Los restos del fiscal Marcelo Pecci fueron sepultados ayer domingo en el Cementerio de la Recoleta, en Asunción, cinco días luego del ataque ocurrido en Cartagena (Colombia). El agente fue homenajeado por familiares, colegas y allegados en una emotiva despedida que partió desde el Memorial de Mariscal López, pasó frente al club Guaraní, del cual era hincha, y fue recordado por la comunidad del colegio San José con una misa en la parroquia de la institución.
En el acto de entierro, Francisco Pecci, padre del fiscal, recordó los inicios de su hijo dentro del Ministerio Público y las diversas travesías que tuvo que enfrentar el agente a lo largo de su carrera con el fin de encabezar la Unidad Contra el Crimen Organizado. En la ocasión, los presentes destacaron los valores que fueron implementados por el hombre a lo largo de su vida privada y profesional.
“Él me dijo que no quería estar más nunca en el Poder Judicial, se encariñó con el Ministerio Público, con la tarea del agente fiscal que no era como en otra época. Él fue ascendiendo poco a poco con sus méritos, estuvo en una sección muy difícil en cuanto al riesgo que conlleva eso en la lucha contra la criminalidad que existe en diversos países y en forma concadenada trabaja para la desgracia de la humanidad”, manifestó durante el uso de la palabra para dar el último adiós al agente. Agregó que ante las dificultades que podría ocasionarle a Marcelo ejercer su trabajo, finalmente cumplió con su deber.
“Me dicen que mi hijo es un héroe, un patriota, un mártir, el pueblo en general, la gente entiende que a él lo mataron, desgraciadamente, porque molestaba por su honestidad a mucha gente, mataron a un hombre por cumplir con su trabajo, la mala gente, la corrupta. Todos ahora dicen justicia, está eso muy bien, aplausos, pero la vida a la víctima ya no le devuelve nadie, truncaron a los 45 años la vida de un hombre íntegro, decente, pero quiénes, la mafia”, manifestó.
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Aprendé a hacer ñandutí con el libro “Tejiendo un legado”
Con más de 40 años de dedicación al arte tradicional del ñandutí, la maestra Norma Martínez logró compilar sus conocimientos en un libro donde se unen la historia y la técnica para llevar de la mano al lector por un paso a paso cómodo y fácil que le permita entender y, por sobre todo, aprender a confeccionar piezas de este emblemático y mundialmente admirado encaje artesanal paraguayo.
- Por Sara Valenzuela
- sara.valenzuela@nacionmedia.com
- Fotos Carlos Juri
“Este libro se trata de realizar tutoriales desde cero y de esta manera hacer conocer paso a paso cómo se realiza el ñandutí desde el primer pedazo de hilo, tela y madera que se utilizan; en este libro van a encontrar no solamente los paso a paso sino también la historia de dónde viene porque tienen esos nombres en guaraní algunos dechados y nuestra vivencia también van a encontrar la vivencia de cada artesana”, comentó la maestra Martínez en conversación con La Nación/Nación Media.
Destacó además que con el libro “Tejiendo un Legado - Tutorial Básico de Ñandutí” se busca no solo que las personas que lo adquieran tomen el gusto de confeccionar piezas de ñandutí, sino que sirva como precedente de la importancia de plasmar en palabras todos los conocimientos sobre nuestra cultura y tradición de manera a comprender también el impacto que tienen en la vida cotidiana de cada paraguayo.
TODA UNA VIDA
La maestra Norma Martínez empezó a tejer ñandutí con su madre a la corta edad de 7 años y a lo largo de su vida el tejido con esta técnica se ha vuelto cada vez más relevante ya que, además de ser su trabajo, se volvió su pasión y esa pasión fue la que la llevó a trabajar de ardua manera para perfeccionar sus técnicas, trasladar sus conocimientos a sus alumnos y, finalmente, materializar su enseñanza con ideas claras en un libro donde todos los detalles están contados.
