Paulo César López, paulo.lopez@nacionmedia.com - Fotos: Eduardo Velázquez

Un equipo de La Nación/Nación Media visitó el Museo de Numismática y Joyas del Banco Central del Paraguay (BCP) para mostrar y contar al público las reliquias que permanecen en exposición en este lugar, que son un rico testimonio de la historia del país desde el punto de vista de la evolución de los sistemas monetarios desde los tiempos de la Colonia.

La colección de monedas o billetes a primera vista puede parecer una simple afición de anticuarios. Sin embargo, un recorrido por su surgimiento y evolución aporta datos históricos clave para comprender la evolución de una sociedad. Así, el rico acervo del Museo de Numismática y Joyas del Banco Central del Paraguay (BCP) ofrece numerosos vestigios de la historia del país tomando como referencia los distintos sistemas monetarios que fue adquiriendo nuestra República incluso antes de constituirse como tal, es decir desde la época colonial.

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El sistema de reciprocidad y trueque que practicaban las culturas indígenas fue alterado sustancialmente con la introducción de parte de los conquistadores europeos del sistema de intercambio monetario. Para conocer un poco más sobre este aspecto de nuestra historia ofrecemos este recorrido para mostrar al público las reliquias que permanecen en exposición y cuyo acceso está abierto para todas las personas interesadas que deseen visitar el sitio.

Luego de pasar por varios controles, en el dintel de la galería de exposición nos encontramos con una enorme prensa metálica que fue adquirida el 19 de noviembre de 1846, durante el gobierno de Carlos Antonio López, en la cual se acuñaron las primeras monedas y medallas paraguayas, y que fue recuperada de manos privadas el 4 de noviembre de 1975.

Al llegar nos recibe el curador del museo, Víctor Fernández, un hombre afable y locuaz. Luego de los saludos de rigor, iniciamos la visita guiada a través de las vitrinas que guardan numerosos tesoros de nuestra historia. Para empezar Fernández nos explica y nos muestra las primeras monedas que se remontan al origen de la entonces provincia del Paraguay en la época de la colonización española, que eran conocidas como moneda real y que eran acuñadas en metal plata y provenían de España, pero tenían valor en sus provincias. Las monedas que se utilizaban en las provincias provenían directamente de la metrópoli debido a la dificultad de transportar las acuñadoras por el enorme peso y tamaño en comparación a las pequeñas embarcaciones en que llegaron los primeros conquistadores.

“Estas son monedas de España, pero que circulaban en el territorio colonial español. Cuando llega el metal las monedas se hacen a golpe de martillo. Cuando un herrero sobre su mesa de trabajo echa unas gotitas de plomo y plata y va dando unos golpes de martillo y sale esto que parece un chicle aplastado. La población que hoy está en Potosí, Bolivia, le llamaba makayquna, que los españoles anotan como macuquina. Ese es el nombre de la primera moneda en América”, explica.

Los primeros billetes que circularon en nuestro territorio

“VIVEZA CRIOLLA”

A renglón seguido precisa que la moneda que surge en América es el peso debido a una “trampa” hecha por la “viveza criolla”, pues para hacer rendir más el dinero los portadores fraccionaban las monedas para realizar más transacciones con el mismo metal. Una vez advertidos de este artificio, los comerciantes empezaron a pesar las monedas para calcular el valor, por lo que se adoptó el sistema de a mayor peso, mayor valor, de lo cual surge la denominación de peso.

Ya en la época independiente, durante el gobierno del doctor Gaspar Rodríguez de Francia, empieza a circular el real de plata. Luego, a su muerte, con la llegada al poder de Carlos Antonio López se va a adquirir la acuñadora de moneda ya mencionada y el 1 de marzo de 1847 se va a acuñar la primera moneda paraguaya, que se va a llamar 1/12, con el león, la palma y el olivo como símbolos.

“Con esta moneda se va a mostrar la enorme capacidad didáctica de Carlos Antonio López, quien va a enseñar a la población, que conocía solo el metal, oro, plata o cobre, eventualmente. Se llamó así por lo siguiente. Una moneda de plata del Imperio colonial español va a valer doce de las nuevas monedas acuñadas en el metal cobre. También por primera vez van a presentarse los billetes en el Paraguay, que eran papeles impresos en un solo lado sin ninguna medida de seguridad. Entonces de nuevo se va a notar la capacidad pedagógica del presidente López. Al momento en que se imprime cada billete, va a ordenar que en el ángulo superior derecho aparezca impresa su firma para otorgar valor, garantía y confianza a la población”.

A propósito de este hecho, en su mensaje dirigido al Congreso en 1847, Carlos Antonio López expresó: “El único país en América que hoy puede realizar la operación como corresponde (emisión de moneda) es la República del Paraguay, porque es el único que tiene capitales existentes, grandes y valiosas propiedades territoriales, garantías sólidas y seguras y ninguna deuda interna ni externa. Así es que en la República corren los billetes a la par del metálico”.

