Una campaña oficial fue lanzada en Kinshasa para impulsar la inclusión de la rumba congoleña, máxima expresión de la música africana, como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.
El dosier, presentado el año pasado ante la Unesco, es defendido en ambas márgenes del río Congo por los dos países que toman su nombre, la República Democrática del Congo (RDC, Congo-Kinshasa) y la República del Congo (Congo-Brazzaville).
En 2016, la versión cubana de la rumba obtuvo dicho estatuto por parte de la Unesco.
“Aún nos queda por delante la etapa de promoción y hacer ‘lobby’ para que esta candidatura sea apoyada activamente para fines de 2021”, declaró André Yoka Lye Mudaba, director general del Instituto nacional de las artes y presidente de la comisión mixta para la promoción de la rumba congoleña, en el diario Le Potentiel.
El lanzamiento oficial de esta iniciativa tuvo lugar en el marco de una ceremonia en Kinshasa, presidida por la ministra de Cultura de la RDC, Catherine Kathungu Furaha, quien instó a una movilización absoluta en los medios de comunicación, redes sociales, embajadas, ministerios, universidades y escuelas.
Además, manifestó su anhelo de que las transmisiones de radio y televisión den a conocer cada semana a la población “la gloriosa historia de la rumba, emanada en parte de un rito de la danza del vientre hasta convertirse en una seña de identidad para los afrodescendientes y todos nosotros, cada cual en su época”.
Fuente: AFP.
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Congo restablece la pena de muerte
El gobierno de la República Democrática del Congo (RDC) decidió reinstaurar la pena capital contra los militares que incurran en traición y los culpables de “bandidaje urbano causante de muertes”, según un documento firmado por la ministra de Justicia.
La decisión fue notificada en una circular firmada el miércoles por la ministra Rose Mutombo, y autentificada este viernes por la AFP. El documento, según explica, levanta la moratoria sobre la pena de muerte, que se remontaba a 2003, cuando era presidente Joseph Kabila.
Desde entonces, las penas capitales, pronunciadas sobre todo en casos relativos a militares o miembros de grupos armados, habían sido conmutadas sistemáticamente en cadena perpetua. Desde hace dos años, la RDC afronta en el extremo oriental de su territorio una ofensiva de los rebeldes del M23, el Movimiento del 23 de marzo, apoyados por el ejército ruandés, que se apoderaron de amplias zonas de la provincia de Kivu Norte.
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Las derrotas sufridas ante el M23 por el ejército congoleño y sus milicias aliadas hacen temer entre las autoridades que las fuerzas regulares hayan sido infiltradas. En los últimos tiempos, numerosos militares, pero también diputados, senadores y personalidades del mundo de los negocios en el este de la RDC fueron detenidos y acusados de “complicidad con el enemigo”.
La ministra Mutombo escribió en la circular que el objetivo del restablecimiento efectivo de la pena de muerte es “limpiar de traidores al ejército de nuestro país (...) y frenar el recrudecimiento de los actos de terrorismo y de bandidaje urbano causante de muertes”.
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Fuente: AFP.
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Poncho para’í, entre las 55 tradiciones propuestas a Unesco
La preparación y consumo del ceviche peruano, el bolero o el poncho para’í de Paraguay figuran entre las decenas de tradiciones que deben ser inscritas esta semana en el patrimonio inmaterial de la Unesco junto al canto lírico italiano o el taparrabos. También aspiran a este reconocimiento la fiesta de Ch’utillos de la ciudad boliviana de Potosí, el festival de la tortuga marina de Armila en Panamá o la tradición de los Bandos y Parrandas de los Santos Inocentes en la Caucagua.
El Comité Intergubernamental de Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial se reúne desde el lunes pasado en Kasane, en el norte de Botsuana. Del martes al viernes debe validar la inscripción de 55 nuevos elementos, presentados desde el punto de vista de tradiciones de la comunidad, explican en el seno de esta organización de la ONU.
