Las autoridades iraníes practicaron cientos de arrestos y decenas de ejecuciones en una ola de represión después de la guerra de doce días contra Israel, afirmaron oenegés de defensa de los derechos humanos. Estas organizaciones aseguran que hubo arrestos de activistas y miembros de minorías en la calle o en sus casas, que algunas ejecuciones se aceleraron y que se produjeron traslados de presos a ubicaciones secretas.
Iran Human Rights, una organización con sede en Noruega, indicó que seis personas han sido ahorcadas por acusaciones de espiar para Israel desde el inicio del conflicto el 13 de junio. Además, más de mil personas fueron arrestadas por hechos vinculados a esta guerra y decenas fueron ejecutadas por otras acusaciones, señala la ONG.
Entre los detenidos figura el defensor de la libertad de expresión, Hosein Ronaghi. Otros, como el rapero Toomaj y el activista Arash Sadeghi, fueron libertados tras haber sido arrestados e interrogados violentamente, según varios informes. Roya Boroumand, directora ejecutiva de la organización estadounidense Centro Abdorrahman Boroumand por los Derechos Humanos en Irán, acusa a Teherán de intentar reprimir el descontento ante el “humillante golpe” infligido por Israel.
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El conflicto, que dejó al menos 935 muertos en Irán según declaró el lunes un portavoz del poder judicial, demostró la incapacidad de Teherán de “controlar su espacio aéreo y proteger a los civiles”, dice Boroumand a AFP.
“Para mantener el control e impedir a sus opositores en el interior del país organizarse y movilizar sus fuerzas, los dirigentes iraníes recurren al miedo. Y puede que no hagan más que comenzar”, advierte.
La experta recuerda que una situación similar ocurrió tras el alto al fuego en la guerra contra el vecino Irak (1980-1988), con una ola de represión que llevó a miles de ejecuciones.
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Los dirigentes iraníes recibieron críticas desde dentro del país por los aparentes fallos en la prevención de los ataques aéreos de Israel y de Estados Unidos. Desde los 1980, cuando terminó el conflicto con el Irak de Sadam Huseín, Irán no implementó nuevos sistemas de alertas de ataque aéreo o una red de refugios para la población.
Además, el asesinato en estos bombardeos de miembros de la cúpula militar y científica del país dejaron al descubierto el nivel de penetración de inteligencia israelí en Irán.
Cuatro días después del comienzo de la ofensiva israelí, el jefe del poder judicial iraní, Gholamhossein Mohseni-Ejei, pidió procesos rápidos para las personas acusadas de espionaje en favor de Israel.
Las autoridades informaron del arresto de tres europeos, dos de ellos acusados de colaborar con la inteligencia israelí.
“Como un animal herido, la República Islámica va contra cualquier amenaza que percibe en el país con una fuerza mortal”, afirma Hadi Ghaemi, director ejecutivo del Centro para los Derechos Humanos en Irán (CHRI) en Nueva York.
Las oenegés especializadas en este país alertan también de acciones dirigidas contra ciertas minorías como los kurdos, los judíos o los bahaís, una religión con su cuna espiritual en la ciudad israelí de Haifa.
El grupo Hengaw, con sede en Noruega, afirma que unas 300 personas kurdas fueron arrestadas en esta ola de represión.
“Las ciudades kurdas se llevaron una parte desproporcionada de esta represión”, asegura esta oenegé especializada en la población kurda del oeste y el noroeste de Irán.
Unos 35 miembros de la comunidad judía en Irán, que cuenta con unos 10.000 miembros, fueron citados para ser interrogados en los últimos días, según la estadounidense Agencia de Noticias de Activistas por los Derechos Humanos.
Además, la web informativa IranWire señala que las fuerzas de seguridad allanaron decenas de hogares pertenecientes a los miembros de la minoría religiosa bahaí durante y después de la guerra.
Fuente: AFP.