• Por el Dr. Juan A. Ayala-Haedo
  • University of Miami Hospital and Clinics-UHealth Tower.
  • Asesor y miembro de la junta directiva de la Apimedic

La FDA (Food and Drug Administration) de los EEUU ha aprobado hace poco más de un año la primera terapia destinada a tratar enferme­dades genéticas hereditarias que causan ceguera; especí­ficamente la terapia desti­nada a tratar mutaciones en el gen RPE65 que causan for­mas raras de ceguera here­ditaria. Dichas enfermeda­des afectan la retina, que es la zona encargada de tradu­cir los estímulos luminosos en señales electro-químicas que finalmente son dirigi­das al cerebro para ser inter­pretados como fenómeno visual. Las células blanco de esta enfermedad son los fotorreceptores, en los que la acumulación de las proteínas anómalas llevan a la muerte celular y la pérdida de su fun­ción lleva a la ceguera.

Este hito en la medicina génica fue precedido por años de investigación en animales y luego en humanos. Hace casi dos décadas surgió el primer reporte en roedores donde los síntomas producidos por la carencia de la proteína que normalmente era codificada por el gen defectuoso eran corregidos con la inserción del material genético ade­cuado restaurando la función celular a través de la produc­ción de la proteína correcta usando la terapia génica.

Cómo funciona la terapia génica:

-En primer lugar se crea el material genético que reem­plazará al gen deficiente o está ausente en el paciente.

-Posteriormente se inserta dicho material genético en un vector o medio de trans­porte, en la mayoría de los casos es un virus modificado que no causa enfermedad en el paciente.

-El vector es entonces inserto en la zona específica del cuerpo donde se desea que restaure la función. En este caso es inyectado en la retina.

-El material genético final­mente es absorbido por la célula blanco y se dirige al centro de control de la misma o núcleo donde produce las copias de las proteínas desea­das, restaurando la función celular.

El primer éxito en la tera­pia génica para enferme­dades oculares se reporta­ría hace casi una década, en la Amaurosis Congénita de Leber. Dicha enfermedad es muy poco frecuente con una prevalencia de 1 cada 80.000 individuos aproximada­mente y está causada por una variedad de mutaciones en distintos genes, incluyendo el RPE65 que corresponde al 6%, aproximadamente, de la población de individuos con dicha enfermedad. Los pri­meros estudios favorables en humanos reportaron mejoría en varios de los síntomas pre­sentes por la enfermedad, así como seguridad en la admi­nistración.

Otras enfermedades con causa genética que actual­mente están siendo investi­gadas y que están en estadios distintos de experimenta­ción con terapia génica son: coroidemia, acromatopsia, XL retinosquisis, retinitis pigmentosa, síndrome de Usher, enfermedad de Star­gardt, neuropatía óptica de Leber, entre otras.

Finalmente, la terapia gené­tica en enfermedades ocu­lares está aún en su infan­cia, pero nuevas terapias con esta presentan esperanzas para el tratamiento defi­nitivo de enfermedades de origen genético en las cuales hasta hace poco no se podía hacer ninguna intervención, solo observar el transcurso normal de la enfermedad. Las limitaciones de dicha terapia aún son grandes, ya que está limitada a enfer­medades en las que hay un gen específico asociado a la enfermedad y no enferme­dades multifactoriales con muchos genes asociados que son las más prevalentes.

Dejanos tu comentario