“Leer ‘Fantasmario’, del notable escritor paraguayo Javier Viveros, fue para mí una experiencia iluminadora, doliente y redentora a la vez, como pocas veces nos sucede, como acontece cuando vislumbramos la luz interpeladora de una obra de arte”, dice Francisco Romero en el prólogo del volumen que se presentó en la Feria Internacional del Libro (FIL) en la semana. “Porque junto al cuento ‘El pozo’, del escritor boliviano Augusto Céspedes y la novela ‘Hijo de hombre’, de Augusto Roa Bastos, este libro de Viveros constituye para mí la cumbre más alta desde la que se nos ofrece, a través de una narrativa poética de alta intensidad, el trágico fresco de la Guerra del Chaco entre Paraguay y Bolivia, en clave anti belicista-pacifista”, agregó.
“Es una alegría más que me ha dado ese libro que conoció ya tres ediciones en Paraguay, que ganó el premio del PEN Club de Estados Unidos en el 2018 y que el año pasado fue publicado en edición bilingüe por la editorial alemana Iliada Ediciones”, recordó Viveros. Iberletras, que tiene participación de escritores de España, Colombia, Uruguay, Argentina, Cuba y México, este año invitó al compatriota a integrarla con estos 18 cuentos ambientados en el conflicto bélico entre paraguayos y bolivianos. La misma es una coedición entre la Editorial Contexto del Chaco argentino y la Asociación Cultural Iberoamericana de Huelva, España. De la presentación participaron Francisco Romero, el escritor Pedro Solans, el propio Viveros y la editora de Contexto, Ana Klivisky.
Solans presentó a su vez el libro de poesías “El extraño si bemol color sepia”, editado en España. El autor dijo que allí plantea “la esperanza como una salida a la incertidumbre a que nos llevó la pandemia”, apuntó el periodista y escritor. También se presentó en la semana la colección “Gran Chaco”, una antología que reúne narradores paraguayos y argentinos recientemente editada por Contexto y Servilibro. “Este libro afianza nuestra identidad literaria compartida”, dijo Rubén Duk, editor de la obra. Algunos de los autores que integran el libro son: Nelson Aguilera, Milia Gayoso Manzur, Delfina Acosta, Javier Viveros y Carlos Martini (Paraguay); José Gabriel Ceballos, Juan Basterra, Elizabeth Bergallo, Miguel Molfino, Mariano Quirós, Mempo Giardinelli y Mariana Rinesi (Argentina), entre otros.
Actividades en la FIL
Las actividades de la Feria Internacional del Libro continúan hoy jueves a las 10:00 con un Seminario sobre los Avances en la gestión lingüística en la Educación Superior, organizado por la Secretaría de Políticas Lingüísticas. Ya por la tarde habrá otro seminario titulado Hacia un ecosistema de la educación digital y creativa, a cargo de Cecilia Sagol y Camilo Guanes, presentado por la editorial En Alianza. A las 19:00 se presentará el libro de poesías “Preludios”, de Andrea Pitta, actividad a cargo de Leni Pane y Delfina Acosta, en un evento de EPA.
A las 20:00 será el turno de la presentación de Ensayos y Notas, diccionario de la literatura paraguaya a cargo de Bernardo Neri Farina y Juan Manuel Marcos para las editoriales Servilibro e Intercontinental.
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¿Qué mira el inversionista para venir a Paraguay?
Cuando se habla de Paraguay en el ámbito internacional, una de las observaciones que más recibe en los últimos años es lo atractivo que resulta para los inversionistas hacer negocios o instalar empresas en territorio guaraní. Ahora, la pregunta es ¿qué miran los inversores? Te contamos algunos aspectos.
Para ahondar acerca de esta interrogante, qué mejor que escuchar a los propios actores locales del sector privado, quienes se mantienen en constante relacionamiento con los extranjeros. Par ello el miembro de la Junta Ejecutiva de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), Javier Viveros, visitó el programa “Arriba hoy” emitido por el canal Gen y Universo 970 AM/ Nación Media y compartió su experiencia.
“Lo primero que miran es la macroeconomía, que hace varios años está bastante estable y en la región somos los que de alguna manera mantuvimos una estabilidad. Es muy importante seguir dándoles esas condiciones favorables, y tenemos todavía un trabajo pendiente con las autoridades, de que cuando vengan a explorar en Paraguay, se queden. Ese es el objetivo”, expresó.
