Finalmente, Nicanor Duarte Frutos aceptaría el cargo como Director de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) en canje por su frustrado intento de asumir la función de Senador que obtuvo por comicios generales del pasado 22 de abril.
Tal como se venía especulando, la “oferta” de trabajar para el gobierno de Marito habría venido del propio presidente electo y todo indica que habría sido formalizada durante el último viaje a Bolivia.
La intención del nuevo gobierno sería aplacar las aspiraciones de Duarte Frutos por cuyo juramento estuvo trabajando el ala más tradicional de Colorado Añetete.
Se especula con la posibilidad de que la decisión de Duarte Frutos se anuncie este mismo fin de semana o a principios de la próxima.
Además, de concretarse el “enroque”, la ofensiva contra Fernando Lugo en el Senado podría ingresar a un estado de “hibernación suspendida”, aunque Nicanor había prometido pelear hasta el último recurso jurídico por su banca.
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“Atomizada y sin rumbo”
El expresidente de la República Nicanor Duarte Frutos atribuyó la destitución, vía pérdida de investidura de Kattya González, a la propia oposición, sucedida en la Cámara de Senadores la semana pasada. El exmandatario señaló que actualmente la oposición está desorientada y sin rumbo, con una clara falta de liderazgo.
“¿Por qué se produce de manera tan fácil la salida de Kattya?, porque hay una oposición desorientada, atomizada, sin rumbo, sin liderazgo, que ha perdido actores que originalmente pertenecen al sector”, dijo en entrevista a la 780 AM.
“Yo lamento la salida de Kattya, que es una parlamentaria notable y había que decir que, si la oposición estaba articulada y con un liderazgo claro y con un proyecto alternativo claro. Con los 7 votos colorados que se opusieron a la pérdida de investidura, otra hubiera sido la historia”, expresó Duarte Frutos. Por otra parte, indicó que el bloque colorado siempre ha logrado construir mayoría, lo que se dio en este caso. “También hay que entender que el coloradismo siempre tuvo una conducción hábil para construir la mayoría”, refirió.
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El mito
- POR EDUARDO “PIPÓ” DIOS
- Columnista
Existe, desde el 2008, una especie de mito o leyenda urbana en la que Lugo “ganó con los votos que le dio Castiglioni” para “castigarle a Nicanor por haberle robado las internas”.
Partiendo de esa premisa, falsa por los motivos que expondremos más abajo, la oposición, más bien Efraín, se ha candidatado ya dos veces y va por la tercera, imponiendo la idea de que “la oposición unida” (obviamente detrás del “mesías” Alegre) volvería a derrotar a la ANR. Por ello, cualquier mortal que osare ir por su lado, sin alinearse al “Führer de las tilapias”, es catalogado de funcional al coloradismo, o al cartismo, que es la obsesión del amigo de las facturas apócrifas y su pandilla de vividores del dinero público.
Primero, si uno analiza la coyuntura de ese 2007/2008, encontramos una candidatura impuesta por Nicanor en el oficialismo colorado, que tenía, principalmente, dos “problemas”, falta de liderazgo de la candidata y que fuera una mujer, era mucho desafío a la vieja estructura, y además Blanca Ovelar adolecía, y adolece, de la falta de carisma necesario para entusiasmar a la masa colorada.
Sumémosle a eso el pirevai político que generaba la prepotencia y la arrogancia de un Nicanor todopoderoso y que no escuchaba razones.
Esto llevó a que la interna fuera sangrienta y demasiado pareja para no generar, al menos, serias dudas sobre la legitimidad de la elección.
Si bien no hubo apoyo de los derrotados a la candidata colorada, tampoco hubo una campaña abierta de estos a favor de Lugo, sino más bien una suerte de brazos caídos.
Ahora entremos a los números que demuestran que jamás los votos colorados fueron a Lugo Méndez (ser el sobrino de Epifanio es otro de los cuentos que sostienen este mito, sin olvidar que si en el 2008 quedaba algún epifanista melancólico vivo, habrá estado muy viejo para ir a votar).
El resultado final fue de 765.000 votos para Lugo contra unos 574.000 para Blanca. Ahí arranca el mito. El resultado de la sangrienta interna había arrojado un total aproximado de 660.000 votos (335 mil de Blanca y 325 mil de Castiglioni), por lo que la “fuga de votos” castiglionistas rondaría los 85.000. Lo que los “analistas” “probolsa de gatos” no recuerdan ni quieren recordar son los 411.000 votos de Lino Oviedo, escindido de la ANR, cuyos votantes no eran precisamente “progres” ni “anticolorados”. Para reforzar esta tesis, simplemente vayamos a los votos que había sumado la oposición 5 años antes, en el 2003, en que “Yoyito” Franco y Fadul habían obtenido un total de 700 mil votos sumando ambas candidaturas y en que el oviedismo (sin Oviedo en la chapa) había sacado solo 200 mil. Entonces, Lugo obtiene solo un 41% de los votos uniendo la oposición casi en su totalidad, más los de Fadul que solo obtiene 44 mil votos (2%) y en el 2003 separados habían tenido arriba del 45%.
