París, Francia. AFP.

Entre el 2004 y el 2016 los bosques vírgenes perdieron cada año en el mundo una superficie de 90.000 km2, una super­ficie equivalente a Austria, y el ritmo de destrucción se acelera desde que comenzó el siglo, según resultados pre­sentados esta semana.

A pesar de algunos esfuerzos para luchar contra la defores­tación, casi 10% de los bosques primarios del planeta fueron parcelados, degradados o sim­plemente destruidos desde el 2000, según un análisis de imágenes satelitales presen­tado en una conferencia sobre “bosques intactos” en Oxford. En promedio son más de 200 km2 perdidos por día desde hace 17 años.

“La degradación de bosques intactos es una tragedia mun­dial porque destruimos de manera sistemática un ele­mento clave de la estabilidad del clima”, comentó Frances Seymour, experta del World Resources Institute, que par­ticipó en las investigaciones.

“Los bosques son la única infraestructura segura, natural, probada y abordable financieramente para captu­rar y almacenar el carbono”, agregó. Los bosques vírgenes tienen, asimismo, un papel crucial para la biodiversidad o la calidad del aire y del agua. Unas 500 millones de perso­nas dependen de ellos para subsistir.

El “paisaje forestal intacto”, que incluye zonas húme­das y prados, se define por la ausencia de actividad humana mayor en una superficie de al menos 500 km2. Lo que quiere decir que no debe haber carreteras, ni agricul­tura intensiva, ni minas ni ferrocarriles.

EN PARAGUAY

En enero del 2017, unos 11,6 millones de km2 de bos­ques respondían a ese cri­terio. Pero “numerosos paí­ses pueden perder todas sus tierras forestales salvajes en los 15 a 20 años” próximos, advierte Peter Potapov, de la universidad estadounidense de Maryland que dirige las investigaciones.

Al ritmo actual, los bosques primarios habrán desapare­cido para el 2030 en Paraguay, Laos y en Guinea ecuatorial, y para 2040 en República Cen­troafricana, Nicaragua, Bir­mania, Camboya y Angola.

“INQUIETANTE” DE VERDAD

“En un momento dado, ya podría no haber nin­guna zona en el mundo que podríamos califi­car de intacta”, continuó Tom Evans, de la organiza­ción Wildlife Conservation Society. “Es inquietante”. Los principales culpables de esta deforestación varían: agricultura y explotación forestal en los países tropi­cales, incendios en Canadá y Estados Unidos, incendios, minas y perforaciones en Rusia y en Australia.

Compa­rado al período 2000-2013, Rusia perdió en promedio 90% más cada año entre el 2014 y 2016. Para Indone­sia es 62% y para Brasil 16%. Esas cifras son el resultado del análisis de imágenes satelitales comparadas con estudios similares hechos en el 2008 y el 2013.

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