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Flujo de inversionistas en aumento
El referente empresarial remarcó que Paraguay está liderando el ranking de Doing Business de la región, con un crecimiento de la Inversión Extranjera Directa en los últimos años en torno a los USD 8.000 millones, pero no por eso se debe cruzar los brazos, sino seguir incentivando la posición alcanzada.
En ese sentido, Viveros compartió el dato de que en los últimos 6 meses se está observando un 20 a 25 % más respecto al flujo de inversionistas, que no significa que todos ya haya radicado inversiones, sino también de personas que llegaron a explorar el país.
El presentante de la UIP explicó además que existen dos tipos de inversionistas; los de la región que conocen la situación de los demás países. Vienen y encuentran un puerto seguro para sus recursos, de que en Paraguay hay muchas oportunidades para hacer negocios y mantener el valor de sus capitales.
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Miran Sudamérica y encuentran a Paraguay
Así también, los inversionistas de otras regiones del mundo, quienes además de buscar una seguridad macroeconómica, también miran otros aspectos que acontecen globalmente, como el contexto medioambiental y la postura del bloque europeo, o los conflictos geopolíticos internacionales, que de alguna manera afectan a la economía y hacen que migren hacia Sudamérica.
Es ahí cuando encuentran a Paraguay como un terreno fértil para sus inversiones, lo que condujo a que la apuesta de capital extranjero no solo de las grandes, sino también pequeñas empresas, que además de empezar un negocios, muchas veces lo hacen para mudarse, incluso, dijo.
Datos claves
- Lo primero que miran los inversionistas extranjeros para radicarse en un país es la macroeconomía.
- Paraguay presenta condiciones macroeconómicas estables durante los últimos años, lo cual atrae a inversionistas.
- El flujo de inversiones se observa con un 20 a 25 % más en los últimos 6 meses.
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Javier Viveros es el nuevo titular de la Secretaría de Políticas Lingüísticas
El presidente de la República, Santiago Peña, firmó el decreto 583 por la cual nombra a Alfredo Javier Viveros Martínez, destacado referente del ámbito cultural, como nuevo secretario ejecutivo de la Secretaría Nacional de Políticas Lingüísticas para promover y fortalecer nuestra identidad a través del idioma. El acto de posesión del cargo está previsto para el martes 31 de octubre a las 10:30, en el auditorio Deportista Róga de la Secretaría Nacional de Deportes.
Desde la Secretaría Nacional de Políticas Lingüísticas han informado que Javier Viveros es destacado escritor paraguayo y miembro de número de la Academia Paraguaya de la Lengua Española, así como académico correspondiente de la Real Academia Española, que trae consigo una riqueza de conocimiento y experiencia. Además, ha sido exvicepresidente de la Sociedad de Escritores del Paraguay (2016-2018), por lo que consideran que su contribución será invaluable para esta institución.
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El electo secretario ejecutivo de la SPL posee una destacada formación, habiendo obtenido su Magíster en Lengua y Literatura Hispanoamericana de la Universidad Nacional de Asunción y doctorando en Letras por la Pontificia Universidad Católica Argentina. Su versatilidad literaria es innegable con más de una treintena de publicaciones, abarcando géneros que van desde la poesía y el cuento hasta la literatura infantil, libretos de ópera, guiones de teatro, historieta y cine. Esta amplia experiencia lo convierte en un activo invaluable para el mundo de las letras y la cultura paraguaya.
Fue finalista del Premio Internacional de Cuento Juan Rulfo en el 2009; un jurado del PEN Club de los Estados Unidos galardonó su obra “Fantasmario - Cuentos de la Guerra del Chaco” en 2018, año en que también recibió el Premio de Literatura Roque Gaona por su obra de teatro “Flores del yuyal”, y quedó finalista del Concurso Regional de Nouvelle, organizado por la Editorial Municipal de Rosario (Argentina). Recibió una mención honorífica en el Premio Municipal de Literatura 2020.
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Larga vida a los libros
Paulo César López, paulo.lopez@nacionmedia.com - Fotos: archivo y gentileza
En el marco del Día del Libro, que se recuerda este 23 de abril, Nación Media conversó con tres referentes del mundo editorial local sobre la situación actual de esta herramienta del saber por antonomasia. Aunque todos coinciden en que el mercado librero se ha puesto cuesta arriba en los últimos tiempos, especialmente por la pandemia, la creciente digitalización y la mayor oferta de entretenimiento tecnológico, los entrevistados se reafirman en que la cultura del libro capeará con éxito los nuevos desafíos y seguirá vigente como fuente de conocimiento y de ocio.
