Isabel II se pierde el segundo día de los festejos por su jubileo de platino por un “malestar”
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La familia real británica se reúne hoy en Londres para una misa de acción de gracias por los 70 años de reinado de Isabel II, pero en ausencia de la monarca que dijo sentir un “malestar” tras el primer día de celebraciones.
La casa real anunció que Isabel II, de 96 años, con crecientes problemas de movilidad, experimentó “un cierto malestar” tras aparecer dos veces de pie en el balcón del Palacio de Buckingham el jueves para lanzar los cuatro días de festejos por su jubileo de platino. “Teniendo en cuenta el trayecto y la actividad necesaria para participar en la misa de acción de gracias en la catedral de San Pablo, su majestad ha concluido a regañadientes que no participará”, explicó.
Entre la multitud que esperaba desde primera hora de la mañana frente a la catedral para ver a la familia real, Stephanie Stitt, organizadora de eventos de 35 años, se declaraba “un poco” decepcionada por la ausencia de la reina. “Pero es comprensible porque tiene 96 años”, agregaba, afirmando que “es agradable celebrar algo y no acordarse de la crisis por el coste de la vida” que con una inflación histórica impone sacrificios y estrecheces a muchos británicos.
Enrique y Meghan
Tampoco acudirá a la misa, por haber contraído el COVID-19, el príncipe Andrés, de 62 años, considerado “hijo predilecto” de la monarca, pero alejado de la vida pública a raíz de acusaciones de agresión sexual a una menor en Estados Unidos. Los que sí deberían dejarse ver por primera vez en público desde hace dos años en el Reino Unido son el príncipe Enrique y su esposa Meghan.
El nieto de la monarca, de 37 años, y la exactriz estadounidense, de 40, sacudieron a la monarquía cuando en 2020 decidieron salir de ella y se fueron a vivir a California, desde donde criticaron a la familia real, llegando a acusar de racismo a uno de sus miembros que no nombraron. Desde entonces han visto a la reina poco y en privado y su hija menor, Lilibet, que el sábado cumple un año, no conocía hasta ahora a su celebérrima bisabuela.
Viajaron a Londres para las fiestas del jubileo, pero el jueves se mantuvieron alejados de la prensa, por cuya presión afirmaron haber abandonado el Reino Unido. Pese a no aparecer en el orden oficial de llegadas al evento, se preveía su presencia entre las más de 400 personas invitadas al servicio, que incluirán al primer ministro Boris Johnson y los miembros de su gobierno, los líderes de la oposición y varios ex primeros ministros.
El príncipe, sexto en la línea sucesoria, mantiene frías relaciones con su hermano, el príncipe Guillermo, y su padre, Carlos, heredero al trono de 73 años, que poco a poco va asumiendo funciones en una progresiva transición impulsada por los problemas de salud de la reina y que suscita dudas debido a su menor popularidad.
Monarca más longeva
Con el boato que corresponde a una misa real, trompetistas incluidos, la ceremonia, presidida por el reverendo David Ison, decano de la catedral, dará gracias por la vida y el reinado de la monarca más longeva que jamás haya tenido el Reino Unido. Isabel II tenía 25 años cuando en 1952 sucedió a su padre, el rey Jorge VI, aportando un raro toque de glamour a una nación aún maltrecha tras la Segunda Guerra Mundial.
Setenta años después, es la única monarca que la mayoría de los británicos ha conocido, convirtiéndose en una figura perdurable en tiempos difíciles, que ha sabido capear golpes para la institución monárquica como la muerte en 1997 de la princesa Diana o más recientemente la renuncia de Enrique y Meghan.
Por otro lado, frente al 75% de aprobación de que disfruta Isabel II, según una encuesta de YouGov publicada el miércoles, Carlos sólo alcanza 50%.
