Gloria Ocampos-Prieto, gloria.ocampos@nacionmedia.com - Fotos: Christian Meza y gentileza
El que vaya a este local gastronómico deberá saber que no será una mera visita para comer algo e irse sin más. El Restaurante Museo La Estación del hotel La Candelaria de Areguá brinda toda una experiencia sensorial que requiere de un tiempo extra, no solo para disfrutar placenteramente de las especialidades de su aplaudida cocina, sino también para embarcarse en un viaje al pasado a través del excepcional acervo histórico que alberga.
La Ciudad Creativa tiene muchos motivos para sentirse única y especial, y uno de ellos es, indudablemente, el hecho de poder contar con un lugar como La Candelaria Hotel Boutique, un fabuloso complejo, único en su tipo en nuestro país, que celebra este mes su primer aniversario. Es una obra de gran envergadura que se levanta en un predio de una hectárea y media con todos los servicios de un establecimiento hotelero de primer nivel. Cuenta además con una capilla, un bar, un salón de eventos y un local gastronómico que es la estrella del lugar y tema central de la nota que hoy nos ocupa.
La Estación no es un restaurante como otros, es también un museo que alberga el rico acervo de objetos antiguos del doctor Jorge Codas Thompson, quien junto con su esposa Marisa Pichler son los ideólogos y propietarios del complejo hotelero que nació para marcar una impronta en lo social, cultural, turístico e histórico en la mística ciudad de Areguá.
El lugar hace gala de una colección de planchas a carbón con más de 485 piezas, una colección de lámparas a querosén y de candados que datan de 1860, cristalería antigua, porcelana china, distintos modelos de balanzas antiguas, molinos manuales, máquinas de escribir, de calcular y de coser del año 1910. Fotografías, objetos, herramientas y artículos de la floreciente época del ferrocarril invitan a viajar en el tiempo; es considerada como una de las mayores colecciones de esta temática del país.
LA AMBIENTACIÓN
La entrada del restaurante evoca el andén de una estación ferroviaria donde equipajes antiguos, baúles, bancos y otros añosos enseres dan la bienvenida a los visitantes. En el interior del establecimiento, todas las mesas presentan diferentes espacios, decoradas con obras talladas en madera, alfarería local y vajillas rústicas. Los individuales y porta cubiertos son de poyvi, con un toque decorativo de encaje ju, detalles encantadores que transportan a la casa de nuestros abuelos.
“Es una decoración rústica y artesanal con elementos que se confeccionan en la zona. Con esto los propietarios quieren valorizar nuestra cultura y darle un mayor protagonismo a nuestros artesanos locales”, destaca Mariano Carlos Domínguez, gerente general del hotel. Cuenta a La Nación del Finde que todas las personas que visitan el restaurante por primera vez llevan una impresión muy positiva, “algo que nos enorgullece ya que se quedan asombrados con el lugar y nos dicen que podrían estar horas y horas admirando tanta belleza histórica”.
FUSIÓN DE SABORES
“El concepto de la cocina de La Estación gira en torno a una fusión de sabores donde se conjugan diferentes ingredientes, especias e influencias gastronómicas, razón por la cual no podemos decir que nos direccionamos hacia una cocina internacional o mediterránea”, dice el chef ejecutivo Amado Brítez, quien fue creando todas las recetas en forma conjunta con su equipo.
La especialidad de la casa son los cortes de carne, teniendo al bife de chorizo con morrones asados y mozzarella como uno de los platos estrella. También se destacan las pastas caseras; el surubí y el salmón también cobran protagonismo, con salsas suaves en algunos platos, y en otros, con sabores más intensos.
“También apostamos a platos como el pato que vale la pena decir que son de crianza orgánica, de la misma manera que la carne de cerdo y las hortalizas de nuestra propia huerta. Sin olvidarnos de nuestras raíces, proponemos la riquísima chipa guasu, sopa paraguaya y las mandiocas fritas con un toque gourmet”, invita Brítez y adelanta que para la primavera tienen pensado presentar nuevas opciones de platos en la carta.
El recinto gastronómico alberga también una cava con vinos de una amplia y exclusiva colección de marcas procedentes de Argentina, Chile o Italia que son muy solicitadas por los comensales. “Con esto pretendemos atraer a nuevos clientes y sorprender a los habituales”, interviene Mariano, el gerente general de La Candelaria Hotel Boutique.
DE TODOS LADOS
A diario el recinto gastronómico recibe a comensales de distintos puntos del país y de varias partes del mundo. “En su mayoría nos visitan turistas extranjeros, de diferentes nacionalidades, que nos vieron a través de las redes sociales u otros canales de comunicación, pero también hay que remarcar la gran afluencia de comensales locales y de gente que llega desde varios rincones del país”, acota.
El Restaurante Museo La Estación está pensado para albergar a 180 comensales. Abre de lunes a lunes, desde las 11:30 hasta la 15:00; entre semana se puede optar por la carta y los fines de semana ofrece el servicio de buffet dominical. El hotel La Candelaria está ubicado sobre la ruta Areguá-Patiño y todas las reservas se realizan en el (0982) 000-403.
“EL PROYECTO ESTÁ DANDO SUS FRUTOS”
Al cumplirse este mes el primer aniversario del hotel, Marisa Pichler de Codas Thompson hace un balance del camino andado y dice a La Nación del Finde que fue un año de grandes desafíos, muchas veces de incertidumbres, pero que felizmente hoy están dando pasos firmes hacia los objetivos trazados.
“Como todo comienzo, siempre existen los temores de inicio, más tratándose de un proyecto de esta envergadura y viniendo de una pandemia. Hoy a un año de estar dentro del mercado y colocando a nuestro producto como uno de los más relevantes de la zona, podemos decir que esas incertidumbres desparecieron, el tiempo pasó volando y el proyecto al que apostamos está logrando sus frutos”, expresa.
Pero La Candelaria no se queda ahí, está creciendo: “Empezamos la segunda etapa del proyecto hotelero, con la realización y equipamiento de 21 nuevas habitaciones en la planta alta. Con esto estaremos brindando mano de obra local para la gente de la zona, por lo cual nos sentimos felices y orgullosos”, destaca la empresaria.
EL FERROBAR: UN RECINTO CON IDENTIDAD PROPIA
Otro espacio gastronómico de La Candelaria que merece un destaque especial es su Ferrobar, un espacio con estilo propio, donde los huéspedes desayunan y meriendan. Pero no hace falta estar hospedados para disfrutar de este recinto de aire más moderno y con decoración ecléctica, con plantas colgantes y lámparas artesanales, desde donde se puede disfrutar de una relajante vista del paisaje aregüeño a través de los amplios ventanales de vidrio. El lugar también está abierto al público en general, de lunes a lunes, de 7:30 a 19:00. Tiene una capacidad para 70 personas y dispone de un salón privado para 20. Es también ideal para festejar cumpleaños, reunirse en una tarde de té, celebrar reuniones corporativas o cualquier otro tipo de eventos privados.