El Día Internacional del Libro fue instituido oficialmente por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en 1995 en homenaje, entre otros notables de las letras, a los dos más grandes escritores de todos los tiempos, el español Miguel de Cervantes y el inglés William Shakespeare, cuyas muertes acaecidas en 1616 coinciden alrededor del 23 de abril.
Con motivo de esta conmemoración consagrada para fomentar la lectura, la industria editorial y la protección de la propiedad intelectual, conversamos con los editores Javier Viveros (JV), del sello Rosalba; Carlos Vera (CV), de Arandubook, y Vidalia Sánchez, de Servilibro, quienes comparten su visión sobre la actualidad y el futuro de la industria editorial en el Paraguay.
–¿Cómo ven la situación del ámbito editorial en nuestro país?
–JV: No son estos los mejores momentos para la industria editorial. Primero fue la pandemia y después se vino una suba casi inverosímil del precio del papel, lo que repercute negativamente en toda la cadena del libro.
–CV: La situación del ámbito editorial es igual al de cualquier otro cultural: difícil. Pero esto tiene que ver con una serie de circunstancias como, por ejemplo, la situación económica, el auge de las redes sociales, las publicaciones en plataformas digitales, que tienen lo suyo, pero que, sinceramente, no son necesariamente competencia para las editoriales físicas a la larga. Lo que pasa es que los escritores, sobre todo los nuevos, al provenir de un ámbito más tecnológico y digital, piensan que las plataformas son la respuesta a todo, pero no es así. Para darte un ejemplo, cierta renombrada plataforma le paga al autor solo al alcanzar una meta de venta que, en la mayoría de las veces, no se cumple. Recién al llegar a cierta cantidad de compras ellos hacen el pago y puede resultar que un título sea exitoso en nuestro medio en lo físico, pero no en el digital. Como suelo expresarle a los autores, sitios como Amazon, por ejemplo, están muy bien, pero para decir que estás ahí. Las mayores ventas en dicho sitio se dan con las publicaciones en inglés, no necesariamente en castellano. Por otro lado, situaciones como la pandemia nos ha obligado a estar encerrados. Conspiraron, por un lado, contra nuestra libertad; pero, por el otro, posibilitaron el surgimiento de nuevos escritores que, enfrentados con la realidad que les rodeaba, quisieron exponer sobre el papel sus sentimientos y sus ideas. Igual cosa pasó con los que ya escribían, quienes incrementaron su producción. En líneas generales, hubo, a mi entender, un auge en el proceso de escritura, así como en la participación en talleres y en la lectura. Lo que nos falta, como sociedad, es mejorar nuestro poder adquisitivo, porque ganas de leer hay, aunque no siempre se cuenta con el dinero necesario para invertir en ese rubro.
–VS: Y está como en todos los países, reaccionando lentamente después de lo que fue la pandemia, donde tuvimos un bajón en la producción de libros y problemas en la parte económica en muchas empresas. Paraguay no fue la excepción y ahora lentamente desde mediados del 2022 el mundo editorial empezó a tener otra vez una vida activa. Esperemos que en este 2023 vaya mejorando y que las nuevas autoridades del Gobierno incentiven el libro, la lectura y que en el Parlamento se promulgue la nueva Ley del Libro, que desde el año 96 estamos luchando que salga porque la ley que rige actualmente en nuestro país está desfasada. No contempla muchísimas cosas, entre ellos no contempla lo de los libros digitales, por eso hay poca producción de libros digitales en nuestro país. Y bueno, estamos muy esperanzados.
PREFERENCIA DEL PÚBLICO
–¿Cuál es el género que mayor salida tiene en el mercado?
–JV: El narrativo, sin dudas. La mayoría de nuestras ventas se dan en literatura infantil y novela.
–CV: Son varios, en realidad. La fantasía a través de los cuentos, los relatos, el mito, la aventura. Dos géneros que están muy fuertes también son la ciencia ficción y el terror adolescente. El género policial no mucho, casi nada que no sea discursivo o relativo a hechos ocurridos anteriormente. Otro aspecto a tener en cuenta es el auge de la literatura histórica. Excelentes y extensos trabajos de investigación y revisión histórica se han proyectado en los últimos tiempos. Muchos de ellos fruto de la coparticipación entre nacionales y extranjeros. La academia está trabajando muy bien en ese sentido, al igual que los centros de estudios sociales y los conglomerados de estudio.
