Amboise, Francia. AFP.

El presidente francés Emmanuel Macron y su homólogo italiano Sergio Mattarella dieron el jueves el pistoletazo de salida para las conmemo­raciones de los 500 años de la muerte en Francia de Leo­nardo da Vinci, rindiendo homenaje al genio del Rena­cimiento en una muestra de unidad tras meses de tensio­nes diplomáticas.

“El vínculo entre nuestros países y nuestros ciudada­nos es indestructible”, dijo Macron después de que almorzaran en el Clos Lucé, suntuosa casa señorial donde Da Vinci pasó los últimos tres años de su vida, como invi­tado del rey Francisco I.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Los dos jefes de Estado comenzaron su visita en el palacio real de Amboise, donde depositaron coro­nas de flores en la tumba del maestro florentino.

Da Vinci, que encarnó el Renacimiento europeo, murió en esta tranquila ciu­dad en el valle del río Loira el 2 de mayo de 1519.

Esta celebración conjunta se produce después de crecien­tes tensiones diplomáticas entre París y Roma, a raíz del apoyo expresado por el man­datario italiano a las protes­tas de los “chalecos amari­llos” en Francia.

En el momento de peor ten­sión bilateral desde el fin de la II Guerra Mundial, gobierno de Macron llegó a llamar bre­vemente a su embajador en Roma para consultas, un gesto de inusual gravedad en el ámbito diplomático.

El sábado la ciudad de Amboise fue el centro de una protesta de los “chale­cos amarillos”, y por ello, para evitar problemas por la presencia de los dos presiden­tes, la ciudad estaba el jueves prácticamente desierta por medida de seguridad.

El tráfico en la pequeña loca­lidad de 13.000 habitantes estaba prohibido en un radio de cinco kilómetros. Los comercios, bares y restauran­tes cerca del palacio, que por lo general estaban repletos de gente, tuvieron que permane­cer cerrados el jueves.

ARQUITECTO DEL REY

Más tarde, los dos presidentes se dirigieron al castillo de Chambord, cuya impresionante escalera de doble hélice es atribuida a un diseño de Leonardo Da Vinci, aunque su piedra fundamental fue colocada unos cuatro meses después de la muerte del gran maestro floren­tino. Da Vinci tenía 64 años de edad cuando aceptó la invitación del entonces joven rey Francisco I de instalarse en Francia.

En esa fase de su vida, el maestro florentino enfrentaba la rivalidad de las crecientes estrellas Miguel Ángel y Rafael. En la medida en que los pedidos de trabajos comenzaron a disminuir, Leonardo Da Vinci no dudó en acep­tar la invitación del rey francés, quien lo contrató por un espléndido salario para ser el “primer pintor, ingeniero y arquitecto del rey”.

Déjanos tus comentarios en Voiz