Días pasados, la guitarrista paraguaya internacionalmente reconocida, Berta Rojas, utilizó su cuenta de Facebook para realizar un anuncio expresando: “Después de 16 largos meses, de nuevo a Berklee para dar una clínica en el hermoso Berklee Performing Arts Center”.
De igual manera, en la jornada de ayer compartió una fotografía en la entrada del Berklee College of Music en Boston, Estados Unidos, porque cabe resaltar que se trata de una de las mejores universidades de música del mundo.
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Adjunto al pie de la imagen escribió: “Mi primer día como maestra a tiempo completo en Berklee College, la escuela de mis sueños. No puedo ser más feliz. Gracias Berklee Guitar Department”, y al finalizar destacó “en persona después de tanto tiempo...”, debido a que finalmente vuelven a las clases presenciales.
En este contexto, es importante destacar que en plena pandemia Berta ha dado a luz al proyecto musical online denominado “Jeporeka 2021”, un espacio de encuentro, formación y desarrollo de jóvenes músicos paraguayos. En el mes de julio pasado se dio a conocer la lista de los 30 artistas de diferentes localidades del país que emprenderán el desafío de crear diez nuevas canciones que serán grabadas en audio y video.
Esta edición tiene como tema “La canción, nuestro retrato”. El proceso creativo estará acompañado por grandes maestros de la música nacional e internacional, quienes trabajarán en equipo junto a 10 cantantes, 10 compositores y 10 autores.
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Al respecto, la reconocida artista nacional Berta Rojas expresó: “Estamos felices con el proceso de selección. Fue un arduo trabajo hecho con muchísimo amor. Ahora nos espera la tarea creativa y ver qué caminos van tomando los jóvenes integrantes de Jeporeka 2021”.
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Carmen Dora, su pintura y el legendario 121
- Por Toni Roberto
- tonirobertogodoy@gmail.com
Este domingo, Toni Roberto nos lleva hasta el alma de una vieja casa de la calle Tte. Ruiz, del barrio Las Mercedes, donde habitaba la pintora Carmen Dora Pérez, una artista que hoy, después de más de una década de su partida, es redescubierta por la investigadora, antropóloga y artista Fátima Martini. Inspirado en ello, el autor de estas páginas hace un recorrido imaginario por su obra en el legendario pequeño coche de esta mujer paraguaya del siglo XX.
Tengo una sola manera de mirar la obra de Carmen Dora Pérez (1930-2011); sentado en su antiguo Mazda 121 de los años 70, recorriendo con ella y su madre Mamá Dora, su eterna copiloto, los barrios de Asunción. Los que tuvimos el privilegio de conocerla y alternar por varios años podemos visualizar su pintura de otra manera, desde la inmaculada subjetividad que nos dan los afectos, aquellos imborrables que nos regaló ella, gracias a una ciudad que en aquellas décadas era muchos más lenta y que nos daba la posibilidad de sumergirnos en lo que hoy, en el siglo XXI, llamamos “glocalidad”.
“Carmen Dora, ¿podés dejarme en la parada del 30?” o “¿te vas a ir a la muestra en Magíster, nos podemos ir contigo?” son los vagos recuerdos que me quedan de aquellos maravillosos años 80, cuando nos conocimos en la vieja casita de madera del IDAP (Instituto para el Desarrollo Armónico de la Personalidad), al que llamábamos naturalmente la casita del TEI.
En largas clases de pintura con Olga Blinder, se notaba quién seguía al pie de la letra las instrucciones y también quiénes no, como Carmen Dora y yo, que junto a otros formábamos esa rebelde cofradía. Cuando Fátima Martini me presentó el delicado trabajo de rescate de su obra contenida en unas páginas digitales, esa ventana de la notebook se convirtió en la misma de aquel autito celeste de cuatro puertas que parecía preparado para un viaje con la familia Picapiedra. Mujeres, mujeres y más mujeres, como ella, una generación que nació entre los quehaceres del hogar de una tradicional ama de casa y la determinación de llevar tareas independientes como lo hizo ella a partir de la decisión de dedicarse a la expresión tomando varios talleres de arte.
