Esta prenda de vestir cumple con la función de brindar soporte, tanto al peso como la estructura de los pechos, y cuando no se ajusta a la perfección, además de incomodidad, puede generar otros problemas.
Si alguna vez corriste, bailaste, o realizaste cualquier otro tipo de actividad física y sentiste que tus pechos “saltaban y rebotaban”, es porque tu sostén no era funcional con tu talla de busto -o no era de buena calidad-.
Los movimientos que hacen los pechos durante la actividad física pueden ser muy doloroso para la mayoría de las mujeres, especialmente para aquellas de busto prominente, pero el mayor problema no es ese, sino que el tejido de esa zona se daña.
“Sabemos que este movimiento puede causar daños a los tejidos de los pechos. La dermis es uno de los principales soportes que tiene y el movimiento puede estirar estas estructuras internas de la piel”, explica Joanna Wakefield-Scurr, biomecánica y jefa del grupo de Investigación de Salud Mamaria en la Universidad de Portsmouth (Reino Unido) para BBC Mundo.
Según la especialista, cuando esto sucede ya se trata de una lesión irreversible. “Una vez que pasa, no podemos hacer nada al respecto, se estira de modo permanente y puede hacer que el seno se hunda o que aparezcan estrías allí donde la piel se ha estirado más allá de su límite natural”.
Por otro lado, la comodidad y el confort de usar un corpiño deportivo eficiente ayuda a mejorar el rendimiento.
“Si hay un sostén deficiente, todo se mueve, así que eso cambia el modo en que tú te mueves. En cambio, cuando usas un buen corpiño, tienes un soporte y hay cambios, por ejemplo, giras más los hombros, das más zancadas, tienes más confianza”, puntualiza Joanna.
Incluso, para probar esta teoría, los investigadores hicieron evaluaciones en atletas y notaron un aumento de 4 centímetros en las zancadas corriendo. “Es una parte tan importante del equipamiento, como un buen par de botas de fútbol o zapatillas para correr”, agregó la especialista.
¿Cómo elegir un buen corpiño?
“La forma más efectiva de que no se mueva, no se comprima, es separar las copas, lo que vemos en los sostenes de todos los días. En el caso de los deportivos, que tengan esto, una especie de copas moldeadas en el interior y luego compresión en el exterior”, sugiere Wakefield-Scurr.
Es importante buscar una prenda, probarla y sentir que brinda apoyo, que sostenga y sea cómoda haciendo diferentes movimientos; que mantenga los pechos en su lugar y que la cinta que rodea la espalda se adapte sin apretar, ni incomodar.
“Luego hay que evaluar el ajuste de las correas de los hombros, que tampoco apriete pero no se caigan las tiras, que se pueda meter un dedo o dos. Y que la parte central, la que está entre los pechos, se apoye sobre nuestra piel, que ni se hunda ni se quede elevado. Y el aro, de tenerlo, no debe asentarse sobre ningún tejido mamario”, finaliza.