Un 62% de los británicos afirma seguir siendo partidario de la monarquía, pero los más jóvenes están divididos, con un 33% a favor y un 31% en contra. Sin embargo, sólo el 39% de encuestados afirmó pensar que seguiría habiendo un monarca en el país dentro de 100 años.
Iniciadas el jueves con una gran marcha militar, las celebraciones del “jubileo de platino” se prolongarán hasta el domingo con un desfile de música y baile, carreras de caballos, un concierto pop y decenas de miles de picnics y comidas al aire.
Asunción se unió a las celebraciones del Día Mundial de la Industria de Reuniones
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Desde reuniones de negocios hasta conferencias, convenciones, viajes de incentivo, ferias comerciales y exposiciones, el GMID busca resaltar la importancia y la influencia positiva de estas actividades.
En el Salón Río Paraguay del Hotel Sheraton se realizó ayer un evento especial en el marco de la celebración del Día Mundial de la Industria de Reuniones (GMID). Esta es una iniciativa que Marriott International ha respaldado desde su inicio, en el año 2016, con el objetivo de elevar el perfil de la industria de reuniones y eventos. Como se sabe, el GMID es liderado por la coalición de defensa de la industria Meetings Mean Business.
Para los responsables del del evento, “el GMID es una oportunidad invaluable para reunir a líderes de diversas empresas de la industria de reuniones y eventos, con el fin de destacar el impacto social y económico que estas reuniones tienen en las personas, empresas y comunidades de todo el mundo. Desde reuniones de negocios hasta conferencias, convenciones, viajes de incentivo, ferias comerciales y exposiciones, el GMID busca resaltar la importancia y la influencia positiva de estas actividades.
El Día Mundial de la Industria de Reuniones se realiza todos los años en el mes de abril.FOTO: JORGE JARA
Marriott International expresó su orgullo de unirse a los colegas de reuniones y eventos en todo el mundo para apoyar este importante evento. Aunque la celebración mundial del GMID estaba programada para el jueves 11 de abril, en Paraguay este encuentro se hizo un día después, en el Hotel Sheraton.
Mediante esta actividad se buscó destacar el papel crucial que desempeña la industria de reuniones y eventos en nuestra sociedad.
El público compartió un ameno momento.FOTO: JORGE JARA
La Pascua o Pascua de Resurrección es una de las celebraciones más importantes dentro del calendario de los cristianos, en la cual se recuerda y celebra pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Para el cristianismo es la Semana Santa y tiene su momento más álgido con el Triduo Pascual para los católicos. Para los judíos, es la rememoración del paso por el Nilo y la liberación del pueblo de Israel y se llama Pésaj. Es una semana de reflexiones, donde se come pan ácimo.
Tanto la Semana Santa como la Pascua Judía no se conmemora en una fecha fija, sino que más bien son fechas móviles, que para los católicos va entre el 22 de marzo y el 25 de abril de cada año y para la Iglesia protestante, mientras que se conmemora entre el 4 de abril y el 8 de mayo en el calendario de las Iglesias cristianas orientales ortodoxas.
Según tradición, la Pascua Judía tenía lugar la noche del plenilunio (luna llena) del 14 al 15 del mes judío Nisan, primer mes de la primavera, (marzo o abril del calendario gregoriano). La fecha de la Pascua, al ser el calendario judío lunisolar, depende, pues, del movimiento de la Luna.
La conmemoración de la Pascua, si bien puede variar de una tradición religiosa a otra, en la mayoría de las ocasiones este tiempo está marcado por un importante recogimiento espiritual. Permite que las familias y grupos religiosos se reúnan para realizar procesiones y celebraciones litúrgicas, rememorando los acontecimientos vividos en aquella época.
La Pascua Judía o Pésaj
Es innegable la conexión que existe entre la Pascua Judía o Pésaj y la Pascua de Resurrección, celebrada por los católicos y cristianos. Para los cristianos, en el Nuevo testamento, se habla de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Los judíos, regidos por el Antiguo Testamento, recuerdan la liberación del pueblo de Israel, que se encontraba esclavizado por los egipcios.