CARMEN DORA Y LA LIBERTAD DE LAS PALOMAS
Todas las féminas retratadas por Carmen Dora tienen mucha personalidad. Tal vez desde una mirada chagalliana, congeladas en el tiempo, recordando a muchas de su generación que vivían a caballo entre la opresión y la potente libertad que dan las palomas que aparecen y desaparecen en sus obras. En el recorrido en el legendario coche, llegamos a sus arquitecturas y a sus particulares flores que, después de ver tantas damas retratadas por ella, con una mirada a “no sé dónde”, me recuerdan a la primera pintora paraguaya Ofelia Echagüe Vera de Kunos, tal vez rescatada de las enseñanzas de Blinder, quien fuera alumna y vecina de aquella adelantada mujer paraguaya del siglo XX, dibujante, pintora y educadora.
Todo ello me lleva a buscarlas en esas casonas, en esas flores, en esas naturalezas. Tal vez, conciente o inconcientemente, siempre estarán ahí, en cada una de esas puertas, de esas ventanas, en cada pétalo de las flores de algunos de sus jarrones, en la torre de alguna de sus iglesias o simplemente en la tensa quietud de sus fugaces palomas decididas a volar a quién sabe dónde.
El viaje en el 121 terminó. Llegamos a su casa, a una angosta pero extensa cuadra de la calle Tte. Ruiz, del barrio Las Mercedes, tratando de seguir recorriendo la obra de Carmen Dora Pérez, que hoy nos sorprende al redescubrirla en la tercera década del siglo XXI desde un rincón de la ciudad de Asunción.
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Docente ejemplar: “Isamar se merecía celebrar el Día del maestro”
Karina Ríos (karina.rios@nacionmedia.com).
El sueño de Isamar Cabral siempre fue enseñar y amaba mucho a cada uno de sus alumnos en la ciudad de Loreto (Concepción). “De lunes a viernes, ella hacía un recorrido de 30 a 35 kilómetros para poder llegar de una escuela a otra. Siempre estaba dispuesta a ayudar, siempre estaba con una hermosa sonrisa con la que conquistó a todos sus alumnos y que aún la recuerdan”, recordó su amigo cercano Pedro Martínez en entrevista con La Nación/Nación Media.
“Podemos decir que la querida Isamar descansa en paz”, dijo el también docente, tras darse a conocer, el miércoles pasado, la sentencia contra los dos criminales que truncaron la vida de la joven de 28 años, el 26 de abril de 2022, con el fin de apropiarse de su vehículo, cuando Isamar salió de la escuela San Rafael para dirigirse a dar clases a sus alumnos del nivel inicial en otra escuela rural en Cañada Lourdes.
Martínez afirmó que la maestra constantemente estaba capacitándose y que se ganó su puesto laboral con mucho sacrificio como todo docente rural. “Su muerte marcó mucho al departamento y a los docentes de todo el país, porque se dio dos días antes del Día del maestro (30 de abril), día que se merecía celebrar”, resaltó.
Recorrido en moto
Pedro indicó que en sus primeros años en la docencia Isamar hacía el recorrido en moto y que ni las fuertes lluvias, tormentas o el intenso calor hicieron que ella flaqueara para llegar a dar clases y que, con mucho sacrificio, pudo comprarse un auto, que fue el móvil del cruel crimen.
“Ella se movilizaba primeramente en una moto y, cuando llegó ese fatídico día, ya tenía su propio auto, que lucho mucho para comprar. Era una persona llena de ilusiones, tenía muchas ganas de trabajar, muy rápidamente conquistó a todos con su bondad y amabilidad”, relató.
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Paz para sus padres
El docente indicó que con esta condena tal vez no devuelva la gran pérdida que representa la trágica partida de la joven profesional para la institución, colegas y sus padres, pero trajo un alivio para sobrellevar la situación. Además, de saber que nadie más pasará por lo mismo.
“Nos vamos conformes y con una cierta paz. Esperemos que llegue esa paz para su madre doña Norma y su padre don Miguel, que no van a recuperar a su amada hija que fue segada por manos de estos criminales”, puntualizó Martínez.
