Con la pandemia del COVID-19 se pudo visibilizar el déficit presupuestario que vienen mitigando desde hace años la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción (FCM-UNA) y su hospital escuela, el Hospital de Clínicas de San Lorenzo.
Más ahora con la gran demanda de pacientes que acuden a diario al nosocomio y, sobre todo, el consumo de oxígeno que se volvió indispensable para el tratamiento de la enfermedad, señaló Griselda Bispo, directora de Administración y Finanzas de la FCM-UNA.
En ese sentido, la administradora financiera del hospital escuela advirtió que sin una ampliación presupuestaria, el oxígeno en Clínicas alcanzaría solo dos semanas más. Comentó que en marzo ya se realizó el pedido de ampliación presupuestaria de aproximadamente G 40.000 millones.
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“Dicho pedido está en trámite en el Ministerio de Hacienda. A través del Rectorado de la UNA se volvió a reiterar (la solicitud) y recibimos la respuesta de que se encuentra en el área de macro fiscales. En cuanto a la adquisición de oxígeno, en conversación con autoridades del Ministerio de Hacienda se informó de la ampliación de G. 4.000 millones”, manifestó Bispo.
El pedido se encuentra en etapa avanzada para el borrador del decreto que será elaborado por el Ministerio de Hacienda y remitido posteriormente al Poder Ejecutivo. Esperan que la próxima semana se pueda acelerar el proceso e impactar en el sistema financiero de la FCM-UNA.
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“Se debe tener en cuenta que la necesidad de oxígeno aumentó debido a que (la cantidad de) los pacientes se quintuplicó por causa del COVID-19. El precio de compra de oxígeno también subió cinco veces más ante la gran demanda. La institución proyectaba que el consumo de oxígeno sería suficiente hasta noviembre, pero ante la situación actual se estima que alcance solo hasta este mes de junio”, explicó.
Ante esta necesidad se hizo el pedido de ampliación (presupuestaria) para poder paliar julio, pero todo depende de las autoridades. Si la ampliación no se efectiviza, se corre el riesgo de quedar sin contrato de provisión de oxígeno. A esto se suma que la institución está con varias necesidades de equipos médicos e insumos hospitalarios, además de las necesidades de mantenimiento de otros equipos.
“Realmente ya no tenemos presupuesto ni en Fuente 10, ni en Fuente 30, para reparaciones, y eso es agobiante. También se compran equipos de alta gama que requieren de mantenimientos constantes para que no sufran fallas. Y la parte de medicamentos y estudios laboratoriales que cada año es deficitaria por la gran cantidad de pedidos a la que no damos abasto; es una necesidad diaria”, señaló.