipicio”, advierte la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). “Cada vez es más difícil para las familias producir alimentos, obtener ingresos y permanecer en sus hogares”.
El norte del país es el más afectado. En la provincia de Yauzyán, Abdul Jalil Rassuli vio cómo cambió Bakawal, su aldea. Donde antes los melones crecían como por arte de magia, ahora hay que comprarlos en la ciudad porque la tierra ya no da más. “Todo se reduce al agua”, reflexiona Rassuli, de 64 años, a la sombra de uno de los pocos árboles que quedan. “La escasez de agua lo destruye todo: la agricultura está devastada, los árboles están muriendo y ya no plantamos”.
Los residentes huyeron a los países vecinos Irán y Pakistán hace una década con la esperanza de un futuro mejor. Pero muchos tuvieron que regresar: más de 4 millones de afganos fueron expulsados desde finales de 2023, según la Organización Internacional para las Migraciones, cuando Pakistán inició repatriaciones masivas.
A su regreso, ya no trabajaron la tierra, sino que realizan trabajos esporádicos. Abdul Jalil Rassuli espera que el canal Qosh Tepa, en construcción desde hace años, permita irrigar los campos con el río Amu Daria. Sin embargo, podría tardar más de un año en terminarse, según funcionarios del gobierno talibán.
“Nunca habíamos visto algo así”
Cuando Abdul Latif Mansur, ministro de Energía y Agua, enumeró los proyectos de represas y canales, tuvo que reconocer en julio que “las medidas adoptadas no son suficientes”. “Hay muchos episodios de sequía. Debemos recurrir a Dios”, suplicó, mientras las autoridades talibanas rezaban regularmente para que vuelva la lluvia. Pero la lluvia no siempre es buena noticia.
En caso de inundaciones repentinas, la tierra reseca no puede retener el agua. Según la ONU, este año las lluvias se adelantaron en el país, con temperaturas más altas de lo habitual, lo que aumentó el riesgo de inundaciones. En junio, el agua arrasó con todo a su paso en la provincia central de Maidan Wardak. “Tengo 54 años y nunca habíamos visto algo así”, dijo Mohammed Qassim, de pie sobre el lecho agrietado y lleno de piedras de lo que antes era un río.
Wahidullah, de 18 años, vio cómo su ganado se ahogó y su casa quedó dañada e inhabitable. Ahora su familia, compuesta por 11 personas, duerme en una carpa en un terreno ligeramente elevado con algunas pertenencias rescatadas de las aguas. Wahidullah no puede evitar contemplar el peor escenario posible: “Si hay otra inundación, no nos quedará nada ni adónde ir”.
Fuente: AFP.
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Heridas que no cierran: voces de quienes sobrevivieron al 7 de octubre
Entre la masacre en el festival Nova, en el desierto del Négev y el asedio a un kibutz próximo a la Franja de Gaza, dos sobrevivientes cuentan cómo el miedo y la pérdida siguen marcando sus días casi dos años después.
Solo en la popular fiesta electrónica que se llevaba a cabo en el desierto y a pocos kilómetros de la Gaza, fueron asesinadas 378 personas que llegaron hasta el lugar para celebrar la vida.
Poco menos de dos años después del 7 de octubre de 2023, las voces de quienes sobrevivieron a la masacre aún tiemblan al recordar. No es solo el sonido de las sirenas lo que quedó grabado, sino el silencio que siguió, el vacío que dejó la muerte y la certeza de que reconstruir la vida–física y emocionalmente– es un proceso sin fecha de caducidad.
La joven periodista dominicana Vera Pappaterra, conoció los horrores del 7 de octubre a través del relato de sobrevivientes, durante su viaje a Israel a comienzos de agosto, invitada por la agencia de noticias especializada en el Medio Oriente para el mundo hispano hablante, Fuente Latina.
La madrugada de ese sábado (7 de octubre de 2023), Alejandra López, una joven colombiana radicada en Israel, llegó al festival Nova con amigos.
Era un evento que llevaba meses esperando. “A las cinco de la mañana estaba bailando, cuando vi algo raro en el cielo”, recuerda López. Pensó que era parte del espectáculo, hasta que, a las 6:30 de la mañana, la música se detuvo. Tras una espera de tan solo unos 30 minutos, relata López, comenzaron los ataques.