Así ocurrieron los hechos
Según una cocinera, una de las testigos principales del caso, aquel 26 de abril del 2022, Isamar salió apurada pasadas las 11:00 porque tenía que llegar a tiempo a la otra escuela y no llegó a almorzar, pero llevó ese día la comida en una vianda. En el trayecto, la joven de 28 años fue emboscada por los acusados, cuyo fin era robarle su automóvil, pero la asesinaron y su cuerpo fue abandonado al costado de un camino a 100 kilómetros de donde fue vista por última vez.
El jueves 28 de abril, dos días después de su muerte, fue demorado Germán Clavelino Larrea, quien fue el encargado de llevar el automóvil de la educadora desde Loreto a Yby Yaú, supuestamente a pedido de Hilario Gayoso Duarte. en cuya vivienda fue hallado el vehículo. Mientras tanto, toda la comunidad de Loreto se unía masivamente para despedir a la maestra y reclamar justicia para su memoria.
El último miércoles 24 de abril, a dos días antes de su aniversario de muerte, un tribunal emitió la condena de 22 años años de cárcel para Hilario Gayoso Duarte, de 42 años, y de 25 años de cárcel para Germán Clavelino Larrea, de 33 años, los criminales que acabaron con vida de la profesional.
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Declararon 51 personas
El tribunal integrado por Teresa Concepción Jara Morel, Jovino Ramón González Alcaraz y Shirley Morales Escobar corroboró que el hecho de robo con resultado de muerte fue organizado y perpetrado con premeditación por los acusados. La lectura de la sentencia completa fue programada para el 2 de mayo a las 12:30.
La jueza Jara Morel, presidenta del tribunal, realizó la argumentación de la sentencia, refiriendo que declararon 51 personas, así como se presentaron 87 pruebas documentales y 3 pruebas periciales, además de una pericia solicitada por el cuerpo de magistrados, en el marco del juicio.
Como dijo Pedro, la recordación del Día del maestro tendrá un gran vacío para la comunidad educativa de Loreto, aliviado por el acto de justicia, pero evocando la sonrisa de Isamar hacia sus alumnos y sus sacrificios que tuvieron por motor la pasión por la docencia, como cientos de maestros rurales que siguen luchando por un mejor Paraguay.
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A una pista de skate sumaron un sitio para compartir música, salsa y poemas
- Por Dolly Galeano
- dollygaleano@gmail.com
- Ciudad del Este. Agencia Regional
Si quieres aprender a bailar salsa, a sacar tus ganas de dibujas, pintar, o a escuchar poesía, música, Jardín Espacio Cultural es un centro donde se comparte arte en sus variadas expresiones en medio de tragos y picadas. Nació de la necesidad de contar con un lugar donde compartir entre artistas y el público que disfruta del arte, según sus mentores. Hablan que es Ciudad del Este y dejan de lado la frase “no parece CDE”.
En el lugar desarrollan talleres propios como también reciben propuestas de gente que tenga una idea o un proyecto que quiera ejecutar, para la cual proveen la infraestructura y el conocimiento para ayudar en lo que pueda ser posible. Es lo que explicó a La Nación/Nación Media, Marcelo Cardozo, uno de los creadores del proyecto.
“Tertulia de poemas nuevos”, “Noche de salsa”, “Dibujo y birra. Vení a dibujar con buena música”, y “Vinyl Sessions”, con discos sobre clásicos del rock, rock argentino, bossa y otros, son algunas de las propuestas compartidas.
Las clases de salsa son con un maestro cubano Pablo Mestre. El local está ubicado en el barrio Boquerón, abierto de martes a sábado desde las 17:00.
“Desarrolla talleres propios, pero también reciben propuestas de gente que tenga un proyecto que quiera ejecutar, facilitándole toda la infraestructura y el apoyo para materializar la idea”.
MÁS PROPUESTAS
El espacio artístico cumplió un año y nació a partir de una pista de skate, ya que el grupo creó primero un sitio para la práctica del skteboarding y luego ver que era necesario algo más. La casa venía funcionando desde octubre de 2022 con los jóvenes de Once42 (Grupo de Skate) cuando se suma Marcelo Cardozo para incorporar arte y así se creó Jardín Espacio Cultural. La primera actividad oficial fue el “Taller de murales” el 15 y 16 de abril de 2023.
