Jorge Zárate, jorge.zarate@nacionmedia.com - Fotos: Gentileza Centro Cultural del Lago
“Yo soy indígena porque mi mamá es indígena”, solía decir el ya fallecido Ogwa. Desde esa identidad, el gran plástico consiguió mostrar el imaginario, la cosmovisión de los Ishir al mundo en una tarea que hoy es seguida por su hijo Rubén y su sobrina nieta Salmi.
Un homenaje a esa tradición motivó a Ysanne Gayet, directora del Centro Cultural del Lago, a organizar la muestra “El legado de Ogwa”, que abrirá este domingo, 18 de febrero, desde las 11:00 en su local de Fulgencio Yegros 855 casi Mariscal López de la ciudad de Areguá, marcando el inicio de las actividades del presente año. También será una oportunidad de acceder al Calendario 2024 “Pueblos Originarios del Paraguay-Retratos”.
Cuenta Gayet: “Quise hacer un pequeño homenaje a Ogwa (nombre que significa “Riacho de bosque” en Ishir), explicando que “me siento en deuda con él. Cuando me mudé a Areguá no tenía centro cultural ni galería y él llegaba a cada rato con obra y yo ya tenía como 50 obras de él y a veces no tenía para comprarle, situación que lamento porque él necesitaba en ese momento porque estaba con problemas de salud. Tenía glaucoma y estaba perdiendo la vista. No terminó como tendría que haberlo hecho, siento que no le dimos la importancia que se merecía”, dice la destacada galerista.
Por ello nace esta muestra homenajeando a “una familia que continúa enseñando todas las tradiciones de los Ishir a través de sus pinturas”, agrega.
CONTINUIDAD
Rubén Balbuena es el hijo de Ogwa y asume estar “siguiendo la riqueza de la cultura que papá dejó y tratando de sembrar la semilla en su nietito que le estoy enseñando porque soy abuelo también y ellos tienen que ir siguiendo el trabajo”, dice en diálogo con La Nación del Finde/Nación Media.
“Sigo pintando las historias del pueblo, siguiendo la cultura que representa, contando qué árbol es el que se usa para medicina de los Chamacoco (Ishir). Estoy actuando con ellos, los abuelos, me intereso para pintar y saber qué es lo que representan los vestidos, por qué unos van de blanco y otros de negro, por qué algunos se atan la cabeza y así”, dice de los rituales de danza que representa en sus pinturas.
“Ahora no pensé todavía un libro, pero algún día vamos a hacerlo. Me interesa porque tenemos que aprovechar que estoy fuerte todavía para hacer algo en lo que podamos dejar nuestra historia”, señala.
Ysanne cuenta que “Rubén es mucho más conservador en su forma de interpretar que Ogwa. Él inició de una manera que le hacía sentir más seguro, veía los rituales entre los árboles, en el monte, y trataba de plasmar esa imagen en la que los hombres se pintan y se visten de caraguatá y de plumas. Ahora se está atreviendo a hacer cosas más explosivas, llevará un proceso para que llegue a lo que persigue su arte”, apunta.
Salmi López Balbuena es la sobrina nieta de Ogwa y sus dibujos también serán parte del evento. “Me pone feliz, muy contenta, porque son cosas que el abuelo me enseñaba de pequeña. Él me contaba la historia y yo hasta ahora sigo pintando, ahora mismo estoy pintando porque me gusta que la gente valore, me dan ganas de seguir”, dice entusiasmada con la muestra y con una próxima que se realizará en San Pablo, Brasil, de sus obras. La necesidad de rescate cultural es esencial para ellos porque “ya no tenemos muchos chamanes que vayan siguiendo la cultura”.
Como la define Ysanne: “Salmi sigue más el estilo de su abuelo, siempre escribe cosas sobre los mitos; su obra tiene texto como la de él y tiene ese movimiento que la hace tan llamativa. Los colores de Salmi son más coloridos que los de la primera época de Ogwa que posteriormente tomaron una gama más eléctrica”.
LOS INICIOS DE UN DIBUJO ÚNICO
“La doctora (antropóloga Branislava) Susnik me daba pintura, lápices de colores y cuando mira en mis cuadernos me dice: ‘Qué bien, Ogwa. Sale muy lindo. Eso es para tu futuro. Yo no sabía lo que era futuro”, cuenta el artista en el muy buen documental que lleva su nombre, dirigido por Ricardo Álvarez y que puede verse en YouTube.
Las pinturas corporales, el arte plumario; la cestería; los tejidos; las tallas zoomorfas construyen el arte Ishir, pero no existían dibujos. Los creó Ogwa en su labor de traductor, recuerda Ticio Escobar, “cuando comienza a dibujar para explicar la cultura y los mitos comenzando a producir una obra autónoma”.
Ysanne Gayet entiende que es el artista originario más famoso del país en el extranjero, con exhibiciones como la del año pasado en Madrid donde fue parte de la muestra “El cielo Ishir” en el Museo de América.
Lo explica: “Tiene mucha imaginación, mucho movimiento, es muy original en su concepto, cómo plasma los mitos de los Ishir, son cuestiones que él imagina de acuerdo a los relatos; de los rituales que el mismo vio y su interpretación es extraordinaria”, dice la también pintora y galerista.
EL ARTE ORIGINARIO
Así explica Ysanne Gayet su interactuar con el devenir del arte originario en las últimas décadas: “Desde la década de los años 70, una de mis metas principales ha sido de hacer conocer, valorar y promocionar el maravilloso arte indígena del Paraguay. Esto siguió más que firme al abrir el Centro Cultural del Lago (CCDL) en 2010. Desde ese entonces, hemos organizado exposiciones de arte originario casi anualmente. Además, compramos gran parte de su producción cada vez que los visitamos o nos visitan desde sus comunidades. Si bien a veces nos cuesta realizar compras importantes, somos conscientes de que comercializar sus productos es nuestra única manera de obtener fondos para seguir invirtiendo en ellos”.
La artesanía de los pueblos originarios es realizada con mucho esfuerzo y sacrificio, señala. Hoy en día, hasta buscar su materia prima es un desafío, pues los montes se encuentran cada más alejados de sus comunidades. Ahí deben adentrarse, por ejemplo, para recoger la espinosa planta del caraguatá utilizada en la elaboración de algunos de sus productos.
“El contacto y la desaparición de su hábitat ha significado un cambio drástico en su forma de vida. Esto se tradujo en la transformación de la función de su producción en la actualidad: ya no es únicamente utilitaria, sino también apunta a la venta. Por lo tanto, es crucial poder seguir invirtiendo en la compra de sus productos, generando un mercado que les permita continuar con su producción. Así tenemos la esperanza de lograr que no se pierdan estas obras, algunas de ellas de singular belleza y realizadas mayormente con técnicas ancestrales”, expresa la artista visual y promotora cultural.
El Centro Cultural del Lago (CCDL) también lanza mañana domingo su calendario “Pueblos originarios del Paraguay-Retratos 2024″, con imágenes de algunos de los grupos étnicos del país. “Con su compra estará también ayudándonos a contar con recursos para seguir contribuyendo en la promoción y en el incentivo de la producción de los artesanos artistas de pueblos originarios de nuestro país”, señalan desde la institución.