Depeche Mode vuelve a los escenarios mediante el álbum Spirit. Treinta y siete años en el ruedo musical los convierten en unos de los referentes más longevos del espectro brit pop. ¿Siguen los británicos influenciando a las masas? Analizamos su legado musical.
Por: Matías Irala
El ascenso del presidente norteamericano Donald Trump. El anuncio de que Inglaterra ya no sería parte de la Unión Europea. ¿Son ingredientes suficientes para inspirar un álbum? Martin Gore, David Gahan y Andrew Fletcher confirman que sí mediante su nuevo disco Spirit; toda una declaración de intenciones si miramos en retrospectiva hacia sus primeras portadas.
Y es que Depeche Mode siempre coqueteó subliminalmente con el “lado rojo”. La portada de Broken Frame de 1982 mostraba una campesina rusa segando el campo, hilando cierta conexión con los principios de la Unión Soviética; aunque los críticos lo tildarían como un compromiso más estético que ético. Para 1983 las ideas socialistas seguirían cubriendo el artwork del álbum, esta vez de la mano de un obrero con un martillo metalúrgico en la cima de una montaña. Nuevamente los integrantes negaron tener algún tipo de etiqueta política bajo la manga.
El pasado febrero lanzaron el video Where`s the revolution (¿Dónde está la revolución?) aliados con su siempre fiel director creativo Anton Corbijn. El lanzamiento encendió el debate en las redes entre los críticos y los fans ¿Era un clara alusión a los principios socialistas? Automáticamente, las comparaciones entre la estética del video y el discurso de Vladimir Lenin en 1919, en el aniversario de la Revolución Obrera, se hicieron presentes abriendo nuevamente viejas conexiones con sus primeros discos.
Hacer catarsis a través de la música es un ingrediente que Martin Gore ha logrado explotar desde que tomara el bando creativo de la banda. “Soló vamos un poco hacia la izquierda, no queremos ir totalmente”, mencionó recientemente a medios internacionales el cantante David Gahan. Catalogar Spirit como un álbum político es bastante atrevido, pero sí podemos describirlo como un excelente material para reflexionar sobre el estadío nihilista por el que atraviesa la humanidad en estos momentos. O resumiéndolo en palabras del vocalista de la banda: “Vivimos en un periodo violento”.
Depeche Mode: Cuatro momentos con VOS
Analizamos cuatro discos imprescindibles dentro del historial de los británicos, para que puedas adentrarte de lleno al mundo de Depeche Mode.
1- Songs of Faith and Devotion: Melancolía incorpórea (1993)
Después del éxito que supuso su disco Violator (1990) la pregunta era: ¿Qué hacer? Bueno, los miembros decidieron alquilar un chalet en España, luchar internamente entre ellos -culpa del ego excesivo de cada uno- y, por sobre todo, cavilar sobre uno de los estadíos más vidriosos de la existencia humana: la espiritualidad.
Martin Gore, concebido escéptico, crea diez canciones que aglutinan una profunda melancolía, llena de pasajes rockeros con tintes gospel y cierta inspiración blues, pero sin dejar del lado el techno que los catapultó al estrellato. Una verdadera joya dentro del historial de los 90.
2- Black Celebration: Claustrofobia bailable
Este disco es una contradicción en sí misma. ¿Quién pensaría hilar dos estilos tan dispares como el rock oscuro y el synth pop? Depeche Mode siempre mostró más interés por las experimentaciones que por colarse en los charts con el sonido de turno, hecho que le valió en toda su trayectoria para ser concebidos como “vanguardistas”. Sonidos industriales accesibles, punzantes sintetizadores, letras con alegorías sensuales y una David Gahan que no decepciona, convierten a “Black Celebration” en un disco imprescindible en toda colección musical.
3- Violator : Sonido Inmortal (1989)
El disco híbrido dentro de la carrera de los británicos: no era rock del todo, pero tampoco glam ni mínimamente grunge. Entonces, ¿qué era? Era Depeche Mode en toda su expresión. La dimensión atemporal de los sonidos utilizados por Gore y su séquito demostraron el carácter universal de sus piezas, liberando canciones que -al igual que el vino- parecen gustar más con el transcurrir del tiempo.
4- Playing the Angel: Pesimismo Hipnótico (2005)
El nuevo milenio reclamó un sonido más orgánico a la banda, Playing the angel liberó un inesperado regreso a los sonidos de los ochenta pero con profundas disonancias en las guitarras y los sintetizadores, por lo cual quitaron su costado “exótico” logrando captar la atención del público actual pero sin perder a sus seguidores de antaño. El disco es una zona llena de tensiones de comienzo a fin, pero que merece el recorrido para entender la complejidad que se oculta detrás.

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