La Habana, Cuba. AFP.
Frente al espejo, Delia Barrios se maquilla con rubor y lápiz labial. Quiere verse bella para festejar sus 102 años, rodeada de sus seres queridos, como ocurre con muchos centenarios cubanos, cuya longevidad intriga a los expertos.
“No me siento de esta edad porque tengo una familia (...) que me quiere mucho, me ayuda a sentirme bien”, explica Delia, mientras conduce hábilmente su sillón eléctrico de ruedas, con su tataranieta Patricia, de siete años, sentada en su regazo.
En el pastel de cumpleaños hay solo dos velas. Delia las sopla entre los aplausos de una treintena de invitados, en el patio del edificio donde vive, en el oeste de La Habana.
A los 60 años, los médicos le diagnosticaron un cáncer de colon y le dieron un año de vida. Ella echó por tierra ese pronóstico. En 1993, en plena crisis económica en la isla, se fue a vivir sola a Estados Unidos, donde reside su hijo.
En 2013, “todas las semanas me caía, y entonces la doctora me dijo: ‘no puede seguir viviendo sola’”, recuerda Delia, que asegura haber sido una mujer “muy bailadora” y que fumó y bebió “moderadamente”. Entonces decidió volver a la isla y ahora vive con su nieta Yumi, de 59 años.
Cuba, con 11,2 millones de habitantes, tiene 2.070 centenarios y una esperanza de vida de 79,7 años: cifras similares a las de países desarrollados, aunque en la isla el salario promedio público no supera los 30 dólares al mes.
MUY FAMILIAR
En la isla socialista, con una alta densidad de médicos por habitantes y un sistema de salud gratuito, un “Club de 120 años” anima a los cubanos a llegar a esa edad venerable.
!Biológicamente está demostrado que el hombre puede vivir de 120 a 125 años”, afirma el médico Raúl Rodríguez, quien preside esa institución, creada en 2003 por el médico de Fidel Castro, Eugenio Selman-Housein.