Dos proyectos de vacuna contra el COVID-19, uno británico y el otro chino, demostraron ser seguros para los pacientes y produjeron respuesta inmunitaria importante, según resultados de los ensayos clínicos publicados este lunes en la revista médica The Lancet.

El primero, desarrollado por la Universidad de Oxford en asociación con AstraZeneca, generó “una fuerte respuesta inmunitaria” en un ensayo con más de 1.000 pacientes, y el segundo, apoyado por Cansino Biologics, provocó una fuerte reacción de anticuerpos en otro ensayo en la mayoría de los aproximadamente 500 participantes, según la revista.

Estos ensayos clínicos están aún en una fase preliminar (fase 1/2 y fase 2), y su eficacia debe aún ser establecida en un ensayo de fase 3, sobre un número más importante de participantes, antes de contemplar su comercialización a gran escala.

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Pese a ello, estos resultados eran muy esperados, pues numerosos investigadores y laboratorios de todo el mundo libran una carrera contrarreloj para hallar una vacuna segura y eficaz contra el COVID-19.

“Si nuestra vacuna se revelara eficaz, es una prometedora opción, ya que este tipo de vacuna puede ser fabricada fácilmente a gran escala” comentó Sarah Gilbert, investigadora de la universidad de Oxford.

La vacuna de Oxford, así como la de Cansino, están basadas en un adenavirus modificado que no se replica, lo que las convierte en más seguras en especial para los pacientes más frágiles.

Ninguno de estos dos ensayos generó efectos indeseables graves. Los efectos secundarios más observados fueron fiebre, fatiga y dolor en el punto de inyección de la vacuna.

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