TRABAJO EN EQUIPO
“Este libro es también fruto del trabajo de un equipo maravilloso que ha tratado de interpretarme porqué el ñandutí es un trabajo muy personalizado y que a lo largo de los años siempre se ha enseñado cara a cara, agarrándole de la mano a las personas, pero en este libro van a encontrar una explicación muy buena que van a poder entender y van a poder realizar desde sus casas”, dice la reconocida artesana.
La misma destacó que si bien es un trabajo aparentemente cien por ciento manual, todo el secreto del ñandutí se encierra en la técnica de cada dibujo y que la tejedora conquiste la habilidad de dibujar con los hilos las imágenes que su mente crea.
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Don Cocido, emprendimiento que se transformó en legado de amor
La idea del negocio fue de Lourdes Ojeda, una exfuncionaria de La Nación, quien decidió trabajar desde su casa después de ser diagnosticada de cáncer.
Don Cocido, el original puesto de desayunos en modalidad de food truck actualmente se encuentra frente a la fundación San Rafael del padre Aldo Trento. El emprendimiento tiene una trayectoria de más de cinco años y su historia no es solo de superación, sino también de amor y entrega.
El matrimonio conformado por Lourdes Ojeda (exfuncionaria del diario La Nación) y Luis Cortesi decidió emprender en la venta de desayunos luego de que Lourdes fuera diagnosticada de cáncer y empezara su tratamiento. Ella decidió emprender en algo propio y trabajar desde su casa, para así solventar sus medicamentos y estudios.
“La idea fue de mi esposa Lourdes, ella era una visionaria, siempre veía las oportunidades en medio de las crisis. Fue así que en una de las idas para su tratamiento vio un carrito eléctrico que vendía cocido y dijo ‘como quiero para colocar frente a casa y poder vender cocido y chipa’. Yo, como quería cumplir su deseo, vi la manera de comprarle el carrito y como una sorpresa se lo regalé. Al poco tiempo de habilitar el puesto ya teníamos personas que llegaban para desayunar”, contó Luis Cortesi en conversación con La Nación/Nación Media.
Con el tiempo la clientela se iba formalizando y el matrimonio decidió expandir el negocio, pero no tenía muy claro cómo conseguir un local sin tener que invertir mucho dinero. Fue así que tras buscar opciones y pensar en posibles ideas como la de un contenedor, Luis logró dar con un colectivo que estaba en desuso en una parada cerca de su casa y se le ocurrió la idea de convertirlo en un pequeño restaurante.
“Era un colectivo que ya no estaba en funcionamiento; entonces, me acerqué al dueño de la línea y le ofrecí que me lo vendiera. Ya con la ayuda de mi esposa y con algunas ideas inicié la restauración. Empecé a ponerle el sistema eléctrico, a montar la cocina y reutilizamos los asientos. Así fue quedando cada vez más acogedor nuestro nuevo Don Cocido”, relató.
Con el paso de los días y la puesta en funcionamiento del nuevo local, la pareja sentía que necesitaba un toque de color, que los diferenciara y sobre todo que trasladara el amor hacia lo nacional, por lo que le pidieron ayuda al artista Tomás Salinas, quien fue el encargado de plasmar un paisaje campestre paraguayo, muy pintoresco y llamativo.
LOS RETOS
Como a todos los comercios y empresas, la pandemia fue un desafío para Don Cocido, que continuó brindando sus servicios implementando todas las medidas sanitarias. Al levantarse las restricciones, la pareja propietaria atravesó una prueba mayor, el deterioro de la salud de Lourdes.
Si bien el cáncer había estado en recesión durante varios meses, que le permitió a Lourdes culminar una segunda carrera universitaria, además de llevar adelante el negocio de Don Cocido, que había crecido y consolidado su cartera de clientes, lamentablemente la enfermedad avanzó y el año pasado (2023) Lourdes pasó a la vida eterna.