Así, el 1 de marzo de 1847 se emitió la disposición que crea el papel moneda en el Paraguay. Estos billetes no tenían estrictamente un valor cancelatorio en el sentido moderno del término, sino que llevaban impresas figuras que determinaban su uso y validez. Por ejemplo, los billetes que llevaban la figura de un burro servían para pagar por los trabajos pesados; los billetes que servían para pagar por viajes cortos tenían la figura de un caballo; para las actividades agrícolas, un arado con un buey; para realizar un viaje largo, la imagen de un tren, y para pagar las actividades de ocio el dibujo de una botella.

Primera familia de billetes de la unidad monetaria guaraní

EL GUARANÍ

De ahí realizamos un largo salto en el tiempo hasta la creación del guaraní en 1943, que cumple 80 años de vigencia. El entonces Banco de la República del Paraguay, bajo la titularidad del Poder Ejecutivo de Higinio Morínigo y de Carlos Pedretti al frente del ente, junto con un equipo integrado por el entonces ministro de Hacienda, Rogelio Espinoza, y el funcionario de la Reserva Federal de los EE. UU. (Fed) Robert Triffin deciden crear la moneda paraguaya bajo la denominación de guaraní como un homenaje a nuestros ancestros y a nuestra identidad, que cobró vida con un decreto firmado el 5 de octubre de 1943.

En aquel tiempo circulaban unos billetes que tenían el nombre de peso fuerte, que ya no tenían mayor valor de compra. Por ello, provisoriamente se crearon dos sellos y se empezaron a marcar los viejos billetes para darles nuevamente valor mientras se diseñaba una nueva familia de billetes de guaraní tras un llamado a una licitación pública internacional, ya que después de la guerra contra la Triple Alianza los billetes se imprimían fuera del país. Aquella primera licitación sería ganada por Thomas de la Rue & Company, indica Fernández mientras nos muestra los dos sellos, uno de 50 céntimos y 1 guaraní.

Con motivo de la creación de la unidad monetaria denominada guaraní, el entonces presidente del Banco de la República del Paraguay, Carlos Pedretti, afirmó que “la nueva moneda debe tener una denominación distinta a la unidad monetaria sustituida, para evitar toda confusión en el público. Por esta razón no debe denominarse peso nuevo. El nuevo signo monetario se denomina guaraní en homenaje a la raza indómita que contribuyó, en forma relevante, a la formación de la nación paraguaya”.

En 1944 fue presentada la primera familia de siete billetes con unas características bien particulares para facilitar la identificación. El valor de compra estaba determinado por el tamaño. En el billete de 1 guaraní estaba estampado el soldado desconocido; en el de 5 guaraníes, José Eduvigis Díaz; el de 10 guaraníes, Carlos Antonio López; 50 guaraníes, un retrato de perfil muy poco conocido de Gaspar Rodríguez de Francia que fue encontrado en el Archivo Nacional de Buenos Aires; 100 guaraníes, José Félix Estigarribia; 500 guaraníes, el mariscal Francisco Solano López, y el de 1.000 guaraníes estaba ilustrado con la misma imagen del reverso del actual billete de 10.000 guaraníes.

Esta estampa tiene la particularidad de que es presentada como una reunión de próceres paraguayos, pero en realidad fue un trabajo por encargo hecho en Argentina y que tras su rechazo fue vendido por el autor al Paraguay. El sitio Historia Numismática del Paraguay refiere en una publicación que el historiador Carlos Villagra Marsal había advertido que el cuadro representa la intimación en Buenos Aires al entonces virrey del Río de la Plata, Bartolomé Hidalgo de Cisneros, en la noche del 24 de mayo de 1810.

“La pintura fue realizada por el artista italiano Guillermo Da Re por encargo del gobierno argentino y para conmemorar el centenario de independencia de este país en 1910. Sin embargo, tras un cambio de gobierno, la obra no fue aceptada por el aquel entonces presidente Hipólito Yrigoyen. Según versiones, el cuadro fue vendido al paraguayo Juan Silvano Godoy con el nombre de ‘Intimación a Velasco’, algo conveniente en su momento”, refiere el sitio.

Prensa metálica en la cual se acuñaron las primeras monedas y medallas del Paraguay

CONFUSIÓN

Para el 15 de agosto de 1963, el guaraní va a cambiar el formato de billetes de diferente tamaño, con lo cual todos pasan a tener la misma dimensión, pero aparecen una serie de nuevas características. Todos tienen de largo 15 centímetros y medio por 6,7 de largo. El segundo agregado es que a los siete billetes de la familia anterior se le agregan dos nuevos billetes, el de 5.000 guaraníes y el de 10.000 guaraníes, este último con el retrato de Francia más comúnmente conocido y aparece una nueva iconografía de personajes que pasan del centro a los costados con un mayor tamaño. También se añadió una dificultad, que el billete de 1 y el de 100 guaraníes tenían el mismo color verde, lo cual causaba mucha confusión, en especial durante las transacciones nocturnas, por lo que posteriormente el de 100 guaraníes pasó a tener color naranja.

