• Por el Dr. Juan Carlos Zárate Lázaro
  • MBA
  • jzaratelazaro@gmail

El señor Carlos Giménez, ministro de Agricultura, estuvo presente al inicio de la Feria de la Agricultura Familiar en la Costanera de Asunción y destacó la importancia de dinamizar el sector rural para el desarrollo del país, al tiempo de motivar a los productores del campo.

Tiene razón, pero debe tener en cuenta que para que los pequeños productores agrícolas puedan progresar, precisan de un estrecho acompañamiento de los técnicos del MAG, quienes deben estar todos los días en los campos de labranza, enseñándole las mejores técnicas de cultivo, como lograr mayor fertilidad a sus tierras y hacer que puedan diversificar sus líneas de cultivo y así poder tener un ingreso lineal durante gran parte del año, que mejoren su escuálida situación económica-financiera actual.

Lo primero que se debe hacer es “atacar” con fuerza y profesionalismo a los 4 departamentos en los que se observan mayores bolsones de pobreza (Concepción, San Pedro, Caazapá y Paraguarí).

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Los productores tienen la mejor buena intención, pero si no se los apoya en lo técnico y financiero muy difícilmente puedan lograr lo que se los proponen.

Muchos de ellos obtienen créditos del CAH y por falta de educación financiera destinan parte de los mismos a compra de electrodomésticos, celulares, moto, etcétera, mermando su capacidad de repago.

Aquí deben entrar a tallar los técnicos del MAG, quienes son los que deben direccionar a qué destinar los créditos para que sean bien invertidos y puedan generar mayores niveles de productividad a los labriegos.

Se deberá impulsar fuertemente a que la intermediación pueda desaparecer, pues siguen siendo los que se llevan la parte más substanciosa de la torta sin mucho esfuerzo.

Deberían ser ellos mismos quienes aglutinados a través de cooperativas de producción puedan llegar con sus productos hasta los compradores finales para que su gestión económica se vea fortalecida.

En esta tarea deberán contar con el apoyo del Gobierno para que puedan conversar con los potenciales compradores y así la venta final se hace en forma directa a los mismos.

La estrategia es motivar al sector productivo primario, a la agricultura familiar campesina, porque hay un dato preocupante que arrojó el último censo, hay gente que vive en el campo y que no produce, y la idea es que estos pobladores rurales se conviertan en una unidad productiva familiar.

Muchos no producen porque precisan que se los oriente y se los apoye para que puedan convertirse en unidades productivas que generen ingresos en una gran parte del año, con lo cual su capacidad económica-financiera se vería mucho más fortalecida.

Es justamente por la falta de oportunidades que se generan las inseguridades en el campo, por lo que el gran desafío será que la gente del campo vuelva a producir más, lo cual traerá bienestar y más tranquilidad generando las condiciones para que los productores fortalezcan su capacidad adquisitiva.

Se deben orientar los esfuerzos a que la gente del campo vuelva a producir más, diversificando sus líneas de cultivo y que los hijos de los labriegos en vez de seguir emigrando hacia ciudades del departamento Central y a la capital puedan quedarse a trabajar con sus progenitores y llegar a objetivos y metas mucho más sólidos y sustentables en el tiempo, aprovechando la fertilidad de nuestra tierra.

El nuevo ministro, junto con su equipo de trabajo, deberá aunar esfuerzos trabajando coordinadamente en equipo para lograr lo que nuestros pequeños productores agrícolas precisan para poder salir adelante.

Deben apoyarlos paralelamente para que puedan tener vacas lecheras en sus fincas, vendiendo su producción a las cooperativas lácteas, con lo cual sus ingresos globales se verían acrecentados y contribuiría a un mejor estándar de vida de todos ellos.

Hace falta más proactividad de parte de las autoridades y que se concienticen que deberán salir de sus zonas de confort, ya que si siguen encerrados en sus oficinas, sin saber qué acontece afuera, es poco o casi nada lo que podríamos progresar en los próximos años. Así de simple.

Los productores tienen la mejor buena intención, pero si no se los apoya en lo técnico y financiero muy difícilmente puedan lograr lo que se los proponen.

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