La ministra de Jus­ticia, Cecilia Pérez, informó que tras la reunión mantenida con su homólogo, el ministro de Justicia y Seguridad Pública del Brasil, Sergio Moro, se ratificó la voluntad de pro­fundizar la cooperación en los ámbitos de capacitación, formación e intercambio de información para contra­rrestar a las facciones cri­minales que actúan dentro y fuera de los sistemas peni­tenciarios de Brasil y Para­guay. Las autoridades bra­sileñas reiteraron su apoyo al trabajo conjunto para el intercambio de informacio­nes sensibles entre ambas partes.

Pérez expresó que entre los temas tratados con el minis­tro Moro estuvieron el for­talecimiento del Ministe­rio de Justicia, la creación del Instituto de Formación para agentes penitenciarios y el ofrecimiento brasileño para la capacitación del per­sonal. “Conversamos sobre los proyectos de reforma, ellos ofrecieron capacita­ciones de personal, generar una fuerza distinta para los casos de máxima seguridad, plantearon el apoyo al trabajo conjunto y el intercambio de información del sistema peni­tenciario”, expresó Pérez en comunicación con Universo 970 AM.

Al ser consultada acerca de su parecer con respecto al accionar del Brasil y en espe­cífico a la diferencia entre una colaboración, que siem­pre es vista, y un “pedido de permiso” al Brasil para accio­nar de alguna u otra manera, la ministra Pérez negó que sea un pedido de permiso. “No, absolutamente no es un pedido de permiso. Ellos están colaborando con noso­tros, y nosotros también con ellos. No es que nosotros les estemos pidiendo permiso”, expresó la ministra. Aclaró que en este caso fue un ofre­cimiento del ministro Moro.

Cecilia Pérez sostuvo que el problema penitenciario se inició en las cárceles y debe ser atacado en las cárceles. “Ellos (Brasil) también reco­nocen que tienen problemas en la cárceles estatales, tie­nen sus falencias. En menos de 24 horas tras la fuga ocu­rrida en nuestro país, ellos tuvieron una fuga en Acre, en Río Branco; 26 miembros del Primer Comando Capi­tal (PCC) se escaparon de la cárcel y ni siquiera hicieron un túnel, saltaron la mura­lla”, puntualizó la ministra de Justicia para evidenciar la similar situación que se vive en los dos países.

Por otro lado, Pérez comentó que uno de los temas conver­sados con el ministro Moro tuvo relación con el enfo­que que le da el Poder Judi­cial a las extradiciones. “Nos pidieron hacerle llegar al Poder Judicial las inquietu­des sobre ciertas tardanzas para algunos casos”. En ese sentido, explicó que las extra­diciones y las expulsiones judiciales están en el área de justicia. Actualmente, exis­ten cerca de 70 miembros de estas facciones en las cárce­les del país, puntualizó Pérez.

Paraguay resultó un campo fértil para extender los dominios del narcotráfico y tráfico de armas, tras la migración de las fac­ciones criminales brasileñas; las más fortalecidas son el Primer Comando Capital (PCC), oriundo de las cárceles del Estado de San Pablo, y el Comando Vermelho procedente del Estado de Río de Janeiro. El factor común entre estas facciones es haber optado por migrar y reclutar adherentes en las cárceles de Para­guay.

El PCC se ha convertido en una grave amenaza para la seguridad interna. Durante un enfrentamiento ocurrido el 16 de junio del año pasado en la cárcel de San Pedro fallecieron diez reclusos, 5 fueron decapitados, 2 calcinados y otros por heridas de fuego y estocadas, en manos del PCC.

Por su parte, el grupo criminal Comando Vermelho, ya operaba en Paraguay antes del PCC. Estaba encabezado por Fernan­dinho Beira Mar y ya operaba desde mediados de los 90. La dis­puta entre el Comando Vermelho y el PCC se volvió inevitable cuando el grupo nacido en las cárceles llegó a Paraguay.