MAURO PIMENTEL.
Río de Janeiro, Brasil. AFP.
Con su cola rosada y azul ondeando en sincronía con su cabello largo, la sirena Isabela genera una onda de clicks y gritos de niños y adultos que siguen todos sus movimientos en el principal tanque del Acuario de Río de Janeiro.
El público no deja de admirar a esta estudiante de biología marina de 21 años. En cada una de sus inmersiones, Isabela Cardoso aprovecha la dedicada atención de la audiencia para transmitir mensajes escritos en placas azules que ella sujeta: “La basura es la gran villana de los mares” y “usted es responsable de su basura”, dicen algunas de ellas.
Esta sirena rubia y menuda se sumerge conteniendo la respiración por un par de minutos, contando más de veinte inmersiones por exhibición.
Isabela nada en los tanques del Acuario de Río de Janeiro desde el 2017 y, como sirena, utiliza sus dos presentaciones diarias que recorren todo el acuario para concientizar a las personas sobre las amenazas a la vida marina.
“La vida vino del mar, entonces ¿por qué no tratamos de cuidar los océanos? Uso la imagen de una sirena para llamar la atención y explicar cómo la contaminación mata, y si no hacemos algo al respecto, toda esta vasta diversidad marina se acabará”, opina Isabela. La idea de presentar una sirena con un mensaje educativo vino del equipo del Acuario.