ACOSTUMBRADOS A LAS ALARMAS
A solo 40 kilómetros de López, en un kibutz cercano a la frontera con la Franja de Gaza, Tzvi Alon comenzaba el día con su familia. “Escuchamos la alarma, pero estábamos acostumbrados”, narra.
Él y cinco familiares se refugiaron en la habitación blindada de su casa, diseñada para resistir bombardeos, pero no para detener a hombres armados.
Afuera, los gritos en árabe se mezclaban con disparos. “Estuvimos 30 horas encerrados, con calor, sin ventilación, con niños que preguntaban cuándo llegaría el ejército,” dijo.
De vuelta en el festival, López aún pensaba que todo terminaría pronto. Recolectaba sus cosas cuando un amigo le advirtió que estaban matando a todos. Las palabras ya no eran necesarias en este punto; el estado físico del muchacho lo decía todo: “estaba en la mitad de la carretera, completamente bañado en sangre en la cara, en las manos, en todo el cuerpo”, explica López.
TORTURADAS, VIOLADAS, ASESINADAS
Comenzó entonces una huida caótica entre cientos de personas. Corrieron por tierra seca, atravesaron matorrales y se escondieron en huecos. Escuchaban explosiones y el paso pesado de los terroristas. “Sacaban a las niñas de los escondites, las torturaban, las violaban. Era como un juego para ellos”, relata López con voz quebrada. Entre las víctimas estaban dos de sus mejores amigas.
En el kibutz, los mensajes por WhatsApp traían fragmentos de horror: casas incendiadas, vecinos asesinados. Alon recibió la noticia de que su amigo había sido ejecutado y que su esposa había sido brutalmente atacada. Él no podía salir; cada intento era frenado por su hija para evitar que lo mataran. “Era como una ruleta rusa. En una casa entraban, en la otra no”, dice Alon. Afuera, los cuerpos se acumulaban.
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EL ESPEJISMO DEL RESCATE
López pasó entre ocho y nueve horas escondida. Su ropa mínima la dejaba expuesta al sol y a la idea persistente de que, si la encontraban, sería violada antes de ser asesinada. Cuando el calor y la desesperación fueron insoportables, se movió con una amiga y encontraron a un joven israelí con agua, batería y conexión a internet. Él logró contactar al padre de su hijo, que se encontraba cerca. El rescate fue un espejismo: mientras intentaban salir, los atacantes comenzaron a incendiar la zona.
En el kibutz, cuando por fin el ejército llegó el domingo al mediodía, los soldados dieron apenas quince minutos para evacuar. Tzvi y su familia fueron llevados a la ciudad de Netivot y, luego, al Mar Muerto. Pasaron casi un año desplazados antes de reasentarse temporalmente en otro kibutz. “Quizás en dos años podremos volver como comunidad, con casas y escuelas. Hasta entonces, vivimos a la espera”.
López, armada con una pistola tomada a un guardia herido, corrió hacia la figura que reconoció como el padre de su hijo, escoltado por militares. En el trayecto vio lo que preferiría olvidar: mujeres empaladas, cuerpos colgados de los árboles banderas de Hamás cubriendo rostros. “Ese día mataron una parte de mí que no voy a recuperar”, dice. “Sobreviví, pero no soy la misma”.
Hoy, ni López ni Alon creen que la vida haya vuelto a la normalidad. La reconstrucción física: casas, calles, campos, avanza con ladrillos y planos; la reconstrucción interna es más incierta. El miedo permanece. “No creo que vivamos en paz. Tal vez uno o dos años y empezará otra vez”, admite Alon. López, por su parte, aún no puede asistir a un evento masivo sin revivir aquel amanecer.
El 7 de octubre dejó cicatrices visibles en los paisajes y heridas invisibles en las personas. A casi dos años, la memoria sigue fresca, y el peso de lo que se perdió sigue marcando cada paso hacia adelante.