EL LEGADO DE AMOR
“Lourdes era una persona que siempre veía el lado bueno de las cosas y trataba de mantenerse positiva, ya en los últimos días de vida acudimos al padre Aldo Trento, para que nos ayude, porque sentía mucho dolor y en la fundación se encuentra el único centro paliativo del dolor. Mi esposa apenas entró empezó a sentir menos dolor y los siguientes días, hasta su partida, se la veía mucho más aliviada”, recuerda Luis.
Cortesi remarcó que durante su estadía en el hospital de la fundación en varias ocasiones su esposa le insistía que quería desayunar cocido con mbeju y que extrañaba trabajar en el negocio que ambos habían creado, y le sugirió a su esposo traer el carrito más pequeño para vender sus desayunos y permanecer juntos.
“Ella siempre me pedía videos y fotos de cómo estábamos en el local trabajando mientras ella estaba internada. Un día se le ocurrió traer el carrito aquí, a la esquina de la fundación y como siempre le cumplí el deseo. Todos los funcionarios de la zona venían, además de las enfermeras e inclusive el propio padre Trento, quien es fanático del mbeju con cocido”, comentó.
Luego del fallecimiento de Lourdes y por un deseo suyo, Luis trasladó Don Cocido frente a la fundación, donde continúan sirviendo desayunos y donando las ganancias a la fundación como retribución al amor y al servicio que recibió su esposa.
“Ella me pidió que donemos lo recaudado a la fundación, y cumplimos ese pedido todos los meses, desde su partida. Luego de pagar el mantenimiento y los gastos varios del local doy todo lo recaudado, a nosotros este lugar nos ayudó mucho y el deseo de mi querida esposa fue ayudar a los que podemos”, finalizó don Cortesi.
El emprendimiento Don Cocido ha trascendido y pasó de ser un negocio fundado en el amor, a una manera de colaborar con quienes padecen enfermedades terminales y reciben atención de calidad en el centro médico de la fundación San Rafael.
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La magia del legado
- Por Matias Ordeix
- Socios del Club de Ejecutivos
Días pasados un grupo de empresarios paraguayos hemos compartido con colegas de la región una experiencia mágica. Muchos de nosotros quizá hemos visitado los parques de Orlando, con la familia, y sin duda las experiencias han sido inolvidables. Sin embargo, siempre hemos participado en estos viajes multisensoriales en modo turista. Hoy les comentaré el otro lado de la magia.
Un curso de altísimo nivel se llevó a cabo en Walt Disney World, con speakers de primera, tales como Doug Lipp, Jonatan Loidi y Julián “Gaita” González. La verdad mi expectativa al curso era buena. Volver a estudiar en forma intensiva una semana y conocer la calidad del modelo de atención al cliente de una empresa referente a nivel mundial, como Disney , me atraía. Aunque a esta altura de la vida no es fácil sorprenderme, pero lo lograron. Sin duda, la realidad superó ampliamente mi expectativa.
Primeramente, porque he coincidido con pares empresarios que vivimos y compartimos los mismos problemas, hemos atravesado crisis, nos hemos levantado, pero sobre todo compartimos ese sentir común que, capacitándonos, y luego replicando en nuestras empresas, generamos un efecto dominó que se traduce en eficiencia empresarial. Si las empresas mejoran, nuestros colaboradores están más preparados y son más eficientes. Con ello, se logra colaborar con la mejora social y la mejora del país.
Hemos participado en modo observador. O sea, no fuimos a disfrutar la adrenalina (aunque también hubo tiempo para eso), sino a aprender sobre el legado de Walt. ¿Y qué ese el legado en términos empresariales? Es la construcción de un propósito empresarial constituido principalmente por la familia y que se mantiene en el tiempo durante generaciones. Para generar ese propósito debe haber un soñador, tal como lo fue Walt. El propósito de la mágica Disney es “creamos momentos de felicidad”.
Voy a resumir en un par de párrafos, frases y tips empresariales que prontamente replicaré:
“El servicio de atención al cliente no es un área, sino una actitud”. Es decir, todos los colaboradores estén en el departamento que estén deberán tener una vocación de atención al cliente como prioridad.
