“Como en toda América Latina estamos creciendo y frenando en la mayoría de los países, y uno es mejor que el otro”, mencionó el legendario comunicador y radialista Huberto Rubin. El reconocido comunicador dejó su testimonio en el marco de los 25 años del diario La Nación/Nación Media, sobre su perspectiva sobre el desarrollo del país.
“Pasamos un momento bueno, Paraguay está en un momento muy interesante, no debe a nadie gran suma, podemos hacer cosas mejores, pero yo creo que le va bien al Paraguay. Yo lo veo perfectamente bien”, agregó el radialista.
Por otra parte, también se refirió al rol fundamental que cumplen actualmente los medios de comunicación en ese desarrollo del país. “La prensa cuenta todo, así que en el ámbito periodístico tenemos colegas fantásticos, equipos fantásticos de información, no se oculta nada a nadie. La prensa paraguaya está en uno de sus mejores momentos”, sentenció Rubin.
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Reafirmamos nuestro compromiso con la verdad y por un país mejor
En medio de un complejo paisaje marcado por la desinformación constante, la conveniente reescritura de los hechos y hasta el acomodo de los datos estadísticos evaluados desde la perspectiva de la ciencia, el buen periodismo ha venido naufragando ante los ojos de los lectores, con la consecuente derivación en la pérdida de la credibilidad.
Por fortuna, el público, con las nuevas herramientas que proporciona la tecnología, también aprendió a ejercitarse para interpretar los acontecimientos desde una mirada crítica, más allá de los límites de la prensa tradicional.
Las noticias, por tanto, son reconstruidas desde varias aristas, y no ya desde el ojo exclusivo de los periodistas. Es una manera alternativa –que antes no existía– de intentar una aproximación a la verdad, aquella que nos trasciende en su objetividad y permanencia. Es decir, que está ahí por encima de las pretensiones de domesticarla y presentarla con un ropaje adulterado que la distancia de sus raíces fundamentales.
Estamos en presencia de la no-verdad, de las falsas noticias, que se han vuelto una trágica pandemia que persigue el inmoral objetivo de influenciar en el ánimo y las decisiones de los ciudadanos y ciudadanas para torcer el rumbo de sus voluntades en el momento de asumir posturas. Por eso, el bombardeo incesante con sus armas preferidas: el bulo y las patrañas.
A lo largo de todo el proceso de transición democrática, iniciado el 3 de febrero de 1989, algunos medios de comunicación (que luego se transformaron en verdaderas corporaciones mediáticas), en su afán de creerse propietarios de la verdad absoluta, han ensayado varias fórmulas para poner en práctica su inocultable afán de erigirse en el gran elector. Para dejar esto en términos de mayor claridad o, incluso, en palabras bíblicas: ambicionan poner y quitar reyes. Que, en nuestro caso, serían presidentes de la República.
Para ello se tejieron alianzas con una clase política que tiene sus mismos viciados propósitos, ya que lo único que les importa es la captura del poder, y no precisamente la radical solución a los graves problemas estructurales que desde hace décadas descargan todo su peso sobre las clases más humildes de nuestra sociedad. Esa cosecha, salvo una o dos excepciones puntuales, fue permanentemente hostil y ajena a sus anhelos.
Hoy, en medio del actual contexto de confusiones deliberadas y dispersión de humos distractores para desviar la verdad hacia relatos mendaces y sectarios, el diario La Nación cumple treinta años de la aparición de su primer número, el 25 de mayo de 1995, bajo la entonces dirección de don Osvaldo Domínguez Dibb (+), uno de los dirigentes deportivos más laureados de nuestro país, quien trajo al Paraguay la primera Copa Libertadores de América, en 1979, de la mano de su amado y eterno Club Olimpia.
En los últimos años, bajo la actual gestión, nuestro diario se ha esmerado por ofrecer al público la versión ignorada exprofeso por otros medios de comunicación. Naturalmente, en ocasiones, hemos caído, también, en algunos errores propios de toda actividad que tiene al hombre como el centro de acción.
Sin embargo, nuestra conducta profesional nunca estuvo orientada por la mala fe ni la parcialidad manifiesta para exaltar la mentira, el engaño y el fraude en el manejo de la información.