–VS: El género que mayor salida tiene en el mercado paraguayo es literatura. Literatura e historia son los dos géneros más vendibles. O sea que no solamente es literatura porque se lee en los colegios, en las universidades, sino porque mucha gente lee literatura aparte de los estudiantes. E historia quizás por la historia que tuvimos en nuestro país, hay capítulos de la historia paraguaya que recién ahora van saliendo a luz. Yo creo que por eso los libros de historia también son muy pedidos.
INSTRUMENTO LEGAL
–¿Cómo les parece que puede beneficiar una iniciativa como la Ley del Libro para el fomento de la lectura?
–JV: Si esa ley en la que trabajamos en la Mesa Técnica del Libro entra finalmente a regir va a generar cambios verdaderos, a diferencia de la que está vigente, pues entraña un involucramiento efectivo del Estado en favor de toda la cadena productiva del libro. Se va a constituir en el motor que hace falta para despegar de una buena vez.
–CV: Como toda ley, es la practicidad y su uso los que le dan posibilidad de beneficio a las personas. Existen muchas leyes, hermosas algunas y pésimas otras, incumplibles también o que se violan constantemente. La Ley del Libro es el fruto de los desvelos de muchos colegas, de muchos actores de la cultura y hago votos por que sea una herramienta útil para el fomento no solo de la lectura, sino también de la publicación.
–VS: La Ley del Libro para el fomento de la lectura va a favorecer no solamente como mencioné para que se produzcan libros digitales, porque ya va a haber una penalización para los que obren mal con los libros digitales, sino porque también esta ley va a contemplar un montón de derechos que tienen los autores de los libros, los escritores, también las editoriales. La función misma del Estado con relación a la difusión del libro en la lectura. Esta ley también va a crear una Comisión Nacional del Libro que estará integrada por los gremios relacionados al libro y muchas instituciones públicas como el Ministerio de Cultura, el Ministerio de Educación. Y esta Comisión Nacional de Cultura va a tener un gran papel en la Ley del Libro, porque es la Comisión Nacional de Cultura la que va a velar para que se cumpla todo lo que va a contemplar esta nueva ley. Por eso es que queremos tanto que salga. Ahora ya tiene media sanción del Senado y ahora está en la Cámara de Diputados y ojalá se sancione y se promulgue lo antes posible.
–¿Qué tipo de títulos publica más la editorial a su cargo?
–JV: Hemos publicado mucha literatura para niños y también historietas. En el último bienio hemos entregado a la imprenta muchos libros del género narrativo: novela y cuento.
–CV: Mi editorial es muy pequeña. Nació de una necesidad específica y fue dando giros y cambios con el paso del tiempo. Arandubook está hace tres años en el mercado como sello editorial y desde el principio, desde su primera publicación, se ha volcado a la publicación histórica. Textos jesuíticos, temas sobre la historia civil de la Guerra del Chaco, sobre el mariscal José Félix Estigarribia. Además, trabajamos ediciones facsimilares de publicaciones periódicas ya agotadas que obran en nuestra colección particular que alberga libros nacionales y extranjeros desde el siglo XVIII. Pero, como todo esfuerzo, es hijo de las circunstancias. Incursionamos también en otros géneros desde el año pasado, en que habilitamos un concurso de cuentos cortos de ciencia ficción a través de un proyecto denominado Prometeo, que este año va a tener su versión 2023. En su versión 2022 tuvo la participación de más de 100 escritores de primera publicación, lo que de alguna manera nos brinda un panorama muy esperanzador sobre dos aspectos: la gente escribe y el género goza de buena salud en el Paraguay.
–VS: La Editorial Servilibro se dedica exclusivamente a la publicación de autores paraguayos. Hasta este momento tenemos 1.382 títulos publicados de 426 escritores y escritoras paraguayos. Nunca pudimos tener un perfil editorial definido por cuanto que en nuestro país hacía falta publicar de todo porque durante la época de la dictadura estaban muy controlados ciertos temas, ciertos libros, y entonces por eso desde la caída de la dictadura hay una avalancha de publicaciones de temas que en otra época no se hubieran tocado.
OFERTA VARIADA
–Existe la sensación de que actualmente se escribe más, pero se lee menos. ¿Es así?