“Venimos activando cada vez más en diferentes áreas. El año pasado se sumaron los chicos de Folk Bier, cerveza artesanal hecha en Ciudad del Este y se encargan de atender la cantina. Todos juntos trabajamos en todas las actividades, siempre que cada uno esté disponible”, refirió Cardozo. Se trata de un rincón donde van alternando emprendedores, cada uno con sus proyectos, sumándose a la propuesta central del sitio, tanto en ideas culturales como gastronómicas.
EN CADA ACTIVIDAD, CARAS NUEVAS
Sobre la respuesta del público al proyecto, Marcelo Cardozo dijo que “es bastante positiva” y que se dieron cuenta de una particularidad: “Es que con cada actividad que realizamos vemos caras nuevas, de todas las edades; solemos recibir comentarios de gente que se sorprende al conocer el espacio, también la apertura en darnos ideas o contarnos de sus proyectos para trabajar en conjunto”.
“Una frase que escuchamos siempre es ‘no parece Ciudad del Este’ y les decimos que sí es Ciudad del Este, porque es la única casa con estas características”, remarcó Marcelo Cardozo, enfatizando que cuentan en un solo lugar con la pista de skate y un centro cultural donde no solo se puede disfrutar viendo o escuchando, sino haciéndolo.
ESCUELA DE SKATEBOARD
Sobre la pista de skateboarding, los socios iniciales son José López, Edward Muñoz, Rubén González y Osni Corrêa Filho. “Todo empezó por la necesidad de contar con una rampa o pista pequeña particular donde poder practicar el deporte después del horario laboral, que cada uno de los amigos pueda ir a disfrutar en un espacio seguro”, contó Cardozo.
Encontraron la casa ya disponible con un tinglado en el fondo donde construyeron la primera rampa con sus propias manos y, más tarde, habilitan la escuelita de Skate, donde se enseña a practicar el deporte a partir de los 5 años.
Para el aniversario de la pista, en noviembre de 2023, se concluyó la construcción dentro del tinglado contando con una pista bajo techo, hecha en madera, de 360 metros cuadrados, destacó Marcelo Cardozo, acotando que es la única con techo dentro del país.
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El arte indígena gana protagonismo en la decoración de interiores
La Nación del Finde conversó con Gustavo Gauto García, fundador del espacio Popore junto con César Centurión, sobre el auge de la decoración con artesanía de los distintos pueblos nativos del Paraguay. Contó que cuando su local nació, en el año 2017 y de forma online, si bien había gente que incorporaba arte indígena y arte popular en sus ambientaciones era una minoría en comparación con la tendencia que se está dando en estos últimos años.
“Este auge repercute directa y positivamente en las familias de artistas que viven de este trabajo y mantienen un legado ancestral” (Gustavo Gauto García, gestor cultural y creador del espacio Popore).
“Desde Popore, al crear la marca, quisimos que las obras no se vean nada más como piezas expuestas en pedestales. El trabajo fue exhibir de una manera que se acerque más al cotidiano de las personas, en una sala, en el comedor, en la habitación y de esta manera se pueda apreciar de cómo podrías utilizar, por ejemplo, un cesto Mbya Guaraní, dando ideas al cliente”, señaló.
LEGADO ANCESTRAL
Dijo que hoy en día muchos arquitectos, decoradores y empresarios del rubro inmobiliario optan por el arte indígena y popular para la identidad de sus espacios. “De esta manera más personas consumen lo nuestro y es algo que nos pone superfelices, ya que esto repercute directa y positivamente en las familias de artistas que viven de este trabajo y mantienen un legado ancestral”, celebró.
Al hablar de arte indígena, Gustavo destacó las creaciones de los Mbya Guaraní en todo lo que es cestería, fibras planas para enmarcado (cuadros) y tallas en madera. En el bagaje de los Aché se pueden hallar tallas en madera de cedro con dibujo pirograbado, una de las piezas más solicitadas, y pantallas en fibras naturales que son enmarcadas para cuadros.
Entre tanto, los Ishir, Manjui y Ayoreo proponen telares en karaguata, cada comunidad con su propio sello de identidad; aparte de las tallas en madera de rae y todo lo que es arte plumario. Por su parte, los artesanos del pueblo guaraní occidental sobresalen por sus máscaras que son utilizadas en rituales y fiestas, pero que también lucen maravillosas como ornamentos en distintos espacios contemporáneos.