París, Francia | AFP

Por Camille BOUISSOU

El aumento de la violencia antisemita y de la incitación al odio ha obligado a Francia a afrontar un pasado doloroso de discriminación y prejuicio contra los judíos.

“El antisemitismo tiene raíces muy profundas en la sociedad francesa”, dijo el primer ministro francés Edouard Philippe este mes después de que un prominente escritor fuera víctima de insultos antisemitas en una calle en pleno centro de París.

Un centenar de tumbas fueron profanadas la semana pasada en un cementerio judío en el este del país y pintadas antisemitas, incluyendo esvásticas, aparecieron en fachadas de edificios y comercios.

Francia, que alberga la mayor comunidad judía de Europa (alrededor de 500.000 según estimaciones), ha prometido medidas para luchar contra el resurgimiento de actos antisemitas.

Pero el problema se remonta a siglos atrás en un país con una larga historia de antisemitismo, a veces respaldado por el Estado.

Francia medieval

En el siglo XIII, en la Francia medieval mayoritariamente católica, Luis IX emitió un decreto que obligaba a los judíos a usar la “rouelle”, un trozo de tela amarilla que colgaba de sus abrigos.

Los ataques soberanos autorizados contra la fe judía se hicieron más prominentes bajo Felipe IV que, en 1306, confiscó la propiedad de los judíos y los expulsó del país, a menos que se convirtieran al catolicismo.

Casi 90 años después, Carlos VI anunció que ningún judío podía seguir viviendo en su reino.

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