Una problemática recurrente en el Instituto Nacional del Cáncer (Incan) es la falta de medicamentos para los pacientes que siguen sus tratamientos oncológicos en este nosocomio. Si bien es sabido que la cantidad misma de quienes acuden ya es un inconveniente, muchas veces la principal sin duda se da cuando empiezan los desabastecimientos.
Desde ayer esto empezó de nuevo entre los pacientes, especialmente aquellos que reciben tratamientos para cáncer de mama y colon, ya que eran en su mayoría los fármacos que se necesitaban para dichos tratamientos los que se encontraban en falta. Las principales quejas de los pacientes eran que ellos concurrían justamente al servicio público por la falta de dinero para adquirir los medicamentos que en su mayoría son muy costosos en farmacias privadas.
En comunicación con La Nación/Nación Media, Julio Rolón, director del Incan, remarcó “desde la parte administrativa ya hemos regularizado todo, de ahí a cuando se va a normalizar todo en el stock con medicamentos para pacientes sería en aproximadamente 15 días, y dentro de ese lapso nosotros le pediríamos inclusive a algunas empresas que nos adelanten algunos medicamentos que se hacen acá y estamos en una negociación difícil y entendemos que la gente esté molesta porque el tiempo no nos ayuda”.
La lista de los medicamentos es de uso frecuente y que no pueden ser interrumpidos por tiempo prolongado, ya que ayudan a que el cáncer no avance, hecho que los hacen clave dentro de los tratamientos y estos son, según los pacientes, el carboplatino, cisplatino, anastrozol, letrozol, ciclofosfamida, capecitabina, oxaliplatino. El precio de estos medicamentos rondan entre los G. 100.000 a G. 500.000, monto que para muchos es impagable.
El director del Incan reconoció, además, que una de las grandes falencias para llegar a optimizar las compras de los medicamentos es la falta de un registro pormenorizado y detallado a nivel país de quienes sufren cáncer, de qué servicios reciben y qué medicamentos consumen, que hasta el momento el gobierno se maneja con registro de base poblacional que les dificulta trabajar con cifras, a fin de hacer pedidos de grandes cantidades.