La celebración de la Pascua es la conmemoración de la noche en que Dios traería la última plaga sobre el pueblo de Egipto, con la muerte de sus primogénitos, ya que se considera que el primogénito de Dios era el pueblo de Israel
“Para nosotros el concepto de la Pascua es quizá un concepto un poco diferente de lo que significa para el cristianismo, pero la palabra Pascua para nosotros, en hebreo, es Pésaj, lo que se traduce como la Pascua judía. Es recordar la liberación del pueblo de Israel de la esclavitud egipcia. Es la respuesta al clamor del pueblo, Dios envía a un libertador que es Moisés, quien junto a su hermano Aarón, lleva adelante la liberación”, indicó el rabino Gustavo Darío Katzuni, de la comunidad judía del Paraguay, en conversación con La Nación/Nación Media
Durante el Pésaj, se recuerda y analiza el relato de las 10 plagas de Egipto y se analiza la última de todas, la que se conoce como la muerte de los primogénitos, que es donde Dios le dice al pueblo de Israel que deben hacer el sacrificio pascual la noche en la cual, la muerte de los primogénitos iba a suceder. La obligación del pueblo de Israel era pintar los dinteles de las puertas con la sangre del cordero, y en ese caso particular, la muerte iba a saltear. “El término Pésaj viene de pasar, es decir, que Dios salteó la casa de los hijos de Israel que tenían las puertas pintadas” indicó el rabino Katzuni.
Uno de los principales rituales judíos es no consumir en absoluto cualquier alimento que contenga cebada, avena, trigo, espelta y centeno. Foto: Gentileza
En cuanto a sus tradiciones y rituales más marcados para los judíos, durante los ocho días que abarcan su celebración no deben consumir alimentos que contengan cebada, avena, trigo, espelta y centeno. Estos productos en hebreo son llamados jamed, que son los cereales que fermentan al estar en contacto con el agua.
“Tenemos la obligación de retirar durante los días que dure la Semana Santa todo tipo de panificados, no podemos consumir nada que sea considerado jamed, o sea, que contenga alguno de esos cereales. Comemos el pan ácimo, que no está leudado. Se dice que cuando el faraón echó al pueblo de Israel de Egipto, después de la muerte de los primogénitos, no tuvieron tiempo de esperar que la masa leude y quedó un precepto para las generaciones futuras. En recuerdo a eso se come pan ácimo”, destacó el rabino Gustavo Darío Katzuni.
En la cena del Pésaj se recuerda la travesía del pueblo de Israel para ser liberado de la esclavitud. Foto: Gentileza
El rabino aseguró que las dos primeras noches son las de mayor concentración, ya que se dan las reuniones familiares donde se realizan las cenas de Pésaj, que llaman séder de Pésaj, que en hebreo significa orden. Allí se lee y rememora el éxodo de Israel.
“Es un rito bastante didáctico para generar y fomentar las preguntas entre nuestros hijos, pero independientemente de eso, nosotros tenemos servicios religiosos los primeros dos días de las fiestas. Es ahí donde se da una elevación superior y se dan los servicios en las sinagogas. Hay restricciones religiosas, rituales, hay días intermedios y luego los últimos dos vuelven a tener una fuerza ritual superior, donde se reza bastante en las sinagogas”, finalizó Katzuni.
Pascua católica
“Para los católicos, la Pascua es la celebración central de todo nuestro calendario, ya que en estos acontecimientos se basa el principio fundamental de nuestra fe, que es la resurrección de Jesucristo luego del Triduo Pascual. Su resurrección es el punto central de festejo y gozo, puesto que con esto él nos liberó y limpio del pecado”, indicó el padre Ovidio Ortigoza, de la congregación de Misioneros Claretianos, en comunicación con La Nación/Nación Media
Si bien existe un proceso previo que es la Cuaresma, el tiempo considerado de reflexión y preparación, en sí la Semana Santa comienza el Domingo de Ramos, recordando la entrada de Jesús a Jerusalén. Posterior a eso, la celebración central es el Triduo Pascual, que inicia el Jueves Santo, con la conmemoración de la última cena y el lavatorio de pies que Jesús hace a sus discípulos, pasando por el Viernes Santo, donde se da la pasión y muerte de Jesucristo. De ahí inicia el periodo que abre paso a la espera de su resurrección.
