El querido periodista del canal El Trece, Carlos Martini, compartió con sus seguidores una fotografía de su infancia junto a su madre. En su cuenta de Instagram, el presentador de noticiero recordó de manera nostálgica los días de su niñez e hizo un recorrido por el año 1958. Junto a la imagen en blanco y negro, donde se lo ve sonriente junto a su mamá, Martini realizó un posteo cargado de recuerdos y nostalgia.
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“Noche de sábado de recuerdos. Foto de 1958. Yo había nacido el 17 de marzo de ese año. La bella señora que ven es mamá, Juana Escolar de Martini”, así inició su relato. “Volver a 1958. Se iniciaba la construcción del Hotel Guaraní; las mañanas de los sábados bailables en el Salón Blanco de la Confitería Vertua; Confitería La Familia, en Oliva casi Colón; Colón era de doble dirección” escribió Martini. Entre otras cosas, también recordó el carrito tirado a caballos que repartía productos de la panadería La Colmena en Benjamín Constant y Montevideo, y el insuperable pan francés.
Asimismo, rememoró el tranvía 9 a Villa Morra, la participación de Paraguay en el Mundial de Fútbol en Suecia y el naranjin de la Licorería Acosta. “Y no sé si es de ese año pero les cuento: en un cine de Morquio y Eusebio Ayala, algunas personas del público atajaban la sabana donde se proyectaba la película”, manifestó en su escrito. ¿Y por qué sonríe el niño de la foto? No tengo pruebas pero estoy seguro: porque ya sabía que en la década siguiente Guaraní sería el gran protagonista del fútbol paraguayo. Feliz noche de sábado”, remató el periodista.
Carlos Martini, sociólogo, periodista y escritor tiene un poco más de 100.000 seguidores. El profesional y amante de la lectura utiliza sus redes sociales para compartir y cautivar a su público con informaciones, opiniones sobre libros, experiencias y momentos de su vida.
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Carlos Peris: “Todo proyecto de gobierno necesita sociólogos”
- Jimmi Peralta
- Fotos: Archivo
El Dr. Carlos Peris, en conversación con La Nación, aborda una breve reseña de la historia de la sociología en Paraguay, su situación actual y su proyección. En ese marco, plantea una puesta en valor práctico de esta especialidad de las ciencias humanas, que en el contexto de urgencias para el desarrollo productivo nacional nuevamente corre el riesgo de ser postergada en su desarrollo.
Entre otras tantas cosas, desarrollo de la ciencia sin dudas replica con retraso en Paraguay, algo propio del país cuyas causas pueden ser imputadas a sus condiciones geográficas, económicas, migratorias, políticas, culturales y otras tantas más. En los últimos vagones de ese aletargado tren del conocimiento sistemático y verificable, se encuentran aquellas disciplinas que suelen nombrarse de manera general como humanidades.
Ahí, en ese puñado de ramas académicas resiste la sociología, con todavía una novel facultad en la Universidad Nacional de Asunción, y luego de transitar muchas décadas de menoscabo o cajonear por cuestiones políticas a los libros de Comte, Marx, Durkheim, Weber y otros.
El Dr. Carlos Peris, en conversación con La Nación, aborda una breve reseña de la historia de la sociología en Paraguay, su situación actual y su proyección. En ese marco, plantea una puesta en valor práctico de esta especialidad de las ciencias humanas, que en el contexto de urgencias para el desarrollo productivo nacional nuevamente corre el riesgo de ser postergada en su desarrollo.
–¿Cuáles son los orígenes de la Sociología en Paraguay?
–La Sociología en Paraguay empezó a principios del siglo XX de manera muy lenta y secundaria, surgiendo como una materia más dentro de la formación en Derecho. El desarrollo científico del país era muy incipiente, el acceso universitario restringido y la oferta académica se limitaba principalmente a ciencias jurídicas y de la salud, solo en la Universidad Nacional (hoy Universidad Nacional de Asunción).
–¿Existía por entonces alguna inclinación hacía algún marco teórico?
