Chile anunció la instalación de dos plantas, una para el llenado y envasado, y otra para la investigación de vacunas del laboratorio chino Sinovac, que produce la inyección contra el coronavirus Coronavac, aplicada a gran parte de la población chilena.

“Hoy es un día muy feliz y muy importante para Chile”, dijo el ministro de Salud, Enrique Paris, en la ceremonia en que se confirmó la instalación en Santiago de una planta de “rellenado” de vacunas, y de otra en la ciudad de Antofagasta, en el norte de país, que será de investigación y desarrollo. Con una inversión de 60 millones de dólares, se espera que comience a operar el primer trimestre del próximo año, para poder exportar vacunas al resto de los países de América Latina.

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“Sinovac viene a Chile para que el centro neurálgico, para que el centro principal de producción de vacunas para Latinoamérica esté ubicado en nuestro país”, señaló el rector de la Universidad Católica, Ignacio Sánchez, cuya casa de estudios hizo una alianza con el laboratorio chino que permitió la rápida llegada de estas vacunas.

“La urgencia de la pandemia requiere un trabajo acelerado en términos de manufactura de vacunas”, dijo de su lado Alexis Kalergis, director del Instituto Milenio en Inmunología e Inmunoterapia de la Universidad Católica. El ministro de Economía de Chile, Lucas Palacios, afirmó de su lado que habrá una capacidad de producir unas 50 millones de vacunas al año. No sólo de Coronavac, que se usa para prevenir los contagios de coronavirus, sino también para enfermedades como la influenza y la hepatitis B, entre otras.

Chile dejó hace casi dos décadas de producir vacunas, y para enfrentar la pandemia de coronavirus se anticipó a negociar contratos que hoy le permiten tener a poco más del 60% de la población total vacunada con ambas dosis. Hasta hoy Chile ha recibido un total de 29.299.534 dosis de vacunas. De ellas, casi 20 millones corresponden a Sinovac y 6.889.350 al laboratorio Pfizer-BioNtech. El resto son de CanSino y AstraZeneca.

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Un estudio de efectividad de las vacunas elaborado por el Ministerio de Salud de Chile -difundido el martes tras seis meses del inicio del programa de vacunación masiva- mostró una caída en la efectividad para prevenir el coronavirus sintomático de las vacunas Coronavac y Pfizer, pero no así en las hospitalizaciones, ingreso a las unidades de cuidados intensivos y muertes.

En base a esta información, Chile estudia poner una tercera dosis de refuerzo en una fecha que aún es no anunciada por las autoridades, mientras goza de una caída en los niveles de nuevos contagios. Este miércoles, se reportaron 674 nuevos infectados y 31 fallecidos, para totalizar 1.619.183 de contagiados y 35.671 fallecidos confirmados desde el primer caso detectado en el país en marzo de 2020.

Tercera dosis para vacunados con CoronaVac

Las personas vacunadas en Chile con doble dosis de la vacuna CoronaVac, del laborotario chino Sinovac, recibirán una “dosis de refuerzo” o tercera dosis de las vacunas AstraZeneca o Pfizer/BioNTech para reforzar su inmunización, confirmó este jueves el presidente Sebastián Piñera.

“Hemos decidido iniciar un reforzamiento de la vacunación de todas aquellas personas que ya han recibido sus dos dosis de la vacunación. Este proceso de reforzamiento se iniciará el miércoles 11 de agosto”, destacó el mandatario durante el informe diario sobre la evolución de la pandemia.

Las autoridades sanitarias detallaron que el proceso comenzará con los adultos mayores de 55 años que se vacunaron con doble dosis de CoronaVac, la más usada en el país, quienes recibirán una tercera inyección de la vacuna AstraZeneca. Posteriormente, se incorporarán al calendario de refuerzo de vacunación a menores de 55 años, quienes reforzarán su inmunización con dosis de Pfizer/BioNTech.

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El proceso también contempla el refuerzo de vacunación de los sanitarios que recibieron CoronaVac, así como los enfermos con comorbilidad. Chile ha vacunado hasta el momento a 12,2 millones de personas, un 80,3% de la población adulta del país -que tiene 19 millones de habitantes-. Actualmente se está vacunando también a menores desde los 12 años.