La Pascua es la celebración central de todo el calendario Católico. Foto: Gentileza
“La Semana Santa en sí tiene como punto central el Triduo Pascual, que va del jueves al sábado. Pero el punto más álgido se vive en la Vigilia Pascual. Esta se conmemora con una misa extensa que comienza el sábado por la noche y termina en la madrugada del domingo, celebrando la resurrección de nuestro señor Jesucristo”, remarcó el padre Ovidio.
Con el Domingo de Resurrección, se cierra la Semana Santa e inicia un periodo litúrgico de cincuenta días, los cuales culminan con la celebración del Pentecostés o venida del Espíritu Santo junto a los apóstoles. Este momento marca el inicio de su actividad como evangelizadores y sentando las bases de la Iglesia Católica.
Sin duda alguna el punto más álgido de la celebración, inclusive en materia de oración, se podría decir que se vive en la vigilia pascual. Foto: Gentileza
Pascua Evangélica
En el marco del cristianismo, para los evangélicos también celebran la Pascua o Semana Santa, que se conmemora con una connotación superior a otras festividades. La figura central es Jesús. Se rememora el gran sacrificio realizado por su pueblo para la expiación de los pecados, permitiéndoles vivir una vida renovada en la fe.
“Para nosotros la Semana Santa es una fecha muy especial porque recordamos el sacrificio expiatorio de Jesús, que es un sacrificio sustitutivo. Le llamamos así porque Jesús toma nuestro lugar. Para nosotros, los cristianos, es la esencia del mensaje del evangelio”, indicó el pastor de la Iglesia Más que Vencedores, Federico Almada, en conversación con La Nación/Nación Media.
Dentro de la iglesia evangélica no existe el periodo de Cuaresma que sí se da en la Iglesia Católica, ya que dentro de sus creencias consideran que todos los días son días dedicados a trabajar por su santidad y por el amor hacia Dios, buscando siempre serle fiel y permanecer a su servicio.
Durante la Semana Santa, los evangélicos se dedican a explicar el marco teológico, el significado de la expiación, que significa volver a restablecer la relación entre Dios y el hombre, por medio de Jesús. En su creencia, Dios hace pasar su justicia para poder perdonar los pecados, remarcando toda la simbología que contiene y se vive en la Semana Santa.
Los evangélicos se dedican más a explicar el marco teológico, el significado de la expiación, que significa volver a restablecer la relación entre dios y el hombre. Foto: Ilustrativa
“Lo que no hacemos es el proceso del viacrucis, que tiene estaciones. Sí, hacemos esa conmemoración del lavatorio de pies (Jueves Santo) y el Viernes Santo hacemos un teatro conmemorativo y terminamos el domingo de pascuas con un culto especial, predicando sobre la cruz, la Pascua y la resurrección”, remarcó el pastor Almada.
Datos clave
La Pascua o Pascua de Resurrección es una de las celebraciones más importantes para los cristianos.
Esta celebración se hace en fechas móviles.
Para los judíos, la palabra Pascua en hebreo es Pésaj, donde recuerdan la liberación del pueblo de Israel de la esclavitud egipcia.
Para los católicos, la Pascua es la celebración central de todo su calendario, ya que en estos acontecimientos se basa el principio fundamental de su fe.
La Semana Santa en sí se puede decir que tiene como punto central el Triduo Pascual en la Iglesia Católica.
Con el Domingo de Resurrección se da el cierre a la Semana Santa para los católicos y cristianos.