–Los primeros “manuales de Sociología” fueron elaborados por los profesores que llevaron la cátedra, cronológicamente: Cecilio Báez, Ignacio A. Pane y Justo Pastor Prieto. Estos manuales eran positivistas y entendían a la sociedad como un todo orgánico, siguiendo los lineamientos de Auguste Comte y la escuela francesa. Esta orientación teórica se explica porque la sociedad paraguaya de aquella época estaba muy influenciada por las ideas liberales, fruto de la influencia extranjera que entró luego de la guerra contra la Triple Alianza. En sentido estricto, no se puede hablar de una disciplina científica consolidada en esa etapa. El primer texto propiamente sociológico fue “Migraciones”, de Eligio Ayala, publicado en 1941, aunque escrito en Berna en 1915.
–¿Hasta cuándo se limitó la Sociología solo como una cátedra?
–En la década de 1960 se intentó abrir la carrera de Ciencias Sociales en la Universidad Nacional, pero quedó únicamente en los papeles. Una ciencia crítica como la sociología no era conveniente para el estronismo. Un hito fundamental se estableció en 1964, cuando se fundó el Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos, cuyo principal responsable fue Domingo Rivarola. Ahí sí ya podemos hablar de una disciplina no académica, pero científica, que se materializaba en trabajos, libros y una revista en los cuales se debatían cuestiones sociológicas. Lo rural, los procesos migratorios y la estructura social eran los principales temas de investigación. Recién en 1972 se fundó la carrera de Sociología en la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción. Sin embargo, esta iniciativa se vio truncada en la década de 1980 cuando la carrera se cerró con la excusa de que se iba a abrir un centro de investigación sociológico. Nunca pasó, y así el intento de una sociología académica volvió a morir. Lo positivo de esta época fue la consolidación de un grupo de personas que ejercían sociología, entre los que se puede citar a Domingo Rivarola, Ramón Fogel, Luis A. Galeano y Tomás Palau como los principales exponentes.
–¿Y qué ocurre con la sociología en el país después de la dictadura?
–La transición democrática marcó un momento de renacimiento para la Sociología paraguaya. En la década de los 90 vuelve la Sociología a la Universidad Católica y, finalmente, en la década de los 2000 se abre la carrera de Ciencias Sociales en la Universidad Nacional de Asunción, concretando así una aspiración que había quedado trunca, décadas atrás. Este resurgimiento respondía a una necesidad urgente: una sociedad que necesitaba más que nunca entenderse a sí misma debido a las profundas transformaciones que estaba experimentando. La democratización, los cambios económicos, los nuevos movimientos sociales y la apertura internacional requerían herramientas analíticas que solo las ciencias sociales podían proporcionar.
–¿Qué otras temáticas de estudio surgen en ese contexto?
–Los temas de investigación sociológica se fueron diversificando considerablemente, alejándose de la concentración casi exclusiva en lo rural que caracterizó las primeras décadas. La agenda sociológica se expandió para abordar las nuevas realidades del país: procesos de urbanización acelerada, transformaciones en el mundo del trabajo, políticas públicas, movimientos sociales, género, juventudes, y fenómenos emergentes como la migración internacional.
–¿Se puede afirmar que en la actualidad la sociología en Paraguay está consolidada en su desarrollo?
–Sí, definitivamente existe una consolidación, aunque todavía con limitaciones importantes. La carrera de Sociología sigue funcionando en la Universidad Católica y, algo más significativo, se desarrolla en la Universidad Nacional de Asunción dentro de la Facultad de Ciencias Sociales. Que esté en una universidad pública con autonomía es algo que la eleva y la consolida significativamente.
También existen gremios profesionales activos. La Sociedad Paraguaya de Sociología, que tengo el honor de presidir, se formalizó el pasado 21 de julio de 2025 mediante el decreto presidencial n.° 4224. Está activa desde el año 2020, ha publicado más de 5 libros, realizó talleres de capacitación a la comunidad profesional y público en general, y pertenece a la Asociación Internacional de Sociología. Además, fue partícipe en la Cámara de Senadores, junto con el otro gremio, de establecer el Día del Sociólogo/a el 30 de enero, en honor a la cátedra de sociología de Cecilio Báez.
–A pesar de sus vaivenes en este siglo, este es un gremio afín a las publicaciones.
