- POR MARTÍN VILLAGRA
- Periodista
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Se esperaba más, por como inició a todo dar el clásico blanco y negro en Para Uno. De entrada, Libertad tuvo mejores chances, buenas conexiones, gran actitud, notable claridad, precisión y fútbol vistoso.
Olimpia apareció dormido, impreciso, con poca generación desde el medio hacia la ofensiva y fue sorprendido por la dinámica del visitante. Arriba hubo ganas con Guillermo Paiva y Jorge Colmán, pero faltaron otras cosas.
La falta de Richard Ortiz contra el ofensivo liberteño Rodrigo Bogarín en el área se dio en medio de una sucesión de toques. Un recurso para evitar lo peor. Penal claro y se encargó Óscar “Tacuara” Cardozo, quien no se dejó intimidar por la incitación del golero atajapenales Alfredo Aguilar. Por ese entonces, nadie imaginaba que iba a ser el tanto de la diferencia mínima, que marcaría el inicio del Gumarelo con el DT Daniel Garnero a la cabeza, precisamente con pasado en Olimpia.
En la medida que Libertad iba dilapidando chances en las corridas de Sebastián Ferreira y el propio Rodrigo Bogarín, Olimpia redobló sus ganas, empuje, pero le costaba tener peso arriba. Jorge Colmán y Paiva tampoco recibieron muchas pelotas. Ramón Sosa alternaba buenas y malas.
Para el segundo tiempo, Olimpia tomó el control de la pelota y apretó hasta el fondo al rival, que retrocedió líneas. “Tacuara” Cardozo seguía siendo lo más peligroso, con aproximaciones, mediante su buena pegada de zurda.
Con Roque Santa Cruz e Isidro Pitta en la cancha, Olimpia tuvo mayor generación y presencia en zona peligrosa. Antolín Alcaraz se desprendía desde la defensa, llevaba para adelante a su equipo, pero en una de esas es sorprendido por Héctor Villalba, quien generó una acción, que casi terminó en el segundo gol. Mientras se llegaba al final, la desesperación le quitó precisión a Olimpia. Libertad proponía cuidarse atrás, friccionar el juego, intentar algunos contragolpes y tener el balón. Ya no se movió el marcador y el clásico del domingo fue para los visitantes.
REACCIÓN
“Tenemos un gran desafío”
“Me quedo tranquilo por la intención, por el volumen de juego, por el carácter. Cierto, no tuvimos precisión en el último toque y podíamos manejar mejor las situaciones. Debemos mejorar el funcionamiento, es una idea distinta. Los resultados ayudan cuando son positivos para darle seguridad al futbolista. Queremos que sea un equipo agresivo, que se vea el control y hacer más goles de los que hicimos. Gustó el carácter, porque vinimos a jugar en la cancha del mejor equipo de los últimos tres años, no teníamos la fluidez de juego y mostraron la personalidad para intentar buscar y anotar. Nos faltó precisión, después de un trabajo físico fuerte en la pretemporada. Cuando consigamos eso vamos a mejorar en todo. Me gusta la posesión del balón, ser agresivo, buscar alternativas, darles las herramientas para que elijan lo que más les conviene. Tenemos un desafío por delante y contento como arrancamos”, expresó Garnero.