Durante la Semana Santa, los evangélicos se dedican más a explicar el marco teológico, el significado de la expiación.
La gente observa los tradicionales fuegos artificiales de Año Nuevo en la playa de Copacabana en Río de Janeiro, Brasil, el 1 de enero de 2024. Foto: AFP
Casi 2 millones de personas recibieron el nuevo año en playas de Copacabana
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Fuegos artificiales iluminaron los cielos de Río de Janeiro, París y Sídney para celebrar la llegada de 2024, mientras en Gaza, Israel y Ucrania fueron los cohetes y bombardeos los que marcaron las primeras horas del Nuevo Año. En Brasil, millares de personas coparon la playa de Copacabana, en Río de Janeiro, para despedir el 2023 con un espectáculo pirotécnico de 12 minutos al ritmo de una orquesta sinfónica y estrellas locales del pop, funk y la tradicional samba.
La Revéillon de Copacabana, en la que se estima que participan unas dos millones de personas, incluyó también un show de drones con imágenes y mensajes de paz y esperanza. En Argentina, el Año Nuevo arrancó con incertidumbre, luego de que el presidente Javier Milei reclamara al Congreso en cadena nacional aprobar el más grande paquete de reformas que se recuerde, para evitar así “una catástrofe de dimensiones bíblicas” en medio de la dura crisis económica.
La población mundial, que ya supera los 8.000 millones, espera sacudirse el peso de los altos costos de vida y el tumulto global en 2024, año que traerá elecciones para la mitad del mundo y los Juegos Olímpicos en París. Pero apenas el año comenzaba, ya había signos ominosos. Al filo de la medianoche, una andanada de cohetes contra Israel provenientes de Gaza iluminó el cielo; mientras en otras partes del mundo lo hacían los fuegos artificiales.
En Nueva York, miles de visitantes hacían fila para ver el lanzamiento anual de una bola gigante iluminada en Times Square y vendedores ambulantes ofrecían gorras con la marca 2024, mientras la policía despejaba el centro de Manhattan de autos sospechosos. Horas antes, en Sídney, la autoproclamada “capital mundial del Año Nuevo”, más de un millón de personas abarrotaron el puerto para admirar un espectáculo de ocho toneladas de fuegos artificiales.
Los pirotécncos también iluminaron los cielos de Auckland, Hong Kong, Manila y Yakarta. Entre otros hechos notables del año que se va están la proliferación de herramientas de inteligencia artificial, el primer trasplante de ojo completo del mundo y una “Barbie manía” desatada por la exitosa película dedicada a la famosa muñeca de Mattel.
Además, India superó a China como el país más poblado del mundo y se convirtió en la primera nación en posar un cohete en el lado oscuro de la luna. También fue el año más caluroso desde que comenzaron los registros en 1880, con desastres provocados por el clima que afectaron desde Australia hasta el Cuerno de África y la cuenca del Amazonas. El mundo se despidió de la “Reina del Rock ‘n’ Roll” Tina Turner, del actor de “Friends” Matthew Perry, del cantautor angloirlandés Shane MacGowan y del maestro de la novela distópica Cormac McCarthy.
El 2023 será recordado, sobre todo, por la guerra en Medio Oriente, iniciada con los ataques de Hamás del 7 de octubre en el sur de Israel y las represalias israelíes. La ONU calcula que casi dos millones de gazatíes han sido desplazados desde que comenzó el asedio israelí, aproximadamente el 85 % de la población en tiempos de paz.
En los que antes fueron bulliciosos barrios de la ciudad de Gaza, reducidos hoy a escombros, quedan pocos lugares donde celebrar el Año Nuevo, y menos seres queridos con quienes celebrarlo. “Fue un año negro lleno de tragedias”, dijo Abed Akkawi, que huyó de la ciudad con su esposa y sus tres hijos. Pero aún así, se aferra a modestas esperanzas para 2024.
