• Por Eduardo “Pipó” Dios
  • Columnista

Arnoldo Wiens es un ejemplo claro de lo que la gente detesta, con razón, de los políticos. El famoso “politiquero”, ya que el oficio de político, debería, y lo es, en muchos casos una ocupación respetable y con fines nobles. Los ha habido, hasta en nuestra historia, sí, aunque usted no lo crea. Es que como en toda profesión u oficio hay de todo, podríamos hacer una escala del 1 al 10 y encontraríamos de todo tipo, los hay más pillos, más bandidos, menos bandidos, más abnegados, menos abnegados, con mucha conciencia social y vocación de servicio y con escasísima o nula de ambas.

Arnoldo es de esos personajes que aparecen por el mundo buscando dónde puede joder a alguien, dónde puede pescar algo, sin importar lo que haya que hacer. Cero conciencia social, cero empatía, raro quizás, tratándose de un ex pastor evangélico, ocupación que debería basarse en el amor y la devoción al prójimo, pero como dijimos más arriba, hay de todo. Arnoldo es un simple oportunista que cuando ve una rendija, se mete y aprovecha el momento.

No hablamos de un gran pastor que haya marcado época entre sus fieles, sino que cuando se aburrió del tema, y vio que le gustaban las luces de la farándula televisiva, y el eventual poder o cercanía al poder que le generaba, mandó al cuerno a sus feligreses y se dedicó a su nueva faceta. Periodista mediocre, con programas mediocres, en un canal de medio pelo. Esto le sirvió para hacerse más conocido, al final siempre alguien ve los programas o los mismos invitados, empresarios o políticos, que suelen ir donde los invitan, no importa si es en un ignoto programa o no, nuestro ex pastor se empezó a codear con la fauna política nacional.

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Se le ocurrió entonces a nuestro oportunista consuetudinario, que debería meterse en la arena política, allí estaba la plata interesante y al fin de cuentas, nuestro personaje es lo que se conoce como un “plata pota” sin escrúpulos.

Convenció a algunos políticos de que su figura era conocida por los medios, y armó un movimiento con algunos ilusos que le creyeron la historia del pastor/periodista que quería salvar a la patria, entre tanto escombro habrán pensado, “este al menos todavía no está sucio, veamos qué pasa”. Y fueron atrás de Arnoldo.

El amor duró hasta que Arnoldo, bíblicamente, los negó 3 veces, y los dejó hablando pavadas, bajándose de una simbólica carrera presidencial, a un seguro zoquete en una lista sábana para el Senado, donde entró de la mano de Horacio Cartes.

No le llevó más de un par de años traicionar nuevamente a sus mentores políticos, y acomodarse en un nuevo equipo que parecía que valoraba más su curul, y desde donde no habría problema en pedir algún vuelto para aprobar o vetar leyes, cosa que no podía desde el oficialismo, puesto que les debía el lugar que ocupaba.

Así Arnoldo se hizo inseparable de su alma gemela, tanto por traidor como por bandido, el delincuente de Marito, otro de la misma nefasta escuela del oportunismo y el amor por la plata ajena.

Esta relación dio sus frutos, y Arnoldo fue puesto en el lugar clave para el flamante presidente “de la gente”, Marito vendeasfalto, el único que compra asfalto es el Estado, entonces quien mejor que el delincuente de Arnoldo para ponerlo a asfaltar hasta los quirófanos y los jardines de infantes, recapar rutas 3 veces al año, etc., etc., siempre comprando de la empresa del badulaque mayor, Aldia, donde el gerente es el hermano del encargado de comprar asfalto de Arnoldo en el MOPC. O sea el MOPC le compra a Marito y las empresas adjudicadas a dedo por Arnoldo, deben comprar el asfalto también a Marito, sino no hay adjudicación. Como si fuera poco, Arnoldo invento el “Anticipo para compra de asfalto” dentro de los contratos, de modo a que a la firma del contrato ya las empresas “amigas” compran el asfalto de? … si adivino… de Marito, al contado rabioso y por adelantado, no sea que el Señor Primer Delincuente de la República tenga que esperar… que esperanza.

Y así han robado cientos de millones de dólares estos dos delincuentes, Presidente y ministro, a cuatro manos, sin el menor pudor, comprándoSE asfalto con la plata de los medicamentos para el cáncer, para el covid, los sueldos del personal de blanco, los maestros, las aulas destruidas y todo lo que no le haga ganar dinero a Marito. Que se muera (literal) el resto.

Entonces señor, señora, joven, ahora le queda claro ¿por qué este “rubio quesu” con menos gracia y carisma que un coliflor hervido es el candidato favorito de Marito? Porque es su cómplice del saqueo… y tiene la ligera esperanza de que la joda pueda seguir 5 añitos más. Hay tantos kilómetros para asfaltar a costa de la vida, la educación y el hambre de los paraguayos que a estos dos impresentables se les hace agua la boca.

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