Sídney, Australia. AFP.

Los habitantes de la región de Sídney se preparaban este lunes a afrontar una situación “catastrófica” debido al recrudecimiento de los incendios, que impulsó a las autoridades a declarar el estado de emergencia, situa­ción inédita para la mayor ciu­dad australiana. Las autorida­des han advertido que “están en peligro vidas y viviendas”.

“Nada está construido o con­cebido para resistir al tipo de situación catastrófica que podemos esperar” declaró Shane Fitzsimmons, res­ponsable de los bomberos del estado de Nuevas Gales del Sur (sudeste), que incluye a Sídney.

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Las elevadas temperaturas y los fuertes vientos, que se esperan para el martes, deben atizar los incendios que condujeron a la primer ministra de este estado, Gladys Berejiklian, a declarar el estado de emergencia por siete días. Más de 350 escue­las estarán cerradas y el ejér­cito ha sido encargado de pro­porcionar apoyo logístico a los bomberos.

Decenas de fuegos no contro­lados en el norte de este estado han dejado desde el viernes tres muertos y más de 150 viviendas destruidas, obligando a huir a miles de habitantes.

En los últimos días, unos 11.000 km2 - equivalente de Jamaica - han sido quemados, según el servicio de incendios del estado.

Tras una situación de mayor calma este lunes, el martes las zonas más afectadas podrían ser las Blue Mountains al oeste de Sídney, el valle vitícola de Hunter, al norte, y la región de Illawarra al sur de la ciudad.

“Mañana (martes) habrá que proteger la vida, los bienes, e intentar que todo el mundo esté lo más seguro posible” declaró Gladys Berejiklian.

Algunas regiones, ya afectadas por los incendios de los últimos días, se disponen a enfrentarse a esta nueva amenaza.

En las ciudades costera de Old Bar, al norte de Sídney, los bom­beros estaban de vuelta para quemar zonas hasta ahora no afectadas por los incendios.

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