El intendente de Ciu­dad del Este, Miguel Prieto, fue imputado por el Ministerio Público por lesión de confianza a causa de unas supuestas compras ama­ñadas registradas durante la pandemia de 2020. Durante la reconstrucción de hechos, la Fiscalía detectó que en esta licitación de G. 2.900 millones hubo proveedores ficticios, los cuales incluso ya cuentan con una causa penal abierta.

“Se detectaron las existencia de tres proveedores que son considerados por la Subsecre­taría de Estado de Tributación (SET) como contribuyentes ficticios y según otras inves­tigaciones que ellos tienen a su cargo, incluso hay causas penales abiertas en ese sen­tido”, explicó el fiscal Silvio Corbeta en comunicación con el programa “Info +”, emitido por canal GEN/Nación Media.

El agente indicó que además de estos tres proveedores ficticios, se identificó a una empresa de nombre Vanemi, que tiene una vinculación con Miguel Prieto, puesto que una de las representantes legales es la expareja del intendente esteño. Para el Ministerio Público no existe posibili­dad que el minimercado Tía Chela, empresa adjudicada, haya sido la proveedora de los 25.000 kits de alimentos.

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“El trabajo de la SET fue determinante para concluir finalmente que esta empresa adjudicada no tenía en su stock los 25.000 kits de ali­mentos que se comprometió a entregar a la municipalidad” aseguró Corbeta y explicó que esto se debe a que tanto Tía Chela como las otras empre­sas identificadas, tenían la capacidad técnica y financiera para cumplir con la provisión de alimentos.

Si bien la licitación era por G. 2.900 millones, la municipali­dad solo llegó a pagar G. 1.700 millones, no obstante, la Fis­calía considera que el daño patrimonial ocasionado a la comuna asciende a la totalidad de lo desembolsado a nombre de Tía Chela.

“Existió un solo pago que fue la primera de G. 1.700 millo­nes, para nosotros el perjuicio sería el total de lo pagado por la municipalidad. Según las docu­mentaciones se entregaron los 25.000 kits, pero al hacer la tra­zabilidad de las mercaderías, no las encontramos dentro del stock de todas esas empresas, por tanto, es fácil para noso­tros concluir que si no tuvieron stock, no tuvieron con qué pro­veer efectivamente”, aseveró.

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