Cuando el cabello se daña pierde humedad, tiende a verse seco, opaco, se enreda con facilidad y las puntas se abren. Esto puede ser por la decoloración, productos inadecuados, exceso de calor -secador de pelo, planchita, buclera, lavado con agua caliente-. Para revertir la falta de hidratación, el colágeno es uno de los ingredientes ideales para restaurarlo.
Este activo tiene la capacidad de absorber mucha agua, lo que hace que las fibras capilares se hidraten y “revivan”, si bien hay muchos productos preparados que tienen este compuesto en su fórmula, preparar una mascarilla en casa con productos caseros es totalmente posible y sin gastar de más.
¿Qué ingredientes usar?
Leche, gelatina sin sabor y tu acondicionador de siempre. La gelatina es un colágeno no hidrolizado y su consumo frecuente estimula la producción de colágeno y elastina; cuando se emplea en el cabello le brinda una hidratación profunda, ayuda a reparar las fibras capilares, previene la caída prematura y le da un aspecto brillante y saludable.
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La leche tiene caseína, suero, vitamina A, B, fósforo, zinc, calcio, magnesio y proteína, estos nutrientes favorecen el crecimiento del pelo, lo fortalece, le brinda aspecto brillante, suave y saludable. Por otro lado, el acondicionador también aportará una humectación extra y le dará a la mascarilla la consistencia deseada.
¿Cómo preparar la mascarilla?
Lo primero es calentar la leche en un recipiente apto, luego hay que agregar la gelatina sin sabor. Una vez disuelta hay que agregar una mascarilla o crema acondicionador hasta que se forme una pasta espesa; también se puede agregar unas gotas de aceite de coco o de almendras para potenciar su efecto (opcional).
Aplicá la mascarilla desde la mitad del cabello hasta las puntas, asegurate que toda la melena quede bien impregnada y -si tenés- colocate un gorro de ducha. Dejá que la mascarilla actúe durante 30 a 45 minutos y luego lavate el cabello con normalidad. Este tratamiento complementario se puede realizar dos veces por semana.
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