Hemos sido útiles, consecuentemente, al mostrar las otras aristas de los hechos a fin de que la ciudadanía pueda tener un panorama completo de la realidad. Y, así, hemos obrado conforme a la razón, la irrefutable lógica y la irrebatible contundencia de cómo han ocurrido los sucesos.
Estos son, pues, los datos imprescindibles que el lector puede recoger del entorno para su toma de acción. Nos anima, por ende, impulsar siempre una acción ética, recta, honesta y, además, provechosa para el particular interés del ciudadano y su armoniosa convivencia dentro de una sociedad que se expresa y comunica con relatos cargados de veracidad.
Y no de narrativas tendenciosas que no hacen sino deformar la actualidad, su sustrato histórico y su proyección en el tiempo.
Informar con veracidad no precisa de leyes que nos obliguen a hacerlo, así como consideramos inaceptable cualquier intento de restringir la libertad de expresión, cuya prolongación práctica es el cumplimiento de un mandato que garantiza el pluralismo democrático: el derecho del pueblo a estar informado.
La observancia de estas pautas ineludibles para el buen periodismo constituye, más que nada, un imperativo ético. Y en ese trayecto nos habrán de encontrar, con nuestras luces y nuestras sombras, pero con el irrenunciable compromiso de aportar, con nobleza y sinceridad, para la construcción de un país mejor.
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Plan Nacional de Desarrollo 2050 debe ser participativo, destacan desde el MEF
La gerente de Planificación y Desarrollo del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Liz Coronel, dio detalles sobre el proceso de elaboración del Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2050, destacando su carácter participativo y su importancia estratégica para definir las políticas públicas del país en los próximos 25 años.
Liz Coronel explicó que el PND 2050 representa un desafío técnico y político, y que su formulación comenzó en julio del año pasado. “Lo ideamos y desarrollamos de una manera participativa con el objetivo de que sea suficientemente representativo de todos los sectores de la sociedad”, expresó durante un programa en Paraguay TV.
Asimismo, señaló que la Constitución Nacional establece la planificación como un mandato de Estado, por lo que este nuevo plan se construye tomando como antecedente inmediato al Plan Nacional de Desarrollo 2030, vigente desde el año 2014.
“Estamos en una etapa de cierre del PND 2030, que requiere evaluaciones, análisis de resultados y aprendizajes. Además, contamos con nuevas herramientas del sistema estadístico nacional que enriquecen el diseño del nuevo plan”, puntualizó.
En esta misma línea, también destacó como una oportunidad clave la creación del MEF, que integra en una sola institución las funciones de planificación a largo plazo y la gestión presupuestaria. “Esto permite alinear las prioridades del país con la disponibilidad de recursos”, indicó.
Por su parte, la coordinadora del equipo técnico del PND 2050, Natalia Rodríguez, subrayó que este plan constituye el principal instrumento del sector público para orientar las políticas en distintas áreas, con impacto directo en la vida de los ciudadanos. “Estamos hablando de educación, salud, empleo y seguridad, todos estos elementos fundamentales para la calidad de vida de las personas”, afirmó.
Recordó que el PND nació hace más de 10 años con objetivos como la reducción de la pobreza, el crecimiento inclusivo y la inserción internacional de Paraguay. “Hemos avanzado en varios de estos objetivos, algunos ya se cumplieron, otros están en proceso, y algunos requieren ajustes. Pero sin duda, el plan ha permitido coordinar esfuerzos entre el sector público y el privado”, concluyó.
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Londres celebra los 25 años de su emblemática “London Eye”
- Londres, Reino Unido. AFP.
El “London Eye”, la gran noria de 135 metros de altura instalada desde el año 2000 a orillas del Támesis, en el sur de Londres, celebra este domingo su 25º aniversario, para sorpresa de la arquitecta que la diseñó. “Nunca hubiera imaginado que todavía estaría aquí 25 años después”, afirma a la AFP la arquitecta británica Julia Barfield, quien, junto con su difunto esposo y socio David Marks, impulsó la creación del London Eye.