Por el momento no se incluyen en este proceso de terceras dosis a los vacunados con Pfizer/BioNTech, AstraZeneca o CanSino, que también se administran en el país austral. La tercera dosis o dosis de refuerzo se implementará después de comprobar en un estudio que la vacuna del laboratorio chino Sinovac reduce su eficacia con el paso de los meses. En abril se había informado que la capacidad de prevenir casos sintomáticos era del 67%, actualmente se demostró que ha disminuido hasta el 58,49%.

Chile comenzó su vacunación masiva el 3 de febrero, iniciando con los ancianos, quienes ahora serán de nuevo los primeros en recibir el refuerzo. El país está entre los que más rápido vacunaron a su población en el mundo y el efecto de la inmunización masiva comienza a reflejarse en la reducción de casos de coronavirus y hospitalizaciones por COVID-19. Actualmente el país registra un promedio de un millar de contagios al día y suma ya más de 1,6 millones de casos y supera los 35.000 fallecidos.

Coronavac y Pfizer pierden eficacia

Las vacunas de los laboratorios Sinovac y Pfizer-BioNTech han perdido efectividad para prevenir el COVID-19 sintomático pero mantienen su protección para evitar casos graves, lo que refuerza la necesidad de instaurar una tercera dosis.

De acuerdo al nuevo estudio de efectividad del programa de vacunación iniciado por el Ministerio de Salud de Chile -que ha logrado vacunar con dos dosis a alrededor del 65% de su población total-, la efectividad de la vacuna Coronavac, la más usada en el país, cayó al 58,49% para prevenir casos sintomáticos.

En abril, el estudio oficial reportó una efectividad del 67%, mientras que en 26 de junio pasado el Ministerio de Salud indicó que ésta había caído a un rango del 63-64%. En cuanto a Pfizer, que por ser menos masiva no se había considerado en estudios previos, se reportó una efectividad del 87,69%. Estudios internacionales habían situado anteriormente la eficacia sobre el 90%.

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Sin embargo, tanto Coronovac como Pfizer mantienen la protección contra el desarrollo de casos graves de la enfermedad. “Cae la protección contra la infección de COVID, pero se mantiene la protección contra los desenlaces más importantes”, dijo en rueda de prensa este martes Rafael Araos, asesor del Ministerio de Salud de Chile, al presentar el estudio a seis meses del inicio de la vacunación masiva.

Para Coronavac se registra un 86,02% de efectividad para prevenir la hospitalización; un 89,68% para el ingreso a las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) y un 86,38% en para fallecimientos. Para Pfizer se reporta un 97,15% para evitar la hospitalización, un 98,29% para el ingreso a las UCI y un 100% para fallecimientos.

Incertidumbre ante la variable delta

Chile, que inició su vacunación masiva el 3 de febrero, ha logrado vacunar al 80% de su población objetivo (15,2 millones sobre una población total de 19 millones). Este martes, el país registró 616 nuevos contagios, la cifra más baja desde abril del año pasado.

“Estos datos refuerzan que la vacunación ha tenido un rol importante en el control de la pandemia y si bien vemos algunas ‘banderas rojas’ en cuanto a la disminución de la efectividad de Coronavac y de Pzifer, esto no se ha reflejado hasta el momento en los desenlaces más graves”, agregó Araos.

La disminución de la protección y la incertidumbre que provoca la circulación de la variante delta, mucho más contagiosa, ha hecho que se abra el debate sobre la administración de una tercera dosis de refuerzo. Las autoridades de Uruguay, con un esquema similar de vacunación que el chileno, ya han aprobado una tercera dosis con Pzifer para aquellos que recibieron las dos dosis de Coronavac.

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No obstante, el hecho de que se mantenga la protección para los desenlaces más graves indica que las personas son capaces de producir anticuerpos para hacer frente a la enfermedad. “Si bien caen los anticuerpos y eso permite que ocurran más infecciones, el cuerpo es capaz de responder rápido con una nueva producción de anticuerpos y de esa manera evitar la protección de la enfermedad”, destacó Araos.

El experto espera que la efectividad siga disminuyendo, tal y como ocurre con otras vacunas contra virus respiratorios. “Yo esperaría que siga cayendo lentamente o siguiera como lo hemos visto hasta ahora, a menos que delta se haga más prevalente y (las vacunas) tengan una menor respuesta y quizás podríamos observar una caída más rápida. Esa es la incertidumbre que nos produce delta para todo tipo de predicciones”, acotó.

Fuente: AFP.

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