–JV: Lo es. Pienso que se lee menos porque nunca antes en la historia de la humanidad ha habido tanta y tan variada oferta de entretenimientos. Esas ofertas compiten con el viejo y querido libro, aunque este último otorga un conjunto de beneficios que otras opciones difícilmente pueden igualar.
–CV: No necesariamente. Y juzgo por las personas que están alrededor mío. La tecnología y su brazo digital han permitido que muchos títulos que antes no estaban al alcance de nuestras manos ahora sí lo estén a través de las plataformas comerciales. Por otro lado, los proyectos de digitalización y preservación de los acervos documentales, históricos algunos, han permitido el acceso a libros que antes ni siquiera imaginábamos. Bibliotecas, mapotecas, hemerotecas, discotecas, videotecas, museos y galerías nos permiten ver más. Si quiero saber qué se publicaba en internet hace un par de años, basta con acceder a Archive.org y puedo encontrar la información requerida. Ese acceso a los documentos; esa, digamos, democratización de la cultura visual y el entendimiento de que a partir de esos conglomerados de información que son las bibliotecas, a partir de programas digitales, podemos acceder al conocimiento, es de una riqueza y esperanza inigualables.
–VS: Yo no estoy de acuerdo. Yo creo que se escribe más y se escribe muy bien. Nuestros escritores y escritoras nos entregan muy buena calidad de materiales y yo creo que se lee mucho más. Muestra de ello es que unos 10 años atrás, en la librería entraba solamente gente mayor, gente adulta. Sin embargo, hoy día las librerías son muy visitadas por los jóvenes. Los jóvenes que hoy tienen el celular también. Sin embargo, se van a comprar a la librería libros físicos, libros en papel para regalar por el Día de los Enamorados, el Día del Padre, Día de la Madre, etc. Y eso a mí me parece que es una señal de que esos chicos que hacen eso leen. Yo estoy segura de que leen más. Y quizás la tecnología, el celular, la tablet, la notebook, hacen que los jóvenes lean más. De eso estoy segura.
POLÍTICAS PÚBLICAS
–¿Qué cree que se debería hacer en materia de política pública para estimular la producción y consumo de libros?
–JV: Es preciso que ambas cámaras del Parlamento aprueben la Ley del Libro y que el presidente la promulgue. Ese será un paso de gigante.
–CV: Lo que la política tiene que brindarnos es la posibilidad de mejorar nuestra situación económica. Si a eso le sumamos la Ley del Libro y algún esfuerzo desde el ámbito de la educación, yo creo que lo demás vendrá por añadidura. Pero voy a hacer un agregado. El ámbito de la educación deberá, en algún momento, y espero que sea en la brevedad, encarar seriamente la utilización de la literatura como una herramienta de desarrollo cultural de las personas, no como un obstáculo que hay que pasar en los exámenes. Los programas deben mejorar en tal sentido, pero sustancialmente.
–VS: Desde luego que debe haber una política pública para estimular la producción y el consumo de los libros. La nueva Ley del Libro contempla eso, que el Estado debe comprar de cada título publicado, creo que cien ejemplares para los colegios públicos, las bibliotecas públicas, para ser distribuidos a los colegios y bibliotecas públicas. Estamos muy esperanzados en ese artículo a pesar de que la Ley del Libro que rige actualmente ya tiene incluido ese artículo, pero nunca se cumplió. Nunca se compraron esos cien títulos a las editoriales paraguayas.
–¿Cómo ves la labor del Estado, y del sistema educativo en particular, en cuanto a fomento de la producción intelectual y la lectura?
–CV: Ampliando lo que ya expresé, el Ministerio de Educación deberá reformar, retocar, modificar o clarificar el aspecto que le concierne como institución rectora de ese aspecto tan importante. Debería preocuparse más en que los discentes aprendan cuestiones que son fundamentales para su desarrollo como persona cívica. Como decía Ramón Indalecio Cardozo: “Debemos preparar a los niños para la vida”. Pero dentro de un espacio armonioso y útil en el que los profesores, los profesionales de la enseñanza, tienen importancia fundamental porque nadie puede enseñar lo que no sabe. El Estado, por su parte, debe poner lo suyo: establecer las condiciones claras y respaldar a la comunidad educativa. Y falta el último eslabón: la familia, sin cuya labor y respaldo, sin cuya responsabilidad en la formación primera de los educandos en su sociedad interna, nada sería posible. Lo que no se aprende en la casa, va a ser más difícil aprender en la escuela.
