Felipe Goroso S.
Los hijos de un agricultor vivían en discordia y desunión. Sus buenos consejos eran inútiles para hacerles cambiar de sentimientos y por eso decidió darles una lección con base en su experiencia. Les llamó y les dijo que le llevaran un manojo de varas cada uno. Ellos cumplieron la orden, y entonces les dio las varas en haz y les dijo que las rompieran; pero a pesar de todos sus esfuerzos, no lo consiguieron. Entonces deshizo el haz y les dio las varas una a una; los hijos las rompieron con facilidad. –¡Ahí tienen!– les dijo el padre. –Si también ustedes, hijos míos, permanecen unidos, serán invencibles ante sus enemigos. Pero si están, como ahora, divididos, serán vencidos uno a uno con facilidad.
Este es el cuento. Una fábula de Esopo que les lee el presidente de la República, Santiago Peña, a los niños alumnos de las escuelas públicas en las jornadas de lectura de cuentos que organiza el Ministerio de Educación, liderado por Luis Fernando Ramírez, dentro del programa de la lecto-escritura y oralidad, que fomenta la comprensión lectora. El mensaje del cuento es claro: la unidad es el camino para la fortaleza.
La campaña que busca horadar en el oficialismo ha levantado a las plataformas un nuevo episodio. Ciertamente, en las últimas semanas se ha intensificado en velocidad e intensidad. El movimiento es tan obvio como burdo, para el que quiera verlo, obviamente. Implicará templanza, inteligencia y creatividad detectar y sobre todo anticipar y bloquear la próxima movida. Como siempre digo: frialdad en el análisis y el corazón caliente a la hora de la ejecución. No caer en trampas que se están colocando en este mismo momento ni seguir el camino de migajas que llevan a un precipicio.
A propósito de los tiempos convulsos en que vivimos, el mensaje de “Los hijos del agricultor” es más que oportuno. Y por lo que se ve en el escenario que podría proyectarse para el corto plazo, la unidad al interior del oficialismo será trascendental para el cumplimiento de sus promesas electorales, lograr una optimización de la gestión y con eso evitar la instalación de corrientes globales cuyas ramificaciones locales están demostrando estar dispuestas a hacer todo lo que esté a su alcance para impedir el desarrollo del Paraguay. Ante esto, la mejor respuesta será la unidad. Siempre.