El investigador y aficionado de la numismática, Constantino Lissandrini, nos acercó sus conocimientos acerca de la evolución que tuvo nuestra moneda nacional a través del tiempo. Junto con él, hacemos un viaje al pasado; a la época en la que empezaba a circular una de de las monedas más antiguas de América Latina.

1944: Entra en vigencia el guaraní. En ese entonces, las monedas eran de céntimos de guaraní, es decir que 100 céntimos completaban un (1) guaraní. Los primeros billetes fueron resellados y eran de distintos tamaños y colores para evitar la confusión; en su matriz tenían el nombre del Banco del Paraguay, que luego pasó a llamarse Banco Central del Paraguay (como lo conocemos hasta hoy día) a partir del decreto Ley Nº 18 del 25 de marzo de 1952.

1963: Todos los billetes se rediseñaron y unificaron en tamaños, sin importar el valor nominal. Incluso, se buscó también la unificación de colores pero la propuesta no prosperó. El billete de un (1) guaraní tenía impreso al soldado paraguayo; el de 5 guaraníes, a la mujer paraguaya con el cántaro, las trenzas y el rosario. Este último detalle, en aquel entonces, representaba los lazos del Estado con la Iglesia, pero fue borrado cuando se imprimió la misma imagen en el billete de 20.000 guaraníes.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY
El cántaro tapa al rosario.

El billete de 10 guaraníes tenía la figura del Dr. Garay, por su participación efectiva en la contienda chaqueña; el de 50 guaraníes, la de Mcal. Estigarribia, también por la manera en que condujo la guerra; el de 100 guaraníes, la de Gral. E. Díaz, héroe de la Guerra Contra la Triple Alianza; el de 500 guaraníes, la del General Caballero, y el de 1.000 guaraníes, la del Mariscal López.

1973: A raíz de la inflación, se realiza un estudio sobre cuál sería la mejor moneda del guaraní, siendo la propuesta de Antonio Lissandrini la ganadora en cuanto a tamaño y diseño. “Este estudio propuso que la mejor moneda sería la de acero inoxidable por su mayor durabilidad y porque evitaba su deterioro al entrar en circulación pública. Asimismo, transmitía solvencia a través del tiempo por ser un material noble”, relató Constantino sobre el proyecto de su padre.

1975: Hasta antes de este año, se utilizaban las monedas de 1,5,10,25 y 50 céntimos. Pero, a raíz de la inflación, se empezaron a acuñar los primeros guaraníes en forma de moneda.

1978: La moneda de un (1) guaraní cambia la imagen de la flor de tabaco en su reverso por la de la rama de la soja con la leyenda Alimentos para el mundo. Lo mismo sucede con las monedas de 5 y 10 guaraníes, ya que de esta manera Paraguay se sumaba a la campaña internacional de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), encargada de combatir contra el hambre en el mundo.

La moneda de 50 guaraníes sufre un cambio que la deja muy parecida a la de 50 centavos de Cruzeiros, de Brasil. Sin embargo, esta similitud no tuvo muchas repercusión.

1979: Se lanza por primera vez el billete bilingüe. Antes de este año, todos salían en castellano. El primero en salir con los dos idiomas oficiales fue el de 5.000 guaraníes, donde aparecía la figura de Don Carlos Antonio López. Este bilingüismo se incorporó a los billetes que le continuaron, como el de 10.000 guaraníes, entre otros. “Esta particularidad ya no se aplicó a los de 1,5,10 y 50 guaraníes porque esos ya se habían dejado de imprimir en ese momento”, explicó el investigador.

1990: La moneda de 100 guaraníes es incluida con un nuevo diseño y un material distinto a la serie primaria. Y es que en su momento, había sido descartada por ser considerada de mucho valor para una moneda de la época.

2011: Fueron desmonetizadas las primeras monedas, quedando sólo la de 50 guaraníes, en otro tamaño y aluminio, como remanente de esa primera serie de 1975.

2020: Se cumplen 45 años de la circulación de las primeras monedas del guaraní. “Esta corta reseña la realicé en homenaje al aniversario de las mismas y a la desaparición física de la persona que trajo con su trabajo, dedicación y pasión esas monedas a las manos de los paraguayos, mi padre”, concluyó Lissandrini.

Dejanos tu comentario