Un día gris se vivió el jueves en el pabellón de contingencia de COVID-19 en el Ineram, donde un paciente de tan solo 54 años escribió una carta a sus seres queridos antes de fallecer.

El Dr. Carlos Morínigo, neumólogo del Ineram, dio a conocer el caso del paciente que falleció a consecuencia de las complicaciones del COVID-19 y reveló que cuando le informaron que debían intubarlo, porque la terapia de oxigenación no estaba funcionando, el hombre pidió escribir una carta a su familia.

Así lo hizo, en el libro del papa Francisco que traía consigo, además, se aferró fuerte a su rosario. Lastimosamente, a tan solo una hora de haberlo hecho, no resistió y falleció.

De modo de concienciar a la población sobre la necesidad de seguir cumpliendo las medidas sanitarias, usando tapabocas, manteniendo distancia, lavándose las manos, o evitando salir en caso de que no sea necesario, se expone la carta del paciente fallecido.

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“A mi amor y a mis hijos, se ha tomado la decisión de la intubación, mi cuerpo no reacciona, espero que pueda despertar nuevamente y volver a amarlos como antes.

A mi mamá, quiero que sepas que sos la persona más importante de mi vida. Perdón si no puedo resistir.

A mis hermanas, las amo mucho y siempre las amaré por todo lo que hicieron por mí.

Gracias a toda mi gente, que me quiso, por ahí despierto otra vez, si Dios quiere.

Si sucede lo peor, espero me perdones y puedas hacer lo necesario para explicar a nuestros hijos. Te amaré por siempre”.

La misiva también puede leerse en la cuenta de Facebook del doctor Morínigo, quien relata cómo encontraron el texto: “Al juntar sus cosas encontramos su carta, que le prometimos que entregaríamos. Allí fue que mis compañeros se desmoronaron al leerla. Lloramos, algunos en silencio, fue triste y hasta ahora me pesa el pecho. Mis compañeros me pidieron que escriba esto para concienciar a la gente, a nuestros compatriotas. Nosotros también sentimos la partida de un ser humano, nosotros también lloramos, nos duele”.

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En entrevista con la 800 AM, el doctor comentó que el paciente en cuestión estuvo internado en el Ineram por dos semanas y su cuadro fue empeorando con el paso de los días.

“Él, en todo momento tuvo su rosario en la mano, se aferró a la vida, no quería morir. Tenía tres hijos, era de Asunción y tenía sobrepeso”, dijo y agregó que su deceso causó un tremendo impacto en el personal, porque tan solo minutos antes había fallecido otro paciente.

En otro momento, Morínigo mencionó que se complejiza al paciente al intubarlo, por lo que siempre es riesgoso, aunque resaltó que en un 80% logran sacarlos de vuelta con vida. Lastimosamente, este no fue el caso.