–Las revistas emblemáticas siguen activas: la Revista Paraguaya de Sociología y Estudios Paraguayos mantienen vivo el debate académico. Los profesionales continúan formándose: muchos han obtenido doctorados de prestigio y llevan adelante investigación social de punta en el país. Hoy el quehacer sociológico abarca todos los tópicos de la cuestión social: ruralidad, educación, trabajo, desarrollo urbano, políticas sociales, violencia, desigualdades, medioambiente e ilegalismos, reflejando tanto la maduración de la disciplina como la complejización de la sociedad paraguaya contemporánea.
–¿Cuáles son los principales desafíos actuales que enfrenta la sociología paraguaya?
–El principal desafío es la falta de recursos para la investigación. Aquí, sin lugar a dudas, emerge el Conacyt, una institución que, a mi criterio, requiere una mirada más hacia las ciencias sociales. Aún hay muchas autoridades y científicos que menosprecian las ciencias sociales en su conjunto; esta es una triste realidad.
Por otro lado, me gustaría resaltar el papel de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNA, que es el lugar por excelencia donde el Estado debe brindar un apoyo sostenido para desarrollar las líneas de investigación sociológicas. La institución ha demostrado su liderazgo en la formación de sociólogos y sociólogas, y el futuro de la disciplina, en gran medida, está ahí. Con respecto a los gremios, creo que enfrentamos el desafío de hacer visible la producción sociológica paraguaya. Tenemos investigadores de calidad, pero sus trabajos circulan poco debido a la falta de recursos para publicaciones y difusión académica. Hay que instalar en el conjunto social la comprensión de por qué se necesitan profesionales de Sociología y por qué es una disciplina fundamental para el desarrollo del país.
–Y del futuro, ¿qué nos podría decir?
–El futuro de la sociología paraguaya debe pasar necesariamente por el fortalecimiento de la universidad pública. La Sociología debe seguir viva en la Universidad Católica, incluso por la propia cuestión social que busca la Iglesia paraguaya, pero es en la Facultad de Ciencias Sociales de la UNA donde debe concentrarse el mayor esfuerzo de desarrollo.
Es fundamental que el Estado comprenda que al Paraguay le conviene desarrollar sociólogos y sociólogas, porque solo así se podrá pensar en un desarrollo sostenible y más justo. Hoy se habla mucho de que el Paraguay necesita más ingenieros, pero ¿de qué sirve la tecnología sin perspectiva social? La tecnología sin comprensión sociológica es, de hecho, causante de grandes desigualdades y desequilibrios.
–¿Y cómo se da ese aporte desde la academia?
–Todo proyecto de gobierno necesita sociólogos que ayuden a entender las intervenciones sociales. Las políticas públicas, los programas de desarrollo, la planificación urbana, la educación, la salud pública, todos estos ámbitos requieren una comprensión profunda de las dinámicas sociales para ser efectivos.
Necesitamos una política de Estado que invierta en investigación social, que cree programas de doctorado, que fortalezca las bibliotecas especializadas y que entienda que la sociología es una carrera fundamental para el desarrollo nacional. Es un mito que no existe salida laboral: cada vez se necesitan más profesionales capaces de analizar, interpretar y proponer soluciones a los complejos desafíos sociales del Paraguay contemporáneo.
El futuro de la sociología paraguaya pasa por una obligación política responsable de apoyar la investigación social dentro de la universidad pública y por su consolidación como herramienta indispensable para construir un país más equitativo y consciente de sus realidades.
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Abdo offshore: “No solo la Fiscalía debe investigar, también a nivel internacional”, asegura periodista
El periodista e investigador paraguayo Jorge Torres, de Nación Media, considera que la denuncia que hoy involucra al expresidente Mario Abdo Benítez es extremadamente grave, por lo que urge una exhaustiva investigación. En ese sentido, dijo que no solo el Ministerio Público debe actuar de oficio, aquí internamente, ya que también debería abrirse una investigación al más alto nivel internacional.