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En China florecen las comunidades 100 % femeninas
Un huerto, gansos, y ningún hombre. Este alojamiento rural forma parte de las comunidades femeninas que se multiplican en China. Allí las mujeres buscan descanso y apoyo mutuo, lejos de las presiones socioprofesionales y de los juicios masculinos. ¿Sus motivaciones? “Hablar libremente de temas íntimos”, “hacer amigas” o “sentirse seguras”, explican las participantes en esta casa blanca situada en la ladera de una colina.
Tras preparar panes al vapor rellenos de carne en la cocina con vista a las montañas, las mujeres charlan en la acogedora sala de estar, donde las risas brotan alrededor de un juego de mesa y cafés con leche. "Un espacio 100 % femenino es tranquilizador. Entre mujeres hablamos más fácilmente de ciertas cosas", como relaciones amorosas o heridas emocionales, afirma Zhang Wenjing, de 43 años.
“En presencia de un hombre prestamos más atención a nuestra actitud”, añade Chen Fangyan, de 28 años. Las participantes pagan 30 yuanes (unos 4 dólares) por noche, y luego 80 yuanes (11 dólares) a partir del cuarto día, en este lugar llamado “El Universo Imaginario de Keke”, apodo de la fundadora, Chen Yani, de 30 años. “Durante mis experiencias profesionales y empresariales fui acosada por hombres hasta el punto de no poder trabajar normalmente”, relata, añadiendo que fue entonces cuando empezó a pensar en “un lugar donde no existiera esa aprensión”.
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Así rehabilitó esta casa situada en Lin’an, en la provincia de Zhejiang, en el este del país, y organiza a través de la red social Xiaohongshu (el Instagram chino, también conocido como RedNote) una estancia en su casa durante el Año Nuevo chino. Doce mujeres acuden para escapar de las preguntas intrusivas de sus padres durante las fiestas, ya que en China la presión por casarse antes de los 30 años es especialmente fuerte.
“En familia, las mujeres deben ocuparse a menudo de los abuelos, hijos y la limpieza. Sin contar las responsabilidades en el trabajo”, señala Chen Yani. “Necesitan un lugar donde no estén obligadas a desempeñar un papel”, subraya. Gracias a su independencia económica y a un mayor nivel educativo, hoy las mujeres tienen más opciones, estima Yuan Xiaoqian, de 29 años.
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Una alternativa
En RedNote estas comunidades femeninas se multiplican. Buscan ser lugares de solidaridad entre mujeres, durante unos días o meses. Como el que Yang Yun, de 46 años, abrió a comienzos de junio en Xiuxi, un pueblo de Zhejiang. Un lugar con aires de hotel con encanto, muebles rústicos y caligrafías en las paredes. A cambio de 3.980 yuanes (550 dólares) de cuota de inscripción a este club, llamado “Su Espacio”, las socias pueden acudir en cualquier momento y de por vida.
“Si pierde su empleo, a sus padres, discute con su marido, o está agotada por la vida urbana, sabe que puede venir y encontrar calidez”, explica Yang, asegurando tener 120 socias. “Eso les da fuerza mental”, destaca. Las socias pueden convertirse en inversoras, participando en la renovación de casas del pueblo, que luego pueden alquilar a turistas. Estos espacios no mixtos son acusados por algunos de fomentar el antagonismo entre los sexos, algo que Chen Yani rechaza.
“Al igual que los niños o los ancianos (...), las mujeres constituyen un grupo social con trayectorias de vida y problemas similares. Es más fácil comprenderse y mostrar empatía”, explica. Otros lugares reservados a mujeres se van creando en China. “Los hombres tienen un sinfín de oportunidades para socializar, en fiestas alcoholizadas o practicando deportes”, comenta Lilith Jiang, de 34 años, fundadora en Pekín de la librería-café no mixta “La Mitad del Cielo”.
Espacios de intercambio que “las mujeres no tienen”, insiste. Si bien Chen Yani admite que su “modelo económico no es viable”, asegura que “mientras haya demanda, seguirá existiendo y creando otra manera de vivir”. “Algunas personas repiten constantemente a las mujeres: si no te casas, ¿qué será de ti cuando envejezcas?”, dice Lilith Jiang. Para ella “las convivencias 100 % femeninas a largo plazo, para envejecer entre mujeres, podrían ser una solución”.
Fuente: AFP.