De todas ellas, una de las más conocidas es el ceviche, el popular plato de pescado crudo marinado en limón, cuyas “prácticas y significados asociados a la preparación y consumo” constituyen una “expresión de la cocina tradicional peruana”. Cuba y México defienden conjuntamente la candidatura del bolero como “identidad, emoción y poesía hechas canción”, que supone “un elemento indispensable de la canción sentimental de América Latina”.
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Paraguay propone la inclusión del poncho para’í de 60 listas, aprobado ayer martes, una vestimenta de confección artesanal con técnicas ancestrales de la población nativa que se han transmitido oralmente de madres a hijas. Los expertos también deben aprobar “la práctica del canto lírico” en Italia “transmitida oralmente entre un maestro y un alumno”, las “técnicas tradicionales relacionadas con el tejido de taparrabos” en Costa de Marfil o las “pinturas de los rickshaw”, los pequeños vehículos decorados de tres ruedas típicos que transitan por la capital de Bangladés, Daca.
Azerbaiyán, Irán, Uzbekistán y Turquía pugnan por inscribir en el patrimonio cultural inmaterial la tradición del iftar, la comida nocturna con la que se rompe el ayuno durante el mes musulmán del ramadán. Y Colombia, en una variada candidatura conjunta con Chipre, Alemania, Kirguistán, Luxemburgo, Nigeria, Eslovenia y Togo, quiere el reconocimiento de las habilidades y las prácticas de las comadronas que ayudan a las mujeres antes, durante y después del parto.
Entre las 55 nuevas candidaturas de este año, más de dos tercios proceden de países del Sur. No es casualidad, defiende la Unesco, ya que la convención del patrimonio cultural inmaterial proyecta “una representación geográfica homogénea” de los distintos continentes, según su subdirector general de cultura, Ernesto Ottone. Adoptado en 2003 y entrada en vigor en 2006 tras la ratificación de 30 Estados miembros, inicialmente el texto “no estaba respaldado por grandes países del Norte” que temían que algunos Estados intentaran acaparar las tradiciones culturales compartidos por otros, explica.
676 tradiciones reconocidas
Pero “se produjo lo contrario” y actualmente hay 180 países firmantes del texto, celebra Ottone. En 2021, 16 países de cultura musulmana apoyaron la inscripción de la “caligrafía árabe” y otros 24, tanto del Norte como del Sur, respaldaron el reconocimiento de la cetrería, la cría de aves rapaces. De las 676 tradiciones reconocidas en esta lista, solo un 38 % proceden de países del Norte, contra un 47 % en la lista de patrimonio mundial (bienes o ecosistemas de valor excepcional cuyo reconocimiento es más largo y complicado), según Ottone. Algunos son muy conocidos como la pizza napolitana (2017), el tango rioplatense (2009), la capoeira brasileña (2014) o el flamenco español (2010).
Pero la Unesco prefiere destacar los bienes culturales salvados por la convención como el “noken”, una bolsa tradicional confeccionada por los papúes de Indonesia a partir de plantas y hojas trenzadas que, tras ser inscrita en 2012, experimentó un crecimiento del número de fabricantes. Lo mismo ocurrió con la tradición del “mapoyo”, el nombre de una etnia de Venezuela que transmite su historia oralmente de padres a hijos. Camino de la extinción, la tradición se reforzó cuando fue reconocida en 2014, afirma la Unesco.
Fuente: AFP.
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¡El “Poncho Para’i de 60 listas” es Patrimonio de la Humanidad!
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, conocida como Unesco, anunció este martes que incorpora la candidatura paraguaya de las Técnicas ancestrales y tradicionales para la elaboración del ‘Poncho Para’i de 60 Listas’, de la ciudad de Piribebuy, a la Lista de Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) de la Humanidad 2023.