En comunicación con La Nación/Nación Media, Torres explicó que se está hablando de 21 millones de dólares en paraísos fiscales, del cual el periodista de investigación de la Argentina, Luis Gasulla está dando a conocer a través de su portal PeriodismoyPunto. El investigador argentino mostró muchas evidencias, como por ejemplo, las empresas que realizan las transferencias, número de cuentas, fechas, etc.
“Más allá de que es una obligación que tiene la Fiscalía de abrir una investigación de oficio a nivel local, este caso tiene que ser investigado al más alto nivel internacional. ¿A qué me refiero al más alto nivel internacional? Pues se tiene que determinar si se usó el sistema financiero o el sistema bancario de los Estados Unidos", explicó.
Señaló que de confirmarse esto, a todas luces se estaría tratando de un dinero que tendría un origen, fruto de cuestiones ilícitas o de una tremenda corrupción.
“Si la fiscalía acá nos abre una investigación, que tiene todos los elementos para hacerlo, va a ser muy difícil de arrancar, para dilucidar la veracidad o no del hecho denunciado, que no basta solamente con el desmentido que hizo el afectado Mario Abdo Benítez”, acotó.
Es lógica la negación
Torres destacó que cae de maduro que, Abdo Benítez salga a negar la existencia de ese dinero en bancos de la isla Seychelles (África). Indicó que sería como “echarse la soga al cuello”, porque no hay manera de justificar los 21 millones de dólares.
“Se trata de tener dinero escondido en paraísos fiscales; los cuales otorgan una serie de beneficios como por ejemplo esas entidades financieras, en principio no están obligadas a proveer información a investigaciones periodísticas ni judiciales”, explicó.
Por ello, considera importante la participación o la colaboración de organismos internacionales del más alto nivel, para que se puedan revisar los convenios de cooperación que tiene con la isla Seychelles, a fin de invocar convenios internacionales que tienen las Naciones Unidas, por ejemplo.
“Es la única manera de poder avanzar en una investigación. Hay casos anteriores, en donde se ha utilizado el sistema financiero, el sistema bancario de los Estados Unidos, y se ha utilizado su moneda que es el dólar. Eso ya significó un punto de partida para que el gobierno de los Estados Unidos abra una investigación para poder dilucidar el origen de estos fondos y hacerle seguimiento a la ruta del dinero”, comentó.
Casos similares
En los casos anteriores, como en la Argentina, la denuncia del periodista que realizó el fallecido periodista Jorge Lanata, hace nueve años, “La ruta del dinero K”, indicó que llevó 9 años en dilucidar.
“La justicia argentina adoptó varias instancias, pero solo pudieron llegar a la condena a la expresidenta Cristina Fernández, luego de lograr la cooperación del más alto nivel internacional”, precisó,
Señaló otro ejemplo, el escándalo de la FIFA Gate y lo que pasó con un banco suizo, el Julius Baer Bank, que admitió ante la justicia norteamericana el lavado de más de US$ 36 millones en sobornos.
“A este banco suizo se le hicieron varios requerimientos de distintos países, donde dirigentes de fútbol habían guardado dinero de origen turbio. Cuando toma intervención la justicia norteamericana le dice, a este banco que, si no coopera, podrán verse obligados a cortarle la posibilidad de que operen con la moneda dólar”, recordó.
A partir de ahí, este banco termina haciendo dos cosas, reconociendo que fue utilizado para el lavado de dinero de grandes dirigentes del fútbol tras el escándalo de la FIFA Gate y termina pagando una multa de 32 millones de dólares.
“Entonces, se puede dilucidar, y se puede hacer seguimiento a la ruta del dinero, pero necesitamos que se abra una causa a nivel local y hay que pedir la colaboración a nivel internacional. Eso es fundamental para esclarecer esta grave denuncia”, indicó.
A disposición de la Justicia
Asimismo, señaló que, el expresidente Mario Abdo Benítez, no tiene que ponerse a disposición del periodista que hizo la investigación, Luis Gasulla. Sino que tiene que ponerse a disposición de la Fiscalía, que es el órgano natural que tiene que hacer la investigación.