Es decir, la supuesta fuga de votos de Castiglioni fue claramente a favor de Oviedo, un colorado de pura cepa, mesiánico y populista que simplemente aprovechó la coyuntura y duplicó sus votos.
Sumémosle a esto la pésima experiencia de los colorados durante el gobierno opositor de Lugo-Franco, con despidos masivos, persecusiones políticas, y la cereza de la torta, la falta total de carisma, simpatía y confianza que genera Efraín Alegre, no solo en los colorados, sino entre sus propios correligionarios, y el cuentito no cierra.
Resumen: Hoy tenemos un candidato colorado con una fuertísima legitimidad de origen, con carisma y que genera confianza y simpatía, no solo en sus correligionarios, sino en muchísimos no afiliados, y con una preparación a toda prueba. El caso de Alegre es totalmente inverso, viene de una interna llena de episodios de fraude que han generado enojos y fracturas en su propio movimiento interno, una Concertación pegada con saliva, que no genera la menor confianza y una falta de preparación para el cargo, que se evidencia en su falta absoluta de propuestas concretas para un país en crisis.
Ni “Santi” es Blanca, ni Efraín es Lugo, ni Marito es Lino Oviedo, ni tiene fuerza propia para pedirle nada a nadie, ya que es un lastre más que una ayuda. Lugo fue un hábil articulador que logró el apoyo pleno de la dirigencia liberal, mientras que Efraín demuestra su desprecio público por sus “enemigos internos” y traiciona a sus eventuales aliados de la izquierda una vez más eligiendo a una candidata a vicepresidenta rechazada por estos. No bastan las visitas al hospital, ni los tuits con fotos y alabanzas a un Lugo convaleciente al que destituyó con entusiasmo en el 2012. No basta con tildar de “cartista” a quien discuta al dictadorzuelo azul. El problema de la oposición no es la oposición, es Efraín.
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Nicanor anunció apoyo a Lista 1
Nicanor Duarte Frutos, ex presidente de la República, dijo que, tras concluir las internas del Partido Colorado, es una prioridad acompañar la candidatura de Santiago Peña para las próximas elecciones generales del 30 de abril del 2023.
Duarte Frutos se refirió a este tema al salir del Palacio de Gobierno, acompañado de dirigentes del movimiento oficialista, donde mantuvieron una reunión con el presidente de la República.
“Tanto en la política como en la democracia, nos necesitamos mutuamente, pues quien gana, nunca gana todo, y quien pierde, tampoco pierde todo; por tanto, debemos integrar nuestros esfuerzos”, dijo a los periodistas que lo aguardaban.
Como colorado y como presidente en dos ocasiones de la Junta de Gobierno explicó que va a seguir trabajando desde el lugar que sea por el fortalecimiento del partido; asimismo, espera que la ANR logre una gran victoria el próximo año.
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“Santi” clavó sus espuelas en los ijares de la corrupción y corcoveó Nicanor
- Por Aníbal Saucedo Rodas.
El mensaje de victoria de Santiago Peña fue lo suficientemente nítido, explícito, para evitar cualquier posibilidad de interpretaciones equívocas. Es, además, coherente con el discurso que venía desarrollando durante toda su campaña electoral el ahora candidato del Partido Colorado a la Presidencia de la República. Es, también, un mensaje que trasmite dignidad, y que, más allá del cinismo y la hipocresía de los abrazos fingidos (por un pedazo de garrón), lo más sustancial en la vida son las convicciones. Ciertamente, ganar es importante, pero nunca a cualquier precio. Por eso sus declaraciones confirman aquella expresión acuñada en acero por el gran escritor argentino Tomás Eloy Martínez: “Para tener valor, hay que tener valores”.
Por encima de las furibundas críticas inflamadas de montaraz sectarismo de los medios de comunicación que pretendieron doblegarlo, Peña tuvo la decencia de anunciar que “habrá abrazo republicano, pero no con aquellos que se olvidaron de la gente cuando más necesidad había; los buenos líderes se sacrifican por su gente, no sacrifican a su gente por sus intereses”. Y arremetió indubitable: “No luchamos para estar igual, luchamos para que los paraguayos estén mejor”. Estas espuelas hicieron brillar la sangre en los ijares de la corrupción. El primero en corcovear fue Nicanor Duarte Frutos, el hombre moralmente más averiado en el Gobierno del mayor latrocinio en la historia política del Paraguay. Quienes lo conocimos años atrás, nunca nos imaginamos que su codicia “sin límites” lo arrastraría hacia el fangoso escenario de lucrar con los recursos que deberían ser destinados a los sectores económicamente más golpeados de nuestra sociedad. Si la miserabilidad humana tuviera un rostro ya saben qué imagen reflejaría.