“Dios quiera que esta guerra termine, que el nuevo año sea mejor y que podamos volver a nuestras casas y reconstruirlas, o incluso vivir en una tienda sobre los escombros”, declaró a la AFP. En la ciudad de Tel Aviv en Israel, numerosos jóvenes llenaron restaurantes, bares y discotecas para festejar el cambio de año.
En Ucrania, donde la invasión rusa se acerca a su segundo aniversario, Tetiana Shostka gritó “¡Victoria! La estamos esperando y creemos que Ucrania vencerá”, mientras sonaban las sirenas antiaéreas en Kiev. Algunos en la Rusia de Vladimir Putin también están cansados del conflicto.
“En el nuevo año me gustaría que terminara la guerra, que hubiera un nuevo presidente y volver a la vida normal”, dijo Zoya Karpova, decoradora de teatro de 55 años y residente en Moscú. Putin es el presidente que lleva más tiempo en el cargo en Rusia, desde Jósef Stalin, y su nombre volverá a aparecer en las papeletas cuando los rusos voten en marzo.
En el Vaticano, el papa Francisco rezó por los pueblos que sufren guerras, citando al pueblo ucraniano, los pueblos palestino e israelí, el pueblo sudanés y a los rohinyás. “Al final de un año, tengamos el valor de preguntarnos: ¿cuántas vidas humanas se han quebrado por los conflictos armados? ¿Cuántos muertos?”, dijo Francisco en sus saludos tras el último Ángelus de 2023.
A las urnas
El 2024 se perfila como el año de los comicios, ya que el destino político de más de 4.000 millones de personas se decidirá en unas votaciones en Rusia, Reino Unido, la Unión Europea, India, Indonesia, México, Sudáfrica, Venezuela y otros muchos países. Pero una elección promete consecuencias globales. En Estados Unidos, el demócrata Joe Biden, de 81 años, y el republicano Donald Trump, de 77, parecen dispuestos a repetir en noviembre la carrera electoral presidencial de 2020.
Biden ha dado muestras en ocasiones de su avanzada edad. Pero si hay preocupación por cómo sería su segunda administración, también la hay por el regreso de Trump. El expresidente se enfrenta a varias acusaciones donde al menos tres de los juicios en su contra deben comenzar en 2024, antes de las elecciones presidenciales, aunque en lo inmediato nada le impide hacer campaña.
Multitudes jubilosas despedirán el domingo el año más caluroso jamás registrado y cerrarán 12 turbulentos meses marcados por chatbots inteligentes, crisis climáticas y guerras desgarradoras en Gaza y Ucrania. La población mundial, que ya supera los ocho mil millones, despedirá lo viejo y dará paso a lo nuevo, esperando sacudirse el peso de los altos costos de vida y el tumulto global.
Con 17 horas más que Paraguay, el primer país del mundo que recibió el nuevo año fue la República de Kiribati, en su territorio habitado de Kiritimati o Islas Navidad, en el océano Pacífico. Este atolón de 7 mil habitantes y de 388 kilómetros cuadrados arrancó el lunes 1 de enero de 2024; que siguió en Islas Chatham, Tonga, Samoa y en suelo neozelandés.
En Nueva Zelanda, Auckland se convirtió en la primera gran ciudad en dar la bienvenida al nuevo año en la Torre Sky, la estructura más alta de Nueva Zelanda, con 328 metros. Seguido, en la autoproclamada “capital mundial del Año Nuevo”, más de un millón de asistentes acudieron a la costa de Sídney, en Australia. Incluso antes del anochecer, decenas de miles de personas se reunieron en puntos estratégicos alrededor del icónico Harbour Bridge de la ciudad, desafiando un clima inusualmente húmedo.