“El Ministerio Público tiene las herramientas para indagar y posteriormente verificar cuáles son los tratados internacionales que tiene la isla, que ellos utilizan una asistencia jurídica mutua en asuntos penales, incluidos las relaciones con la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción, principalmente a través de su ley de asistencia mutua en asuntos penales”, acotó.
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“Callate porque te voy a matar”, el escalofriante relato de una periodista que sufrió un asalto
La periodista Alba Duarte relató el dramático momento que afrontó cuando un asaltante ingresó a su domicilio en la madrugada de ayer miércoles en la ciudad de Itauguá. La joven fue sorprendida en su cama por el delincuente que la amenazó de muerte tomándola del cuello, pero gracias a su perro, un pastor alemán, logró zafar de su agresor.
“Eran como a las 5:30 de la mañana aproximadamente. Yo estaba durmiendo y siento algo así como una presión sobre el pecho y abro los ojos y en un momento dado pensé que era mi papá, porque él tiene la llave de mi casa. Pensé que me iba a avisar algo y le digo: papá, papá. Y me dice: tu papá no te va a salvar”, señaló a la 1080 AM.
Fue en ese momento que la joven se dio cuenta de que se trataba de un asaltante. “Ahí dimensiono que era un desconocido que estaba sobre mí, siento ahí su mano, entre mis piernas, porque yo tenía un vestido y ahí simplemente me arrasó el terror, el asco. Y traté de salirme de él, pero no podía porque estaba ahí con todo el peso sobre mí. Encima me decía: calláte porque te voy a matar. Y me agarra del cuello”, indicó.
Entre sollozos, Duarte manifestó que lo único que pedía es “que sea rápido”, al aludir a que no sea una situación aún más traumática para ella, ante la inminencia de un hecho de abuso sexual.
“La verdad que acordarme de eso me hace muy mal. Y en segundos así cuando ya me resigné prácticamente al abuso, porque lo vi venir el abuso, ahí me doy cuenta que mi perra salta por la ventana, una pastor alemán. Ahí me doy cuenta que el ladrón entró por la ventana”, detalló.
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Aparentemente, el can asustó al ladrón y ese momento fue aprovechado por la víctima para intentar liberarse de él. “Agarro mi celular para llamar a mi papá y ahí me arrebata el celular. Y trata de salir por la ventana, pero al verme a mí que no paraba de gritar, él se enreda, pero logra salir por la ventana y corre”, manifestó.
Los gritos desesperados de la joven alertaron a los vecinos, quienes salieron a intervenir y también fueron amenazados de muerte por el ladrón. “Yo estaba totalmente paralizada. Me voy a hacer la denuncia, me trataron en todo momento con muchísima dignidad en la comisaría y en la Fiscalía”, destacó.
Sin embargo, la comunicadora tuvo una mala experiencia cuando acudió al hospital a solicitar un diagnóstico médico para respaldar su denuncia y respetando el protocolo establecido para los casos de intento de abuso sexual.
“Me voy al hospital distrital de Itauguá, yo ya estaba más calmada. Ahí me atiende muy bien un enfermero y me dice vas a pasar con el doctor. Me atiende el doctor Daniel Velázquez y me dice: cuál es tu situación. Y le conté lo que pasó. Fue intento de asalto me preguntó, sí le respondí. No le conocés entonces me dijo. Y para qué querés un diagnóstico médico, me preguntó. O sea de entrada fue un trato que lo consideré nada empático”, cuestionó.
Según la denunciante, el médico indagó sobre su vida privada. “Me dice: vivís con tus padres, sos soltera, casada. Y le digo que no vivo con mis padres. Y me dice: no tenés una pareja o alguien de vez en cuando. Y le digo que no. Y me dice: ya ves, esto te pasa porque vivís sola, tenés que buscar un hombre”, relató.
Tras la denuncia pública, las autoridades sanitarias anunciaron que abrirán una investigación contra el médico que atendió a la periodista.
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Crimen de alemanes en Areguá inspira novela de misterio
El escritor y empresario Alejandro G. Roemmers (Buenos Aires, 1958) firma “El misterio del último Stradivarius” (Planeta), una novela que cuenta con el prólogo del Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa. Roemmers ha explicado que se trata del último libro que leyó y sobre el que escribió el peruano antes de su fallecimiento el pasado 13 de abril.
