Si a los 12 o 18 meses su hijo no habla o no articula palabras básicas como papá o mamá, es momento de visitar a un profesional fonoaudiólogo/a para que pueda ser evaluado, diagnosticado y tratar el problema.

Si no se les estimula a tiempo, pueden presentar trastornos en sus habilidades de comunicación, que podrían traer secuelas en su proceso de socialización, autoestima y desarrollo personal, aseveró María Cristina Irala, fonoaudióloga del Hospital del Área 2 de la Fundación Tesãi.

Para ello también es importante entender en qué consiste la fonoaudiología, que se define como la ciencia que estudia la audición, voz y el lenguaje en personas normales o patológicas en sus diferentes edades, es por ello que es un medio fundamental para ayudar a las personas con trastornos del lenguaje.

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Irala es especialista en dicha área, ya que se encarga de llevar adelante acciones de prevención, promoción, evaluación, diagnóstico, tratamiento e intervención de todo lo relacionado con la comunicación, habla, lenguaje, voz, sistema auditivo y vestibular, deglución y motricidad orofacial.

El trabajo del fonoaudiólogo es interdisciplinario porque se complementa con otras especialidades.

“Trabajamos con el pediatra, el neurólogo y el otorrinolaringólogo haciendo los exámenes auxiliares del oído. También con los odontólogos en lo que respecta a la interposición lingual o mala posición de la lengua que puede generar alteraciones en la forma de hablar”, manifestó la profesional.

Al mismo tiempo, dijo que la diferencia con el otorrinolaringólogo es que la fonoaudiología trabaja más en el área de apoyo, proporcionando el resultado de estudios auxiliares en donde el neurólogo o el otorrinolaringólogo que pide la colaboración y que son los médicos más especializados en dichas áreas, permiten la complementación para un mejor diagnóstico y posterior tratamiento.

Fono y audiología

La diferencia entre fono y audiología es que etimológicamente fono es voz y sonido y la audiología se ocupa del diagnóstico de patologías de oído, así como la prevención, tratamiento y rehabilitación de trastornos auditivos.

“El primer canal por donde ingresa la información es el oído. Cuando viene un niño con un trastorno del lenguaje lo primero que tenemos que saber es cómo está su audición, porque si está oyendo bien quiere decir que el problema no está a nivel auditivo”, puntualizó.

En ese caso, señaló que el problema puede ser a nivel neurológico de lo más simple a las patologías más complejas, debido a que pueden ser retardos simples del lenguaje o retardo madurativo a nivel del área 44 de Broca.

“Las mamás vienen preocupadas porque sus hijos tienen tres años y apenas dicen tres palabras o habla con un lenguaje que no se le entiende o muy rudimentario”, sostuvo la experta.

Foto: Gentileza.

Etapas de desarrollo normal del niño

3 meses: se asusta, llora, se despierta con sonidos fuertes y se calma al oír una voz familiar.

3 a 6 meses: mueve la cabeza de un lado a otro buscando los sonidos, reconociendo la voz materna o emitiendo sonidos sin significado (balbuceo).

6 meses: localiza pronto los sonidos de su interés, aun con intensidades muy suaves, girando la cabeza cuando lo llaman por su nombre.

9 meses: balbucea produciendo sonidos que llaman la atención, produce varios sonidos del habla con entonaciones distintas. Se vuelve hacia el sonido en todas las direcciones.

12 meses: conoce su nombre cuando uno le llama, primeras palabras, emite varias combinaciones de sonidos, lo normal es que pronuncien aunque sea 3 palabras con significado. Señala y reconoce el nombre de objetos, entiende órdenes simples. (Ejemplos: chau o aplaude con las manos).

18 meses: dice papá y mamá con intención, tiene mucho vocabulario, pero no los pronuncia en su totalidad. (Ejemplos: ame eche, por dame leche, atito por autito, etc).

20 meses: junta dos palabras, utiliza verbos y algunos adjetivos, comienzan las frases simples, señala partes de su cuerpo.

28 meses: junta tres palabras, hace muchas preguntas, se da el monólogo, tiene un vocabulario de más de 200 palabras, comprende lo que se habla.

36 meses: cumple órdenes verbales, pregunta por qué, usa palabras incorrectas o la sustituye, su vocabulario va creciendo paulatinamente.

Trastornos principales

Alteraciones de la voz: afonías, disfonías, disfonía espasmódica (trastornos neurológicos), disfonías por pólipos, nódulos en cuerdas vocales, parálisis o debilidad de las cuerdas vocales.

Trastornos en el ritmo de la palabra: tartamudez o disfemia.

Trastornos del lenguaje: dislalias, retardo afásico, retardo anártrico, retardo alálico y trastornos en la deglución.

Trastornos orgánicos: labio leporino, fisura palatina, úvula bífida y mordidas abiertas grado I, II y III.

“La tartamudez de un niño puede tener origen en el campo psicológico, traumático, emocional e inclusive puede ser por herencia. Se debe trabajar muy de cerca con la psicóloga porque casi siempre son niños introvertidos, con baja autoestima que tienen vergüenza a que lo remeden en la escuela o hermanos mayores que en la propia casa sufren bullying”, acotó.

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Deglución

Aunque parece una actividad muy normal, el masticar y tragar, pero no siempre se da, ya son requisitos indispensables para el buen desarrollo del lenguaje. La deglución es la capacidad de masticar y tragar alimentos, y se ven muchos casos en niños con parálisis cerebral, que al no tener sostén cefálico tienen problemas para masticar y el tragado de alimentos.

Con respecto a los trastornos deglutorios pueden tener varias causas: entre ellas la fisura palatina y labios leporinos desde bebé. Por lo que la profesional instó a tener cuidado con los chupetes y el hábito de chupar el dedo de los niños pequeños que provoca la deformación de la bóveda palatina que es el techo de la cavidad bucal, así como también la deformación de los dientes.

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