La Secretaría Nacional de Cultura (SNC) presentó esta postulación a la Unesco el pasado 31 de marzo, resultado de un trabajo interinstitucional articulado con el Instituto Paraguayo de Artesanía (IPA), la Municipalidad de Piribebuy y las portadoras de las técnicas, maestras tejedoras de la ciudad de Piribebuy, con el apoyo del Ministerio de Relaciones Exteriores (MRE) y otras instituciones del Estado.
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La distinción fue oficializada en el marco de la decimoctava sesión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, que se realiza en el Cresta Mowana Resort en Kasane (Botsuana), desde este lunes 4 hasta el próximo sábado 9 de diciembre. Entre las 55 nuevas candidaturas de este año, más de dos tercios proceden de países del Sur.
El poncho para’i de 60 listas es una prenda artesanal paraguaya que consta de tres partes: el cuerpo, los flecos y la fajita o guarda. Históricamente, las técnicas ancestrales, que fueron utilizadas por primera vez por los pueblos indígenas, se han transmitido de madres a hijas de forma oral. Con la referida inclusión a esta importante lista se busca promover la difusión del patrimonio cultural del país y sensibilizar a la población sobre la importancia de preservarlo.
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Ópera de Sídney celebra medio siglo
Australia celebra este viernes el 50 aniversario de la Ópera de Sídney con un espectáculo para ensalzar esta “obra maestra” que se ha convertido en un icono internacional. Cincuenta años después del día en que una joven reina Isabel II inaugurara la sala de conciertos más reconocible del mundo, la Ópera visitada por 11 millones de personas cada año acogerá a multitudes para un espectáculo nocturno de luces láser.
Pero más allá de esta fiesta, el recinto lleva tiempo acogiendo actos para recordar su compleja historia. Por ejemplo, su arquitecto danés Jorn Utzon, que se impuso a otros 232 candidatos en el concurso realizado en 1956, nunca puso el pie en el edificio una vez terminado.
Utzon se trasladó junto a su familia a Australia en 1957 para desarrollar el proyecto, pero dejó el país en 1966 cuando las conchas de la Ópera estaban casi terminadas por desacuerdos con el Ministerio de Obras Públicas por la visión, el presupuesto y la financiación del proyecto. El trabajo fue culminado por otros arquitectos que incluyeron drásticos cambios en sus diseños interiores.
El danés nunca volvió a Australia y murió en Copenhague en 2008, un año después de que la Unesco declarara la Ópera de Sídney como patrimonio de la humanidad, describiéndola como “una obra maestra de la arquitectura del siglo XX”.
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“Visionario experimento”
Días antes de la fiesta del 50 aniversario, dos de los hijos de Utzon explicaron al público de la Ópera el duradero impacto que ha tenido el edificio en su familia. Su hija Lin recordó que estaba “terriblemente infeliz” al dejar Australia como una pequeña niña cuando se terminó de forma repentina el contrato de su padre.
Su hijo arquitecto Jan quiso explicar la historia de una mujer que escribió una carta a su padre en la que explicaba que había tomado un ferry por la bahía de Sídney con la intención de suicidarse. Pero preso de la emoción y al borde de las lágrimas, Jan pidió a su hermana que terminara la historia.
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“Vio la imagen de la Ópera y decidió que, si alguien había podido superar todas esas dificultades y construir algo tan mágico e inspirador, ¿quién era ella para quitarse la vida? Y entonces no lo hizo”, dijo Lin. La construcción se alargó durante 14 años y el coste, en un principio estimado en 7 millones de dólares australianos (unos 4,4 millones de dólares estadounidense al cambio actual), se multiplicó hasta los 102 millones una vez terminada, en su mayoría pagados por las loterías del Estado.
Las emblemáticas conchas del edificio, cubiertas por más de un millón de baldosas hechas en Suecia, acogen dos salones de conciertos y un restaurante. El resultado es una “gran escultura urbana”, asegura la Unesco, que lo ensalza como un “atrevido y visionario experimento que ha tenido una profunda influencia en la arquitectura emergente de finales del siglo XX”.
Fuente: AFP.