–VS: En el sistema educativo, en cuanto al fomento de la producción intelectual y la lectura, yo creo que hay muchas materias pendientes. Se tiene el Plan Nacional de Lectura, que se implementa a medias. Entonces, hace falta que desde las instituciones educativas y desde las instituciones del Estado, que deben fomentar el libro y la lectura, se haga una alianza con el sector privado. Yo estoy convencida de que si hay una alianza público-privada para el fomento del libro y la lectura esto va a avanzar mucho más.
EL FUTURO
–¿Cree que en un futuro cercano el libro físico va a desaparecer?
–JV: En un futuro no demasiado lejano, los libros de celulosa probablemente perderán su actual preeminencia frente al libro digital. Pero dudo de que ello los lleve a desaparecer del todo. Siempre quedará gente que prefiera la sensación de tener el libro físico en las manos, que disfrute del olor de la tinta y del papel, y que opte por tener una biblioteca de libros impresos.
–CV: De ninguna manera. Me reafirmo en que no va a desaparecer. Se imprimirá menos, tal vez. Se regularán las impresiones, se imprimirá bajo demanda, como en otros países, pero no va a desaparecer.
–VS: No, no va a desaparecer. Ustedes se acordarán de que se había anunciado de que con los libros digitales, el libro físico, el libro en papel iba a desaparecer totalmente. ¿Cuántos años hace de eso? Ahora empresas grandes como Amazon están buscando espacio físico en capitales de Sudamérica para nuevamente abrir librerías donde se vendan libros físicos, libros en papel.
Yo no creo que desaparezca el libro en papel. Los jóvenes mismos leen los libros en papel. Yo creo que van a ir tomados de la mano el libro físico con el libro digital. En nuestro país, al menos, es muy difícil que desplace al libro impreso en papel porque lo digital no está al alcance de todos.
–¿Alguna reflexión final?
–JV: Solo subrayar la importancia de la Ley del Libro y su potencial para mejorar las cosas en un área en la que llevamos mucho atraso respecto a los países vecinos.
–CV: Instar a las personas a que sigan creyendo en la lectura, que muchos escritores y editores estarán a su lado para ofrecerles las mejores opciones para seguir en ese camino tan especial.
–VS: Tenemos que luchar por un país de lectores. Yo sueño con un país de lectores acá en el Paraguay. Y se puede conseguir. Yo siempre comento que me dicen en el extranjero, cuando voy a las ferias internacionales, ¿es cierto que los paraguayos no quieren leer? Y yo les digo que no es cierto. Lo que pasa es que en mi país el libro no está al alcance de todos. Imagínense a alguien que gana un sueldo mínimo, que vive en alquiler, que tenga tres o cuatro hijos, debe pagar alimentación, gastos escolares, remedios, a esa familia no le alcanza para comprar un libro cada seis meses. Y el libro paraguayo no está al alcance de todos y no está caro. Con relación a los libros extranjeros, está mucho más barato y son de muy buena calidad. Lo que pasa es que hacen falta en nuestro país bibliotecas públicas, bibliotecas comunitarias, donde la gente pueda leer gratis. Eso hace falta. Donde ese carpintero pueda llevar una enciclopedia de carpintería a su casa, esa ama de casa que quiera leer un libro de jardinería para mejorar su jardín. O sea, hacen falta bibliotecas comunitarias, bibliotecas públicas, donde la gente acceda a los libros gratuitamente. Esa es una gran materia pendiente que tenemos en Paraguay. Y no es difícil. No es difícil porque eso, inclusive, no le costaría plata al Estado si es que se hace esa alianza público-privada que dije. Y como parte de esa alianza, de la responsabilidad social de las empresas privadas, yo creo que muchas empresas son sensibles a los temas culturales y van a apoyar, se pueden armar esas bibliotecas comunitarias, esas bibliotecas públicas.
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Palabras por detrás de las palabras
Alice Torres
La mirada y análisis de la licenciada en Letras y especialista en literatura paraguaya Alice Torres sobre el relato de Javier Viveros “Algo más sobre Prometeo”, que es parte del libro “Ingenierías del insomnio” del mismo autor.
En “Algo más sobre Prometeo”, de Javier Viveros, nos encontramos con un relato corto y elocuente en el que la presencia del villano es reivindicada ante los ojos de la humanidad. El cuento –perteneciente al libro “Ingenierías del insomnio”– está cargado de simbolismos y de pasajes connotativos. Proponemos un somero análisis de este texto en el que resuenan ecos del conceptismo barroco y de la riquísima literatura helena. Viveros encara en su relato una reescritura del mito.