Sus periodistas, siempre “a las órdenes”, el lunes 19 de diciembre lo entrevistaron. El gran perdedor fue el protagonista. Decimos gran perdedor porque fue el número uno en la lista nacional para miembros de la Junta de Gobierno de la Asociación Nacional Republicana y quedó tercero, detrás de “Felipito” Salomón de su mismo movimiento. Sí, “Felipito”. Ni siquiera fue Óscar “Cachito” Salomón, en cuyo caso la derrota hubiera resultado menos dolorosa. Lo decimos sin ánimo de subvalorar al actual intendente de la ciudad de San Lorenzo. Solo hacemos una analogía con los argumentos que suele esgrimir el “mariscal de la derrota” para justificar su sinuosa trayectoria política.
El que fuera presidente de la República y titular de la Junta de Gobierno del Partido Colorado apenas obtuvo 68.228 votos, muy por debajo, repetimos, de “Felipito”, quien alcanzó la cifra de 90.949. Su antiguo compañero del Movimiento Tradicionalista Renovador (MTR) y actual enconado adversario José Alberto Alderete Rodríguez (Honor Colorado), a quien constantemente solía menoscabar tratando de ridiculizarlo con chabacanas burlas, golpeó el pico de 115.895 votos. Pero este terrorista depredador del erario, no aprende. Le desahucia tener que vivir de sus “ahorros”.
No aprende, decimos, porque ayer nomás declaró que “aquí el que tiene que empezar a articular un discurso de unidad, pero en serio, es Honor Colorado, no nosotros. La soberbia que pueda existir en Honor Colorado le puede llevar a grandes dificultades”. Y, con las espuelas dolientes clavadas en sus costados, acusó que “‘Santi’ Peña es un hombre polarizante en el partido y la sociedad paraguaya, de manera que tenemos que unir al partido, y para eso hay que hablar con sinceridad. Aquí nadie irá corriendo junto a nadie”. Y añadió en guaraní: “Aquí vamos a hablar de cómo se va a administrar el poder. Y bueno, no quieren hablar de eso, adelante, que vayan (solos). Si creen que van a estironearnos nomás están muy equivocados”. Claro, como el mensaje de Santiago Peña. Quiere sentarse a “negociar”. Probablemente impunidad por su paso destructor por Yacyretá y la “estabilidad laboral” de sus operadores políticos y parientes y recomendados de su familia política. Interés de contribuir para el desarrollo del país, no creo. Nunca tuvo más intereses que sus propios intereses.
En el caso de Nicanor Duarte Frutos ya nada debe asombrarnos. Ahora quiere que le convoque al que menospreciaba como “tembiguái de Cartes (Horacio)”, el hombre sin “autonomía” que pone su “inteligencia al servicio del mal”. No entiendo. ¿No era que “el oficialismo colorado no tiene ningún interés en el abrazo con el cartismo”? Al final, quiere seguir manoteando, no importa cómo, una parcela de poder para continuar disfrutando de la plata dulce. Y no tendrá pudor ni empacho para abrazarse con los jefes, según sus propias acusaciones, del “crimen organizado”.
Debería mostrar un poco de dignidad, aunque sea en la vejez. Carece, de yapa, de cualquier autoridad moral para criticarle a nadie. Porque utilizó Yacyretá como despensa privada para lucrar con víveres y comprar indulgencias. El domingo, nomás, la coordinadora general del Área Social, Noelia Núñez de Figueredo, fue echada del Colegio Nacional Defensores del Chaco de Mariano Roque Alonso, al grito de “fuera, fuera, fuera”. En estos momentos, abrazarse con Mario Abdo Benítez y Nicanor Duarte Frutos sería como recibir el beso de la muerte. Atarse a los escombros que pueden arrastrar a la derrota segura.
Los grandes perdedores del domingo fueron Mario Abdo Benítez, Nicanor Duarte Frutos y las cadenas mediáticas de los grupos de Natalia Zuccolillo y A.J. Vierci. Se derrumbó el mito de los que decían manejar la opinión ciudadana. Y de los que se creían propietarios, por “herencia de sangre”, de la Asociación Nacional Republicana. El humo distrae por algún tiempo, pero luego, irremediablemente, se disipa. La verdad siempre prevalece. De mi parte seguiré sentado en la puerta de mi casa. Mirando.
No aprende, decimos, porque ayer nomás declaró que “aquí el que tiene que empezar a articular un discurso de unidad, pero, en serio, es Honor Colorado, no nosotros”.
Los grandes perdedores del domingo fueron Mario Abdo Benítez, Nicanor Duarte Frutos y las cadenas mediáticas de los grupos de Natalia Zuccolillo y A.J. Vierci.