Verónica Giménez, veronica.gimenez@nacionmedia.com

Hoy 15 de mayo se conmemora el Día de la Madre en Paraguay, una de las fechas más especiales del calendario nacional, que rinde homenaje al amor incondicional de la maternidad. Esta festividad se celebra en nuestro país a partir de 1924, y la historiadora Ana Barreto Valinotti nos relata su origen y vinculación con las fiestas patrias.

Hace 99 años, un estudiante de la Escuela de Comercio sugirió festejar el Día de la Madre con claveles blancos y rojos. “Surgió de manera espontánea y en el ámbito escolar, siguiendo el ejemplo norteamericano que desde la Primera Guerra Mundial tenía oficializado como fiesta nacional el segundo domingo de mayo”, comentó la historiadora paraguaya al diario La Nación/Nación Media.

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Mucho antes, en mayo de 1905, la estadounidense Anna Jarvis, después de la muerte de su mamá, hizo campaña para establecer un feriado nacional en honor a las madres. “Es probable que la historia del Día de la Madre, propuesta por Anna en conmemoración a las acciones que en vida llevó su madre Ana María Reeves Jarvis, siendo activista social desde la Guerra de Secesión, y que fue finalmente oficializada cada segundo domingo de mayo, haya sido publicada por la prensa en Asunción”, menciona.

La historiadora resalta que cada año la Escuela de Comercio conmemoró con sus estudiantes esta fecha, ya que en un artículo de su revista de 1929 se relata el origen de dicha celebración. “Cuenta que un año los estudiantes utilizaron flores naturales y otro año las hicieron con papel. Un año las flores tuvieron como destino a las mujeres de sus hogares y al otro, salieron a las calles a repartirlas, colocándolas en las solapas de los sacos”, detalla. Además, agrega que al igual que Estados Unidos oficializó la celebración en un contexto de guerra, Paraguay lo hizo en un ambiente bélico de la Guerra del Chaco a inicios de la década del 30.

Un recorrido por la historia, desde un estudiante paraguayo que propuso homenajear a las madres en un día especial, hasta la celebración en nuestros días. Foto: Christian Meza

La maternidad bajo el concepto de patria

La fecha conmemorativa pasó a establecerse junto a la fecha de la Independencia Nacional – 14 de mayo- y a la celebración del Día del Niño, que en esa época y hasta fines de los años 40 fue celebrada el 13 de mayo. La celebración adquiere un carácter nacional, sagrado en términos del “altar de la patria”, y la madre se posiciona junto a los próceres y al niño como una figura de ciudadano ideal para la República del Paraguay.

“La madre pierde un poco de su humanidad y se acerca al concepto de ‘patria’. La madre lo es todo; dadora de vida, refugio y consuelo incondicional, pero también es la propia nación casi con las mismas características”, señala. A su vez, explica que el avance de las ideas nacionalistas también desplazan la “maternidad” en términos narrativos que hasta ese momento lo había detentado España, y trasladan a la definición de una mujer de carne y hueso, idealizada en términos de patria auténtica y nacional.

Otro aspecto que destaca de la historia es que la celebración de las madres en Estados Unidos, que al principio era con el espíritu de conmemorar la presencia maternal con claveles rojos y la ausencia con claveles blancos, pronto adquirió un aspecto comercial basado en la entrega de regalos a las madres, práctica que continúa junto a las reuniones familiares para agasajar a uno de los ejes principales de las familias: la mamá.

Historiadora paraguaya, Ana Barreto Valinotti. Foto: Gentileza

Juana María de Lara y su vínculo con el 15 de mayo

Barreto destacó a Juana María de Lara como un modelo heroico femenino, de importante participación para la independencia paraguaya que se gestó en la noche del 14 y madrugada del 15 de mayo de 1811. “No fue madre, es decir, no tuvo hijos, y en aquel año ya era una mujer viuda; sin embargo, encarna las cualidades de una matrona abnegada dispuesta a sacrificarse por sus hijos. A eso me refiero cuando digo que la designación del Día de la Madre podría encontrar formas físicas en la imagen de Juana María de Lara”, resalta.

En su testamento dan cuenta no solo de su vínculo con la élite económica y política del Paraguay del fin de la colonia, sino también a su participación e importancia en el ámbito de la Iglesia católica. “A ella le fueron entregados por inventario bienes de la Orden Franciscana al momento de la expulsión de país por el doctor Francia. De lo que no hay pruebas sólidas es de la manera en que ella participó del proceso de la revolución”, añade.

No obstante, sostiene que sí es de afirmar la narrativa de las flores y su papel de mensajera confidencial de noticias. Juana María de Lara fue un modelo heroico femenino que no confrontaba el papel que las mujeres desempeñaban social y culturalmente entre fines del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX.

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