Tampa, Estados Unidos. AFP.
La sonda New Horizons de la NASA celebró el nuevo año con un sobrevuelo histórico del cuerpo celeste más distante y tal vez el más antiguo jamás observado de cerca, Ultima Thule, a unos 6.400 millones de kilómetros de la Tierra.
“¡Vamos, New Horizons!”, exclamó el científico jefe de la misión, Alan Stern, mientras numerosas personas explotaron de euforia en el Laboratorio John Hopkins de Física Aplicada en Maryland, a las 5:33 GMT del martes, cuando la sonda New Horizons orientó sus cámaras hacia esa formación rocosa. “Nunca antes una nave exploró algo tan lejano”, dijo Stern.
La transmisión de imágenes en directo resulta imposible a esta distancia y la primera señal debería recibirse unas diez horas después del sobrevuelo (14:45 GMT). Solo entonces los científicos sabrán si el pasaje de la sonda sobre Ultima Thule resultó exitoso. La sonda deberá tomar unas 900 imágenes en cuestión de segundos mientras recorre unos 3.500 kilómetros. “Ahora a esperar que lleguen los datos, es cuestión de tiempo”, dijo el subdirector del proyecto John Spencer.
“Una noche que ninguno olvidará!”, exclamó el guitarrista de Queen, Brian May, doctorado en astrofísica que realizó un tributo musical para la ocasión.
Un primer click de Ultima Thule, tomado a “solo” 1,9 millones de kilómetros, ya mostraba una primer sorpresa: el objeto de tamaño pequeño (20 a 30 km de diámetro) parece tener una forma alargada y no redonda. Otras fotografías deberían llegar a la Tierra en los próximos tres días.
El objetivo de esta misión es comprender cómo se formaron los planetas, explicó Stern. “Este objeto está tan helado que se conserva en su forma original”, dijo.
“Todo lo que aprenderemos sobre Ultima (su composición, su geología, cómo se formó, si tiene satélites o la atmósfera) nos informará sobre las condiciones de formación de los objetos del sistema solar”, añadió.
UNA ISLA LEJANA DE LA LITERATURA MEDIEVAL
Ultima Thule debe su nombre a una isla lejana de la literatura medieval. “Significa ‘más allá de Thule’, más allá de los límites conocidos de nuestro mundo, lo que simboliza la exploración más allá del cinturón de Kuiper”, explicó la agencia espacial en un comunicado.
Descubierto en los años 90, este cinturón se encuentra a unos 4.800 millones de kilómetros del Sol, más allá de la órbita de Neptuno, el planeta más alejado del sistema solar. “Es la frontera de la astronomía”, indica el científico Hal Weaver, de la universidad estadounidense Johns Hopkins. “Por fin hemos llegado a los límites del sistema solar”, se entusiasma. “Esos objetos están ahí desde el principio y creemos que no han cambiado.