Tras una campaña ásperamente disputada, el exfiscal Yoon Suk-yeol del Partido del Poder Popular (PPP) fue elegido presidente de Corea del Sur mientras que oficialista, Lee Jae-myung, del Partido Democrático, reconoció su derrota. “Esta es una victoria del gran pueblo de Corea del Sur”, declaró Yoon a simpatizantes que coreaban su nombre en la Asamblea Nacional.

Su victoria anticipa una política exterior más firme, en especial frente a Corea del Norte, que este año ha realizado una cantidad récord de pruebas armamentistas. El jueves prometió “tratar con firmeza” la amenaza que plantea el régimen de Kim Jong Un en Corea del Norte.

“Pero la puerta del diálogo siempre estará abierta”, declaró a sus seguidores tras visitar el cementerio nacional en Seúl. Yoon es considerado como un partidario de la línea dura frente al régimen comunista de Pyongyang y ha evocado la posibilidad de bombardeos preventivos en caso de necesidad.

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Después de una campaña dominada por calumnias entre los dos principales candidatos, la participación electoral fue del 77,1%, en un país de unos 52 millones de habitantes. Los dos partidos se sitúan en polos ideológicamente opuestos. La victoria de Yoon marcará el comienzo de un régimen más conservador, después de cinco años bajo los liberales moderados.

También es un vuelco espectacular de situación para el PPP, que quedó tocado en 2017 después de que su líder y presidenta del país Park Geung-hye fuera destituida y encarcelada en 2017 por cargos de corrupción, antes de ser indultada. Yoon, un exfiscal de 61 años, novato en política, ganó su notoriedad por sus implacables investigaciones relacionadas con asuntos de corrupción en la esfera estatal.

Su propuesta más polémica es la de suprimir el Ministerio de Igualdad de Género con el argumento de que, a pesar de las evidencias contrarias, las mujeres surcoreanas no sufren una “discriminación sistémica por razón de género”. En junio, fue designado candidato del PPP.

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Los sondeos a boca de urna mostraron una clara división de género entre los votantes menores de 30 años. En este grupo de edad, el 58,7% de los hombres votaron a Yoon y solo el 36,3% a Lee. En cambio, las mujeres del mismo grupo de edad votaron en un 58% a Lee y sólo en un 33,8% a Yoon.

“El amplio apoyo que Yoon tiene entre los hombres jóvenes es absolutamente aterrador desde la perspectiva de una mujer”, dijo a la AFP la académica Keung Yoon Bae. Yoon Suk-yeol propone flexibilizar las leyes laborales, incluyendo el salario mínimo y la jornada laboral.

Desafíos

Corea del Sur, una potencia económica de Extremo Oriente, de 52 millones de habitantes, vive una oleada de la variante ómicron del coronavirus, con 342.446 nuevos casos registrados el miércoles. Más de un millón de surcoreanos que dieron positivo están actualmente aislados en casa y el mes pasado se modificó la ley electoral para permitirles votar por separado a última hora del día.

Según las encuestas, el aumento de los precios de la propiedad en Seúl, las desigualdades económicas y el elevado desempleo juvenil han sido las principales preocupaciones de los votantes. Yoon se ha declarado favorable a comprar más munición antimisiles estadounidense THAAD, aunque ese fortalecimiento militar pueda provocar represalias de China, principal socio comercial de Corea del Sur.

“Su falta de experiencia política tendrá repercusiones en la política externa”, predice Minseon Ku, profesor de ciencias políticas en la Universidad del Estado de Ohio (EEUU).

“Buenos modales”

El próximo presidente surcoreano parece preparar una estrategia radicalmente diferente respecto a Corea del Norte, a cuyo líder quiere “enseñarle buenos modales” aunque tampoco descarta un ataque preventivo.

Durante cinco años, el gobierno pacifista de Moon Jae-in aplicó una política de diálogo con Pyongyang, convirtiéndose en el intermediario entre el líder norcoreano Kim Jong Un y el entonces presidente estadounidense Donald Trump, además de frenar lo que el Norte consideraba como “provocaciones”, como los ejercicios militares conjuntos con Estados Unidos.

Para Yoon Suk-yeol, estrecho vencedor de la elección presidencial, este enfoque “servil” ha sido un claro fracaso. El gobierno fue “voluntario para servir de intermediario entre Estados Unidos y Corea del Norte, pero al final fue abandonado por los dos” explicó Yoon en un mensaje Facebook antes de la elección.

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Corea del Norte ha llevado a cabo una serie récord de nueve disparos de misiles desde principios de año. Según Yoon, de 61 años, el joven Kim Jong Un merece una reprimenda. “Si se ma da la ocasión, voy a enseñarle buenos modales” dijo.

Durante la campaña electoral había calificado a Kim Jong Un de “muchacho maleducado” y prometió que cuando llegara al poder iba a corregir el comportamiento del líder norcoreano. Este exfiscal, se declaró incluso dispuesto a un ataque preventivo contra Corea del Norte “si fuera necesario”, una opción que los expertos consideran claramente irrealista.

Pese a todo, Yoon prometió este jueves como presidente electo que iba a “tratar severamente los actos ilegales e irracionales del Norte”. “Bajo Yoon, veremos probablemente retomar las relaciones intercoreanas desde cero” explicó a la AFP Soo Kim de RAND Corporation.

Desnuclearización

En lugar de diálogo y negociación, Yoon adoptará una línea más dura y ya pidió más ejercicios conjuntos con Estados Unidos. “El amor unilateral” que demostró Moon se va a acabar, opina el profesor Park Won-gon de l’Ewha Womans University. “Yoon sin duda va a inscribir el tema de la desnuclearización en la agenda” prosigue, aludiendo a la política adoptada por precedentes gobiernos conservadores.

“Y es muy probable que Corea del Norte les diga que no”, agrega el profesor. El futuro presidente sugirió la compra de misiles estadounidenses THAAD para hacer frente a Pyongyang, pese al riesgo de nuevas represalias económicas de China, el principal socio comercial de Seúl.

“Seúl también debe revisar su política con China” explicó Yoon en una declaración de política general aparecida en Foreign Affairs en febrero. El presidente saliente Moon Jae-in se ha reunido cuatro veces con su homólogo norcoreano y sirvió de intermediario para las muy mediatizadas negociaciones entre Pyongyang y Washington.

Pero esas negociaciones fracasaron en 2019, relegando así a la diplomacia mientras Corea del Norte intensificaba sus pruebas de armas y amenazaba con abandonar la moratoria que se había impuesto sobre los ensayos de misiles de largo alcance y de armas nucleares. El futuro presidente no ha descartado la opción del diálogo con Pyongyang, pero los expertos estiman que sus posiciones belicistas reducen considerablemente las posibilidades de dialogo.

Pyongyang considerará que no tiene “nada que ganar” en negociaciones con un gobierno surcoreano de línea dura, augura Hong Min, investigador en el Instituto coreano de unificación nacional. El mantenimiento de fuertes tensiones en la península jugará en favor de Pyongyang, agrega Hong, pues le dará impulso en el programa de modernización militar que quiere Kim Jong Un.

Fuente: AFP.

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