Frente a los daños económicos causados por la pandemia, en el Reino Unido se acusa a algunos empresarios de recurrir a una práctica muy controvertida para ahorrar: despedir y volver a contratar a los mismos empleados en condiciones peores.

Ya el año pasado, el personal de British Airways, hermana de Iberia en el seno del International Airlines Group (IAG), luchó con la dirección por una serie de despidos y posteriores recontrataciones. En 2019, fueron los empleados del gigante británico de los supermercados Asda quienes enfrentaron a una situación similar.

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Y este abril, British Gas despidió a 500 ingenieros que se habían negado a aceptar nuevos contratos, lo que llevó al mayor sindicato del país, Unite, a denunciar que esta práctica “se está extendiendo como una enfermedad”.

Según una encuesta de la confederación sindical TUC, a casi uno de cada diez trabajadores se les ha ofrecido un nuevo contrato en condiciones peores, so pena de despido. Esta cifra es aún mayor entre los jóvenes y las minorías étnicas.

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Actualmente, los conductores de autobús de Mánchester, los empleados de la fábrica de café Jacobs Douwe Egberts y los trabajadores de las centrales de distribución Tesco están en conflicto por nuevos contratos, denunciados por los sindicatos como una táctica de despido.

Despedir y volver a contratar no es ilegal en el Reino Unido, pero el primer ministro Boris Johnson calificó la medida de “inaceptable”. Por su parte, los sindicatos y el opositor Partido Laborista piden que se prohíba.

“Último recurso”

En opinión de Chris Forde, codirector de un centro de investigación sobre relaciones laborales en Leeds, en el norte de Inglaterra, congelar las contrataciones, incentivar las partidas o el desempleo técnico son mejores soluciones en tiempos de pandemia que el despido y la recontratación, que sólo deben utilizarse como “último recurso”.

La práctica podría “socavar aún más un mercado laboral ya mal regulado en el Reino Unido”, donde las cláusulas de flexibilidad están más extendidas que en otros países, considera. Fuera del Reino Unido, despedir y volver a contratar es extremadamente raro, y en algunos países, como la vecina Irlanda, está totalmente prohibido.

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En la Unión Europea, la práctica requiere una consulta sectorial en la que participen los sindicatos. Los empleados alemanes con contrato fijo, por ejemplo, están protegidos contra esto por la ley y sólo los que tienen contratos temporales pueden enfrentarse a esta práctica en algunos casos concretos.

Pero la situación es muy diferente al otro lado del Atlántico. En Canadá, por ejemplo, despedir y volver a contratar a los trabajadores es legal, explica la especialista en derecho laboral Dalia Gesualdi-Fecteau, de la Universidad de Quebec, y afecta especialmente a los no sindicados, impotentes ante los empresarios.

Oportunismo

Según una investigación del periódico británico Observer, 9 de las 13 empresas acusadas de despedir y luego recontratar a sus empleados obtuvieron beneficios o aumentaron la remuneración de sus ejecutivos. Sin embargo, IAG registró una pérdida neta anual récord de 6.900 millones de euros en 2020 (8.400 millones de dólares), en plena crisis de la aviación por la pandemia, y de 1.100 millones de euros (1.300 millones de dólares) en el primer trimestre de 2021.

Y pese a que British Gas obtuvo un beneficio operativo neto de 80 millones de libras, su empresa matriz Centrica también registró una pérdida de 577 millones de libras antes de impuestos.

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Centrica dijo a la AFP que estos “difíciles” cambios de contrato no están relacionados con el COVID-19, sino que son “necesarios” ante la “reducción de los beneficios a la mitad en los últimos diez años”. Su objetivo, asegura, es proteger 20.000 puestos de trabajo en el Reino Unido, 98% de los cuales ya aceptaron nuevas condiciones.

Pero para Alexander Bryson, profesor de ciencias sociales del University College London, el coronavirus ha permitido a algunas empresas “sobredimensionar sus problemas financieros”. “Algunos empresarios están actuando de forma oportunista para impulsar cosas que ya esperaban hacer antes” de la pandemia, como los planes de reestructuración, considera.

Fuente: AFP.

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