- POR MARTÍN VILLAGRA
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Estratégico y más que merecido, firme para batallar por el premio mayor. Cerro Porteño monopolizó las acciones en el superclásico y se hizo ganador inobjetable, ante un Olimpia, que llegaba con ventaja en puntos, apostó primero a no perder, pero el planteo resistió un tiempo, desmoronándose el plan en el complemento.
El Ciclón buscó, tuvo chances y golpeó en los momentos claves del partido. El primer tanto llegó con la clase goleadora del argentino Mauro Boselli, quien a poco de ingresar, definió con el pecho el centro de Claudio Aquino. El pase filtrado fue de Ángel Cardozo Lucena.
El gol se hizo sentir en los dos sectores, puesto que agrandó en confianza a Cerro y llenó de nervios a Olimpia, que salió con fuerza, pero sin ideas, en busca de cambiar su suerte. Braian Ojeda, alterado, llegó fuera de tiempo y dejó a su equipo en inferioridad al cometer una falta contra Claudio Aquino. Hay que decirlo, la expulsión del juez no se puede cuestionar.
Baluarte en la defensa, Juan Patiño encontró el segundo y ya era sentencia. Cabezazo tras centro de Alan Rodríguez. Para vencer por segunda vez al golero uruguayo Gastón Olveira, de lo mejor en Olimpia, que careció de profundidad en ofensiva.
Quizás, Walter González pueda lamentar un cabezazo, que desde inmejorable posición, lanzó afuera cuando estaba el partido sin goles.
Desde el primer tiempo, Cerro ejerció presión alta, monopolizó la pelota, pero la mejor opción de gol había generado el remate del brasileño Mateus Gonçalves, desviado por el golero Olveira.
A Olimpia le costó encontrar conexiones, con pocos balones en los pies de sus jugadores. Impuso orden en los primeros 45 minutos, a la espera de dar un golpe, que no pudo concretar en ningún momento.