A medianoche (13:00 GMT), ocho toneladas de fuegos artificiales encenderán la mecha de 2024, año en el que se llevarán a cabo elecciones que afectarán a la mitad de la población mundial y los Juegos Olímpicos, que se celebrarán durante el verano en París. Entre los hechos notables del año que se va están la proliferación de herramientas de inteligencia artificial con apariencia humana y el primer trasplante de ojo completo del mundo.
India superó a China como el país más poblado del mundo y luego se convirtió en la primera nación en posar un cohete en el lado oscuro de la luna. También fue el año más caluroso desde que comenzaron los registros en 1880, con una serie de desastres provocados por el clima que afectaron desde Australia hasta el Cuerno de África y la cuenca del Amazonas.
Los fanáticos se despidieron de la “Reina del Rock ‘n’ Roll” Tina Turner, del actor de “Friends” Matthew Perry, del cantautor angloirlandés Shane MacGowan y del maestro de la novela distópica Cormac McCarthy. Pero 2023 será recordado, sobre todo, por la guerra en Medio Oriente, iniciada con los ataques de Hamás del 7 de octubre en el sur de Israel y las represalias israelíes.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) calcula que casi dos millones de gazatíes han sido desplazados desde que comenzó el asedio israelí, aproximadamente el 85% de la población en tiempos de paz. Con los que antes fueron bulliciosos barrios de la ciudad de Gaza, reducidos hoy a escombros, quedan pocos lugares donde celebrar el año nuevo, y menos seres queridos con quienes celebrarlo.
“Fue un año negro lleno de tragedias”, dijo Abed Akkawi, que huyó de la ciudad con su esposa y sus tres hijos. Este hombre de 37 años, que ahora vive en un refugio de la ONU en Rafah, en el sur de Gaza, dijo que la guerra había destruido su casa y matado a su hermano. Pero aún así, se aferra a modestas esperanzas para 2024.
“Dios quiera que esta guerra termine, que el nuevo año sea mejor y que podamos volver a nuestras casas y reconstruirlas, o incluso vivir en una tienda sobre los escombros”, declaró a la AFP. En Ucrania, donde la invasión rusa se acerca a su segundo aniversario, se respira entre esperanza y desafío tras el nuevo ataque de Moscú.
“¡Victoria! La estamos esperando y creemos que Ucrania vencerá”, dijo Tetiana Shostka mientras sonaban las sirenas antiaéreas en Kiev. “Tendremos todo lo que queremos si Ucrania es libre, sin Rusia”, añadió el hombre de 42 años. Algunos en la Rusia de Vladimir Putin también están cansados del conflicto.
“En el nuevo año me gustaría que terminara la guerra, que hubiera un nuevo presidente y volver a la vida normal”, dijo Zoya Karpova, decoradora de teatro de 55 años y residente en Moscú. Putin es el presidente que lleva más tiempo en el cargo en Rusia, desde Iósif Stalin y su nombre volverá a aparecer en las papeletas cuando los rusos voten en marzo. Pocos esperan que la votación sea totalmente libre o justa, o que el ex miembro de la KGB regrese a las sombras.
El 2024 se perfila como el año de los comicios, ya que el destino político de más de 4.000 millones de personas se decidirá en unas votaciones que darán forma a Rusia, Reino Unido, la Unión Europea, India, Indonesia, México, Sudáfrica, Venezuela y otros muchos países. Pero una elección promete consecuencias globales.
En Estados Unidos, el demócrata Joe Biden, de 81 años, y el republicano Donald Trump, de 77, parecen dispuestos a repetir en noviembre la carrera electoral presidencial, ya efectuada en 2020. Como presidente en ejercicio, Biden ha dado muestras en ocasiones de su avanzada edad, e incluso sus partidarios se preocupan por las consecuencias de otros cuatro años de duro mandato.
Pero si hay preocupación por cómo sería una segunda administración de Biden, también la hay por el regreso de Trump. Se enfrenta a varios cargos, y los votantes podrían decidir si el grandilocuente autoproclamado multimillonario irá a la Oficina Oval o a la cárcel.