La actual y reelecta senadora del Frente Guasu, la única que logró ingresar nuevamente al Senado, Esperanza Martínez, hizo una reflexión de lo que fueron las elecciones nacionales del pasado 30 de abril, donde el sector progresista logró una mínima representación en los espacios legislativos. La parlamentaria indicó que fue una gran derrota, pero la lucha de la izquierda seguirán.
“No se terminó la izquierda en Paraguay, perdió una elección de manera realmente importante y hay que reconocer eso, una gran derrota, pero las causas y las luchas no cambiaron con la elección del domingo”, manifestó a la 1020 AM.
Martínez sostuvo que la principal causa de la derrota de este sector político, en las presidenciales, como también en los cargos plurinominales, se dio por la división que existió con la definición de la chapa presidencial en la Concertación Nacional, que finalmente quedó con Efraín Alegre y Soledad Núñez.
“Iniciamos con un proceso que dividió al Frente Guasu-Ñemongeta, primero por una opción preferencial a la chapa presidencial, cuando comenzó ese debate habíamos dicho que podíamos tener miradas tácticas diferentes a qué dupla apoyar en las elecciones, pero que el Frente Guasu-Ñemongueta como fuerza política en la lista de senadores y las otras listas plurinominales que nos presentamos en 13 departamentos más la lista nacional deberíamos trabajar en entre todos. Eso no se dio”, recordó.
Agregó que esta definición terminó dividiendo definitivamente al sector del Frente Guasu. “Lo que nos dividía en la chapa presidencial terminó dividiendo a las bases y creando a la dualidad de a quién apoyamos, a quién no, dificultades, enojos y fue uno de los principios de una crisis interna dentro del Frente Guasu”, indicó.
OPOSICIÓN DIVIDIDA
La legisladora sostuvo además que la clave de la victoria del Partido Colorado es la división que tuvo la oposición, que no logró consolidarse en una sola fuerza y con liderazgos fuertes que logren la adhesión de todo el sector político.