Rescatado de los recónditos escrutinios literarios, aparece Hesíodo, abrumado, laborioso, sin mayores detalles sobre Prometeo. No encontramos aquí una intención de glorificar al titán; el foco está puesto en otro personaje, uno al que la historia ha dejado de lado, uno que ha sido opacado por el protagonista. El estilo narrativo empleado se asemeja al del citado poeta griego: frases formales, sólidas y breves cuya intención no es recordar el famoso mito de Prometeo, sino mostrar otra faceta. El narrador del texto opta por recuperar las emociones, los sentimientos de un ser al que normalmente se lo ve como una criatura monstruosa y que en nada merece la atención del lector. Hay un intento de humanización del águila, se busca la empatía del lector, que este desee que el desenlace cambie. Prestemos atención a algunas de sus oraciones y recursos.
“Prometeo es encadenado por robar el fuego de los dioses”. Fuego y encadenar connotan simbolismos; son vocablos presentes tanto en este relato como en varios otros que tocan la mitología griega. El fuego que es entregado a los seres humanos no es tan solo el cuarto elemento que sirve para dar calor, como dijo Platón; el fuego interior representa las ideas: cuanto más se aguza, más crece; y el fuego exterior está constituido por las acciones, las ideas colocadas en práctica por medio de la conducta. Las cadenas no aprisionan el cuerpo, sino la mente. Prometeo se encontraba encadenado, no obstante, libre, su pensamiento no estaba subyugado (como aquel Jaromir Hladík del cuento de Borges sobre el que Dios opera un milagro secreto).
“Un águila le devoraba el hígado cada mañana”. El majestuoso animal es el más digno del titán Prometeo (el amigo de los mortales). El águila cuya figura iba estampada en las banderas de las legiones romanas, victoriosas en tantas batallas. Era el ave seleccionada por Zeus. ¿Por qué no un buitre? Tal vez se hubiera desempeñado mejor en la cobarde misión de devorar el hígado de un encadenado a una montaña. Entre las peculiaridades de las águilas están: adaptación a todo tipo de hábitat, habilidad extrema para la caza, visión perfecta, rapidez y la construcción de sus grandes nidos en zonas altas. Esopo también la nombra en varias de sus fábulas debido a la majestuosidad que representa. A tal héroe, tal ave. Titán y águila, en pago de su osadía, fueron sometidos a humillaciones: “Empapar de sangre titánica el imperial y blanco plumaje de su cabeza”.
“La primera vez que su poderoso pico rompió la piel de Prometeo y se comió su hígado fue la mejor”. Recordemos que no era el hígado cualquiera el que estaba servido al paladar del águila: era el de un titán. Las primeras veces suelen ser las mejores: la ocasión esperada con ansias, el nerviosismo ante una situación desconocida, las expectativas trazadas con grandes ilusiones; el primer amor, tan idealizado y tan puro; el primer y embriagador beso, el primer sueldo, el primer auto.
“El hígado más puro y exquisito”. “Ni en el comer ni en el beber hay placer si antes no se ha sufrido hambre y sed. Y es habitual que las mujeres no se entreguen inmediatamente a los hombres para que luego, como marido, no las tengan en poco al no haberlas deseado antes largo tiempo cuando eran novios”, afirma San Agustín en sus “Confesiones”. El sabor del hígado revelaba al ave el estado anímico de Prometeo. Ambos, con el tiempo, habían aprendido a sobrellevar de la mejor manera el designio que les fue impuesto. Al relacionar los sabores hepáticos con los días de la semana se produce también una relación con el día a día laboral contemporáneo; el salto del clasicismo a la actualidad hace que el lector se transporte a su mundo real: el lunes, amargo; el martes, seco; miércoles y jueves, mediocres; viernes y fines de semana muy amistosos para con el pico.
“Prometeo y el águila habían labrado un sucedáneo de la amistad, conscientes de que estaban condenados a repetir esa escena ad nauseam”. La locución latina no significa que repetirán la escena hasta las arcadas, puesto que –dado el caso– el animal es el único que podría padecerlas; la repetitiva situación hiperbólica determina que el suceso no acabaría sino hasta llegar al agotamiento de uno de ellos. “El ave comentó al titán”. La prosopopeya o personificación salpica el texto narrativo llevándolo al mundo de las fábulas parecidas a las de Esopo.
