París, Francia | AFP

La capacidad para con­trolar la memoria e inhibir recuerdos intrusivos sería la clave para superar los traumas, señaló un estudio realizado con víctimas de los atentados de París del 2015, lo que abre la vía a tera­pias innovadoras.

Las víctimas no son todas iguales frente a un mismo acontecimiento traumático. Por ejemplo, de 2 personas que se encontraban en la sala Bataclán durante atentados del 13 de noviembre del 2015, una sufrió un año más tarde trastorno por estrés postrau­mático (TEPT), una patolo­gía incapacitante en la que el pasado resurge sin cesar, mientras que la otra superó el trauma, haciendo vida normal.

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Para entender esta diferencia, científicos realizaron en Caen un estudio inédito de imagen cerebral por resonancia mag­nética (IRM) a 200 personas del proyecto “Remember”, del Instituto francés de Investi­gación en Salud y Medicina, cuyos resultados se han publi­cado en la revista Science. Este proyecto es un anexo de “El estudio 1.000” que sigue a un millar de voluntarios durante 12 años, interrogados dentro del vasto programa científico “13-Noviembre”. De los 200 participantes, 120 estuvieron directamente expuestos (víc­timas, testigos, padres, allega­dos…), y 80 son de la ciudad de Caen, alejados de los lugares de los atentados, en París y en Saint-Denis.

UN NUEVO MÉTODO

Probaron un nuevo método lla­mado “think/no-think” (“pen­sar/no pensar”), que consiste en aprender de memoria dece­nas de asociaciones de concep­tos sin ninguna relación con el suceso traumático, por ejem­plo “barco/casa”. Después, se sometieron a un largo IRM (1h30): en la condición “pen­sar”, una de las palabras apa­recía en verde y el sujeto debía visualizar la imagen asociada; en la condición de “no pensar”, una de las palabras estaba en rojo, y el sujeto debía evitar que emergiera la imagen asociada.

El resultado: las personas de Caen, sin trauma directo, eran totalmente capaces de contro­lar la intrusión de la imagen aso­ciada. Entre los que estuvieron expuestos a los atentados, aque­llos que presentaban un tras­torno por estrés postraumático mostraban en cambio un meca­nismo de control deficiente.

“Aun más interesante, las personas resilientes –que superaron el trauma aun­que estuvieron expuestas a los atentados igual que quie­nes presentan un TSPT– mostraban un mecanismo de control extremadamente poderoso”, explicó el jue­ves a la prensa Francis Eus­tache, neuropsicólogo en el Inserm y codirector del pro­grama “13-Noviembre”.

PASADO PETRIFICA A LAS PERSONAS

Ahora bien, el recuerdo trau­mático “es extremadamente intrusivo, compuesto de imá­genes o sensaciones incon­trolables, donde el pasado se convierte en el presente y petrifica a las personas”, detalla Pierre Gagnepain, investigador del Inserm y res­ponsable científico del pro­grama “Remember”.

Para sobrevivir, víctimas tienden a “usar en exceso el proceso de bloqueo de la memoria, lo que las coloca en alerta, pero no saben acti­varla acertadamente”, según Alison Mary.

La idea sería enseñarles a utilizar el mecanismo solo cuando lo necesitan.

No se trata de actuar “sobre la eliminación directa de la memoria traumática, sino sobre modos de reforzar mecanismos de control”, explica Jacques Dayan.

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