Ginebra, Suiza. AFP

Lugar predilecto de exhi­bición de las marcas de lujo, el salón del auto­móvil de Ginebra, que abrió sus puertas al público el jueves pasado, rebosa de propuestas que van desde adaptaciones de los vehículos más ostentosos a los “supercoches”, pasando por autos voladores.

Desde la entrada del primer pasillo de exposición, el nuevo Battista de Pininfarina: 1.900 caballos y aceleración de 0 a 100 km en menos de dos segun­dos. “Es el primer ‘hypercar’ [supercoche] completamente eléctrico”, explica un respon­sable de ventas del fabricante italiano.

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El bólido, de unos 2 millones de euros, del que solo se fabri­carán 150 ejemplares, está con­cebido para “incondicionales” que tienen “una verdadera gran pasión por los coches”, declara un representante. A unos metros, la empresa holan­desa Pal-V exhibe su máquina híbrida –mitad coche, mitad avión– de 500.000 euros. El vehículo recuerda a un coleóp­tero, con sus alas replegadas sobre el techo. Circula a 160 km/h como máximo, y puede –más bien podrá– elevarse a un máximo de 3.500 metros.

Si bien ya se pueden hacer encargos anticipados, el vehículo aún no está homo­logado para volar. Las prime­ras unidades se entregarán “el año que viene”, promete la empresa. Pero antes de imagi­narse ya sobrevolando atas­cos, primero se necesitará una licencia de piloto.

ORO DE 24 KILATES

Más tradicionales son las fur­gonetas modificadas por Okçu Automotive. Estos vehículos Mercedes Classe V negros, con los cristales tintados, albergan un lujoso salón. “Nuestros clientes son sobre todo hom­bres de negocios, pero también algunos jefes de Estado y famo­sos”, afirma el director, Savni Okçu. “En algunas ciudades, el tráfico es una locura y utilizan estos coches como su oficina móvil”, señala.

El interior está recubierto de una exquisita madera y de amplios asientos de cuero de alta gama. El minibar o la tele­visión van integrados. “Según la demanda, se puede propo­ner también cuero de pitón o de cocodrilo”, precisa Okçu, mientras enseña los acabados chapados en oro y las piedras preciosas incrustadas de una serie especial disponible por 250.000 euros. “No hay lími­tes en este negocio”, agrega. El stand de Eadon Green, un nombre desconocido, expone tres vehículos de líneas extra­ñas, en un estilo neorretro ins­pirado de marcas francesas de los años 1930. La fabricación del primer modelo ocupó al fundador, el inglés Felix Eaton, durante cinco años.

BUGATTI Y SUS 110 AÑOS

El inglés Felix Eaton, amante del diseño, frustrado porque no encon­traba en el mercado un vehículo a su gusto, decidió concebir el suyo y hacerlo fabricar utilizando un chasis moderno de Rolls-Royce, por un coste de 2,5 millones de libras (2,9 millones de euros).

“Podría construir otro si hay alguien dispuesto a pagar 3 millones de libras, pero creo que será único en el mundo”, dijo a la AFP. Eaton todavía no tiene clientes, pero espera convencer a algunos apasionados de invertir al menos 800.000 libras (alrededor de 940.000 euros) por un modelo único y personalizado. “Puedes añadir diamantes, por ejemplo, o todo lo que imagines”.

La admiración por los coches de excepción inspiró una estrategia de marketing de la marca francesa Bugatti, que celebra sus 110 años en Ginebra.

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