Con el paso del tiempo se presentó el problema de que la circulación de billetes de baja denominación es mayor, así como su deterioro, por lo que su escaso valor no justificaba reimprimirlos constantemente por su corto promedio de vida útil, a raíz de lo cual los billetes de 1, 5 y 10 guaraníes fueron convertidos en monedas.

Durante esta larga evolución por primera vez en 1998 se incluyen en la familia de billetes en el ángulo inferior izquierdo un relieve geométrico que sirve para identificar el valor de compra para personas no videntes, los conocidos como billetes inclusivos, que dentro de los tres años de vida útil pueden percibirse con claridad. Así transcurre el recorrido hasta llegar a los billetes de 2.000 y 5.000 guaraníes de polímero, que cuentan con mecanismos más precisos para identificar su valor mediante la palpación.

Mural que representa la reunión realizada el 10 de enero de 1867 en la casa de la señora Escolástica Barrios de Gill

“EL LIBRO DE ORO”

El extremo de la sala está decorado con un mural en el que se representa a unas mujeres en torno a una mesa con varios objetos en la mano como peinetas y rosarios. Este cuadro representa la reunión realizada el 10 de enero de 1867 en la casa de la señora retratada de blanco, Escolástica Barrios de Gill, donde las presentes deciden donar sus joyas para colaborar con los gastos que demandaba la guerra. Este sería el antecedente de la Primera Asamblea de Mujeres Americanas realizada el 24 de febrero de ese año en la plaza 14 de Mayo, en cuya conmemoración se celebra en nuestro país el Día de la Mujer Paraguaya.

Fernández indica que parte de las joyas colectadas fueron entregadas a un orfebre del Estado, se derritió una parte y al cuaderno en exposición con las firmas de las mujeres presentes en aquella reunión, conocido como el “Libro de oro”, se le agregó una cubierta con detalles ornamentales en metal áureo y una leyenda que reza “Las hijas de la patria”. El objetivo en principio fue entregar la ofrenda el 24 de julio, que en ese año de 1867 se celebraba el cumpleaños número 40 del mariscal-presidente Francisco Solano López.

Por un acuerdo con la Secretaría Nacional de Cultura (SNC) y su brazo ejecutor, el Archivo Nacional, el Banco Central tiene en exposición permanente este valioso ejemplar por contar con mejores instalaciones para su conservación.

El libro está protegido por un higrómetro, un medidor de temperatura y humedad, que constantemente monitorea las condiciones internas del ambiente, que deben permanecer en un rango de humedad de 40 a 60 % y una temperatura de 22 a 25 grados. La reliquia es sometida mensualmente a un mantenimiento riguroso de parte de técnicos del Archivo Nacional, que con pinceles especiales remueven las impurezas y el viejo esmalte protector hoja por hoja para untarlo con uno nuevo con estrictas medidas de protección como guantes y tapabocas, pues la temperatura corporal y las exhalaciones de la respiración pueden alterar el ambiente y hacer salir del rango adecuado para su correcta preservación.

El libro no puede ser abierto completamente, sino apenas hasta unos 60 grados, pues la tapa de metal puede dañarse irremediablemente. En la vitrina donde está exhibido el libro también hay una bandeja de plata con las iniciales FSL que pesa casi 8 kilos y en la cual fue presentada el 8 de setiembre de 1867 no ante el mariscal López, quien se encontraba en campaña, sino ante el entonces vicepresidente Francisco Domingo Sánchez, quien de acuerdo a una representación pictórica de la época estuvo flanqueado por sus cuatro ministros con las mujeres ubicadas en columnas.

En una ponencia realizada en Asunción en 2018, los investigadores franceses Guillaume Candela y Delphine Demelas detallaron respecto a este volumen que se trata de un “codex (es decir, un cuaderno de páginas manuscritas unidas en forma de libro) de 111 folios, con una tapa de oro y hojas de pergamino, que mide 31,6 cm de alto x 24,8 cm de largo x 5 cm de ancho. Incluye una caja de protección de plata maciza con decoración de oro. El conjunto pesa aproximadamente 10 kg”.

Luego del saqueo de Asunción en la etapa final de la guerra, las tropas brasileñas se apropiaron de este y otros muchos documentos hasta que el libro fue restituido el 4 de diciembre de 1975 por el entonces presidente brasileño Ernesto Geiser tras más de una década de intensa campaña liderada por el Instituto Femenino de Investigaciones Históricas, presidida por la doctora Idalia Flores de Zarza.

Las primeras monedas acuñadas en el Paraguay, durante el gobierno de Carlos Antonio López
Las monedas reales, las primeras unidades monetarias que circularon en la provincia del Paraguay
Chafalonias, restos dispersos y sueltos de partes de joyas
“El libro de oro”

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