Desde una de las cápsulas de cristal de la noria, con el Parlamento británico al fondo, Julia Barfield explica que el objetivo inicial era encontrar una forma impresionante de ver la ciudad. Pero la arquitecta expresa su sorpresa al comprobar que la gente sigue subiendo para disfrutar de la vista, “lo cual era fundamentalmente el objetivo del proyecto”.
Con un precio de 42 libras (unos 53 dólares), el London Eye sigue siendo una de las atracciones de pago más visitadas del país. Cada año, alrededor de 3,5 millones de turistas pagan la entrada para una excursión de media hora con vistas panorámicas.
“Fue impresionante”, afirma Leonardo Manuel, un turista peruano de 13 años que viaja con su familia por primera vez a Europa. “Venir a Londres era uno de mis sueños. Pudimos ver toda la ciudad, despacio, tomándonos el tiempo para admirarla”, añade.
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Concebida como algo temporal
Subida en su creación más famosa, Julia Barfield nunca imaginó que el London Eye se convertiría en un ícono del diseño. El London Eye fue concebido originalmente como una construcción temporal de cinco años para conmemorar la llegada del nuevo milenio. Hoy su silueta está estampada en objetos de recuerdo de Londres, dibujada por artistas callejeros y fotografiada por doquier en selfis. Pero su futuro no siempre estuvo asegurado.
Rechazada su idea durante una convocatoria de proyectos de un nuevo monumento en la ciudad para celebrar el inicio del año 2000, Julia Barfield y David Marks no se dieron por vencidos y trabajaron duro durante años para obtener financiación para esta ambiciosa idea, explica la arquitecta.
Los creadores querían concebir una sensación de emoción en los visitantes al ver la estructura “y que se preguntaran cómo lo habíamos diseñado”, explica Julia Barfield. Con 135 metros de alto, 120 de ancho y 32 cabinas, cada una de las cuales representa uno de los distritos de la ciudad de Londres y con capacidad para albergar hasta 25 personas, el London Eye es un gigante de acero.
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Izada dos veces
Esta inusual estructura requirió una serie de innovaciones tanto técnicas como materiales. Para las góndolas hubo que importar desde Venecia vidrios curvados especiales. Las distintas piezas fueron transportadas por vía fluvial a lo largo del Támesis. Los obreros tuvieron que trabajar sobre el agua para montar la noria.
Finalmente, inspirándose en las técnicas utilizadas para instalar plataformas petroleras en el Mar del Norte, la noria fue izada lentamente. Y se tuvo que levantar dos veces, porque los cables cedieron durante el primer intento. La estructura era demasiado pesada. Otros problemas técnicos obligaron al público a esperar varios meses antes de poder subir a la Noria del Milenio.
Pero el London Eye se ha unido a una serie de nuevos edificios en la capital británica para saludar la llegada de una nueva era, como el Millennium Dome, el Millennium Bridge y la Tate Modern Gallery. Así, en el momento del cambio de milenio, cuando los londinenses hablaban del problema informático Y2K y “Baby One More Time” de Britney Spears era el single más vendido del año, el London Eye se convirtió en la noria más grande del mundo.
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Un año más contando historias de manera diferente
Este último domingo del año queremos celebrarlo con este anuario recordando las 12 tapas más destacadas del Gran Diario del Domingo de La Nación de este 2024 que se va.
Además de escenarios naturales extraordinarios e hitos históricos para la cultura paraguaya como la reciente declaración de la guarania como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad por la Unesco, este año nos tocó también la difícil tarea de despedir a destacadas figuras de nuestra sociedad como el artista Koki Ruiz, el maestro de ajedrez Zenón Franco, el Dr. Mime y el propio fundador de nuestro diario, Osvaldo Domínguez Dibb.
Asimismo, esta tarea de cultivar un periodismo que trascienda las urgencias y el imperativo de la rapidez no está exenta de realidades dolorosas, como el reclutamiento de menores por el crimen organizado para cometer robos y otros delitos.
En fin, llegó la hora de dar vuelta la página al almanaque y en el próximo 2025 esperamos que nos sigan acompañando en esta gran aventura de contar historias de manera diferente.