“Me lo trajo (el prólogo) el hijo Álvaro, me dijo: ‘Mira, mi papá se empeñó en escribir esto. Después ya no podía escribir porque le temblaba mucho la mano y me llamó para dictarme. Me dictó en Perú el final y me dijo que, si él no podía estar en la presentación de tu novela, que tenía que ir y leer este escrito’. Me dijo que es el último libro que leyó y lo último que escribió es esto", ha explicado Roemmers en un encuentro con los medios en Cremona (Italia), ciudad en la que transcurre su novela.
Vargas Llosa y Roemmers mantenían una relación cercana, aunque el Premio Nobel no le había visto siempre como un empresario. “Aunque me conoció como empresario nunca le hablé de negocios. Siempre hablamos de literatura, de temas espirituales o de poesía”, ha añadido el autor.
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Así, el prólogo, del que se publica un extracto por exigencias editoriales, fue una sorpresa para Roemmers, quien le envió su obra a Vargas Llosa para que le diese su opinión. “Sabía que estaba ya un poco mayor y un poco afectado. Nunca más llegué a hablar con él personalmente, de lo que le mandé, así que tampoco se lo pude realmente agradecer como hubiera querido. Quedé muy, muy conmovido”, ha explicado.
Otra figura que marca ‘El misterio del último Stradivarius’ --y que en esta ocasión sí aparece como un personaje en las últimas páginas del thriller histórico-- es el Papa Francisco. El autor le dedica el libro a él. “A su Santidad el Papa Francisco por su incansable labor en favor de la Paz y la Fraternidad Universal”, se puede leer.
Roemmers ha explicado que, además de mantener una relación cercana, le une a Bergolio el “deseo” de que la paz que consiguió Europa tras la Segunda Guerra Mundial, se mantenga. Cinco días antes de la muerte del Pontífice, Roemmers soñó que Francisco le “pedía” que le incluyese en la dedicatoria, y así lo hizo. “Bergolio era muy abierto a la integración de las religiones”, ha recordado.
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‘El misterio del último Stradivarius’ narra dos historias paralelas: la parte histórica cuenta el devenir del último violín construido por el lutier Antonio Stradivari en el siglo XVIII, mientras que por otro lado sigue la investigación de un doble asesinato en una pequeña ciudad de Paraguay.
Este suceso parte de hechos reales. Se trata del asesinato del científico, arqueólogo, músico y lutier alemán Bernard Raymond von Bredow y su hija de catorce años, ocurrido en 2021 en su casa de Areguá. Su causa fue relacionada con el robo de los violines Stradivarius que tenía en su propiedad. Este hecho marcó a Roemmers hasta el punto de hacer esta novela en la que, por el contrario, el violín es el objeto “pacificador”.
Pasión frustrada
Aunque el dramaturgo y poeta no está desvinculado completamente del mundo empresarial --si bien es una relación “distante y trimestral”--, ha reiterado en varias ocasiones que su pasión es la literatura y ha abogado por seguir los deseos propios. “Hay mucha gente que dice que si hubieran admitido a la Academia de Pintura a Adolf Hitler no habría destruido gran parte de Europa. Y es probable, porque él quería ser pintor. A veces frustrar a una persona en lo que quiere realizar, tiene consecuencias. Hay que seguir lo que es la pasión de uno”, ha precisado.
Su investigación sobre los Stradivarius ha llevado a Roemmers hasta Cremona (Italia), ciudad natal del famoso lutier y que en la actualidad cuenta con la mayor densidad de talleres de lutiers del mundo --concretamente 180 negocios--, según han explicado el maestro Sperzaga del Instituto de Enseñanza Superior ‘Antonio Stradivari’ de Cremona en declaraciones a Europa Press. Esta entidad ha formado a 1.400 alumnos desde su creación, hace 87 años. Muy cerca de los escenarios de la novela --la casa de Stradivari o el Museo del Violino--, a esta escuela siguen llegando estudiantes de todas partes del mundo en la actualidad para aprender un oficio artesanal para el que “sigue habiendo mercado”.
Fuente: Europa Press.