“No se puede tener un servicio externo excepcional sin un servicio interno excepcional”: tal como me comporto con mi cliente interno, ellos lo harán en forma similar con el cliente externo.
“Los presupuestos aprietan, pero la creatividad es gratis”: deja que tus colaboradores sean creativos, ofréceles tiempo para ello, escucha sus ideas, es posible que puedan sorprenderte con oportunidades de mejora e innovación.
“No tuvimos la culpa, pero es nuestro problema”: una premisa que debe aplicarse a cada empresa altamente eficiente. Quizá no fue mi error personal/profesional, pero sí es un problema de nuestra empresa y, por tanto, debo ser responsable en darle solución.
¡Cuánto precisamos de capacitación y mejor educación en nuestro querido Paraguay! Qué pobre es lastimosamente el nivel educativo de los jóvenes, incluso saliendo de universidades. Si los empresarios no nos comprometemos a mejorar y a apoyar la educación, el ansiado progreso y desarrollo de nuestra tierra será más lento y lejano.
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Ana Celina: “Me gusta usar la música como ese espacio de honestidad”
“Querernos”, lo nuevo de Ana Celina, se inserta en el mundo sonoro de la música urbana. La artista presentó la semana pasada su nuevo trabajo.
“Lo que más disfruto de esta carrera es que todo es creatividad y todo es válido, desde el mensaje de una canción hasta el mensaje de la portada o título que se publica. Me gusta pensar en todos los detalles y lo que más me cuesta, y creo que a muchos artistas nos pasa, es ver a la música como el negocio que es. Tengo que recordar a veces que esto se trata también de vender, de llegar y de generar un impacto más grande de a poco y que sea sostenible, claro”, comenta la cantante y compositora Ana Celina, quien el viernes de la semana pasada estrenó su nueva producción, “Querernos”, a dos meses de haber presentado “Para mí”.
Sus gustos y sus preferencias están anclados en el pop y cita entre sus influencias a figuras como Rihanna, Beyoncé, Christina Aguilera, Nathy Peluso, Rosalía y Ariana Grande, pero su formación viene de ser violinista desde niña y de formar parte de orquestas con formato clásico. Además, ejecuta la guitarra y el piano.
“Admiro mucho a mujeres artistas que son dueñas de su empresa musical, se involucran en todo el concepto creativo, las coreografías, puesta en escena etc., y quizás es porque soy un poco así”, agregó.
El 2020 fue bisagra en el mundo del arte y para Ana Celina también fue determinante. Comenzó oficialmente su carrera como solista, lanzó colaboraciones con figuras locales y trabajó con productores de la escena.
“Estas últimas canciones, desde ‘Ya quisieras’, empecé a trabajar con Luigi Manzoni, nos entendemos y nos complementamos muy bien musicalmente”, comenta.
EMPATÍA
Lo que ella ve como central en el vínculo entre artista y público parece ser la empatía, el compartir historias.
“Mi intención es que los que me escuchan puedan sentir que tienen una amiga a la que le pasó lo mismo y no están solos, la música es para eso, para darle color y matices a la vida”, sostiene.
“No me cierro a que cada canción mía pueda nacer diferente. A veces tengo una idea en un momento y guardo en notas, otras ya compongo con un beat y otras veces llegué a componer con la guitarra o piano. Me gusta usar la música como ese espacio de honestidad, donde puedo decir lo que siento sin filtros y creo que de ahí siempre nace algo real, original y literal”, agregó.
“Querernos” es una canción bailable que combina ritmos pegadizos con letras emotivas y reales. La interpretación apasionada de Ana Celina hace de esta canción un himno para aquellos que han experimentado desafíos en el amor y buscan la fuerza para seguir adelante.
La artista se encuentra en un proceso de desarrollo constante y su producción lleva la rúbrica del sello discográfico Inout Music Prod.
“Estoy en constante transformación, pero ahora mismo la palabra que me viene es ‘apreciación’, porque estoy en ese momento en el que siento que me falta mucho, pero miro atrás y ya no estoy tampoco donde empecé, y reconocer eso es gigante”, concluyó.