Independizarse de los padres puede ser un paso emocionante, pero desafiante en la vida de cualquier persona. La edad para hacerlo puede variar considerablemente según la cultura, el país, las circunstancias personales y las preferencias individuales.

No existe una edad específica que sea adecuada para que las personas se independicen, ya que cada individuo tiene diferentes circunstancias y necesidades. Algunos optan por independizarse temprano, a los 18 años o incluso antes, mientras que otros optan por quedarse con sus padres por más tiempo.

Si estás pensando en independizarte, esto es lo que tenés que saber para que el proceso sea armonioso y exitoso:

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Hacer un presupuesto para determinar los ingresos y gastos mensuales, incluyendo el alquiler, los servicios públicos (si no están incluidos), comida, transporte y otros gastos básicos. Foto: Archivo

Planificar las finanzas: es importante tener un plan financiero sólido. Hacer un presupuesto para determinar los ingresos y gastos mensuales, incluyendo el alquiler, los servicios públicos (si no están incluidos), comida, transporte y otros gastos básicos. Asegurarse de tener suficiente dinero ahorrado para cubrir los gastos iniciales (cuota de alquiler, garantía, flete y otros) y contar con un ingreso estable para mantener el estilo de vida independiente.

Encontrar un lugar adecuado: buscar un lugar que se ajuste a las necesidades y al presupuesto. Se puede considerar compartir un apartamento con compañeros de piso, alquilar una habitación en una casa compartida o buscar un estudio o apartamento pequeño (se puede buscar un lugar cercano al trabajo, a la universidad o incluso a la casa de los padres o familiares).

Aprender habilidades básicas: es importante aprender a cocinar, limpiar, lavar cubiertos y ropas, planchar, administrar las finanzas. Estas habilidades ayudan a mantener el hogar de manera eficiente y a ahorrar dinero en tareas que uno puede hacer por sí mismo (cocinar en casa es más económico que comprar comida, limpiar uno mismo es más barato que pagar por el servicio).

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Aprender a cocinar, limpiar, lavar cubiertos y ropas, planchar, administrar las finanzas. Foto: Archivo

Establecer prioridades: asegurarse de cubrir las necesidades básicas antes de gastar dinero en cosas no esenciales (comidas fuera de la casa, pago por limpieza). Crear un fondo de emergencia para situaciones imprevistas y considerar establecer metas de ahorro a largo plazo (para comprar un automóvil, una casa o realizar un viaje). Evitar deudas innecesarias y practicar la disciplina financiera (darse gustos ocasionales, no diarios).

Aprender a resolver problemas y tomar decisiones: ser independiente implica asumir responsabilidades y tomar decisiones por uno mismo. Aprender a resolver problemas y enfrentar desafíos de manera eficiente (desperfectos en electrodomésticos esenciales, factura de luz abultada, costoso servicio de internet).

Mantener una comunicación abierta con los padres y la familia: es importante mantener una comunicación abierta y saludable con la familia, ya que puede brindar apoyo emocional y, en ocasiones, consejos útiles basados en la experiencia (el vínculo familiar no desaparece con la distancia física, sino que se fortalece mediante el contacto).

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Mantener una comunicación abierta y saludable con la familia, ya que puede brindar apoyo emocional y, en ocasiones, consejos útiles basados en la experiencia. Foto: Archivo

Buscar apoyo en amigos: es sano pedir ayuda y buscar apoyo en amigos que pueden ofrecer orientación, contención o incluso darte una mano con las tareas mientras logras ajustarte a tu nueva vida independiente (cocinar y compartir es una buena opción, estudiar y practicar para un examen).

La independencia es un proceso gradual y cada persona tiene su propio ritmo. Como en todo, hay dificultades, pero pueden superarse con el tiempo, con paciencia y determinación, siempre enfocado en lograr la independencia.

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