El águila, al volver de sus vuelos, comenta al titán que según el oráculo Hércules lo liberaría de sus cadenas. En este pasaje se siente el grado de aproximación que une al héroe encadenado con el pájaro que se había convertido en los ojos y en los oídos de Prometeo. El animal ya había aceptado su destino. Aunque pertenecía a la especie más hábil de todas las aves para la caza, ¿de qué le servían ahora todos esos dones? “El hígado nunca supo mejor”. El águila percibió la alegría de Prometeo, la libertad llegaría con Hércules: solo un grande podría liberar a otro grande (aunque en esta historia el más grande fue aquel que decidió callar y morir).
¿De dónde sacaría tanto honor el águila? San Agustín de Hipona, incansable estudioso en la búsqueda del Dios verdadero, ha establecido ciertas analogías entre los mitos y la fe, tal es así que la fuerza de Hércules la compara con la fortaleza moral (Souvirón, B. Mitología Gredos. Los trabajos de Hércules). En “Confesiones” nuevamente manifiesta –esta vez refiriéndose a la voz de Dios que le hablaba en una región extraña–: “Yo soy el manjar de los grandes, crece y podrás comer. Tú no me cambiarás en ti, como cambias la comida en tu propia carne, sino que yo te convertiré en mí”. El águila, al alimentarse de tan divino hígado, que día a día era devorado y día a día volvía a regenerarse, fue adquiriendo cualidades que no poseía, la sabiduría le impregnaba la imperial cabeza a través del hepático fluido, la compasión, la libertad, las virtudes, el honor; todas las emociones exclusivamente humanas fueron absorbidas por el animal, tal es así que en sus ojos se podía leer un sentimiento ambiguo.
Las numerosas conexiones intertextuales están implícitas y sutilmente colocadas en este cuento. La intertextualidad requiere la participación activa del receptor y es su bagaje intelectual y literario de este último el que le permitirá descifrarlo íntegramente. Prima facie, “Algo más sobre Prometeo” es un texto corto y sencillo. Pero esa es solo la punta del iceberg, pues al escarbar en los párrafos el lector se encuentra con el enorme acervo literario que lo sustenta.
ALGO MÁS SOBRE PROMETEO
Eran tan numerosos los trabajos de Hesíodo y tan pesados sus días que pudo narrar tan solo una parte de la historia del más noble de los titanes.
Por robar el fuego de los dioses, Zeus ordenó que encadenaran a Prometeo a una roca del monte Cáucaso y que un águila le devorara el hígado cada mañana. El hígado se regeneraba durante el día y con el alba regresaba el ave a empapar de sangre titánica el imperial y blanco plumaje de su cabeza.La primera vez que su poderoso pico rompió la piel de Prometeo y se comió su hígado fue la mejor. Definitivamente. El hígado más puro y exquisito. Muy superior a los renacidos.
El águila también había sido castigada por el colérico y quisquilloso Zeus, por alguna peccata minuta. Debía desayunarse exclusivamente con el hígado del titán: era su penitencia.Con el tiempo, el águila aprendió a identificar, por el sabor, los hígados que se formaban. El de los lunes era amargo, construido con magia displicente. Los hígados de los martes tenían una sequedad característica y un innegable sabor a tierra. Los miércoles y jueves el menú hepático no pasaba de una mediocridad espantosa. Los viernes y fines de semana, Prometeo se esmeraba y servía un hígado regordete y sanguinolento, de sabor muy amistoso para con el pico.A fuerza de convivencia, Prometeo y el águila habían labrado un sucedáneo de la amistad, conscientes de que estaban condenados a repetir esa escena ad nauseam.
Un día, el ave comentó al titán que el oráculo decía que Hércules lo liberaría de sus cadenas. Prometeo se puso feliz: su hígado nunca supo mejor.
-¿Sabés algo de Hércules? –preguntaba cada mañana, ya sin hígado. “He oído que está enfocado en su quinto trabajo”, contestaba el ave unas veces. “Anda matando pájaros”, decía en otras ocasiones, para enseguida callar.
En los ojos del águila se podía leer un sentimiento ambiguo porque sabía que se acercaba, cifrada en los brazos de Hércules, la libertad para ambos: Prometeo sería liberado de sus cadenas y ella recibiría un flechazo que le rompería la vida, pero que significaría también el final de ese infame castigo.