En la política, esa jungla donde podemos ver una fauna que hace prácticamente lo que sea para subsistir, ejemplares de todo tipo de pelajes desarrollan sus talentos. Algunos con mejor desempeño que otros. Y otros pues sencillamente hacen lo que les da la carrocería, no pueden más que eso porque no les da la talla.

El primer acto de corrupción de un funcionario público es aceptar un cargo para el que no está capacitado. Si hablamos de un candidato que está implícitamente vinculado a la génesis misma, es decir, al hecho de aceptar o decidir asumir una candidatura sobre la cual se sabe muy poco o directamente se desconocen sus funciones y alcances. Sin embargo, se puede ir aún más abajo, ya casi en las profundidades del centro de la Tierra. Ese peldaño está reservado para quienes cuyo único aporte es el hecho de succionar calcetines al que eventualmente detenta cierto poder. De profesión, oficialista.

Muchas veces se plantea que para ser político no es necesaria demasiada inteligencia y en alguna medida podría llegar a tener una dosis de razón, principalmente porque la política es un espejo de las sociedades. Sin embargo, si a las limitaciones intelectuales, falta de luces, escaso criterio y de un inexistente sentido de oportunidad y conveniencia le sumamos el único talento de chupar la media, estamos ante problemas casi insalvables. De aquellos que si salvan y llegan a ocupar algún cargo, serán una catástrofe. Y vaya que tenemos antecedentes en ese sentido en Paraguay.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Ahí podría encajar con comodidad el esposo de la candidata a vicepresidenta de la Concertación efrainista, Bruno Defelippe. En su (se espera) breve paso por la política, un mundo sobre el cual ignora demasiadas cosas, viene sumando una serie de declaraciones desafortunadas; además de pedir el cierre de medios, porque al señor no le gustan que le publiquen en contra y de quedar al descubierto la red de empresas y organizaciones no gubernamentales con las cuales factura millones de dólares. En compañía de su esposa, Soledad Nuñez, ayer sumó una nueva declaración donde hace gala de sus limitaciones. A horas de las elecciones, el señor Defelippe, ayer en una entrevista a un medio de comunicación, no tuvo mejor idea que desconocer a todos los sectores, movimientos y liderazgos del PLRA que no son efrainistas. Metió el ninguneo más grande de la historia, una tremenda e insultante tocada de oreja a sus propios aliados, todo en su desesperada y precaria intención de succionar los calcetines de Efraín Alegre.

“Si no existía un liderazgo como el de Efraín, hoy tendríamos a un PLRA arrodillado”, con esa frase remató Defelippe sus ansias de ayudar a la campaña de su esposa. Bruno, el inoportuno, no sabe muchas cosas. No sabe que el Partido Liberal Radical Auténtico tiene una historia riquísima, y que es mucho más que su actual presidente; no sabe que dentro hay vertientes distintas, diferentes corrientes de pensamiento, liderazgos nacionales, departamentales y distritales que tienen su propio peso y que están muy lejos de depender de Efraín. Es este último quien precisa de ellos. A todos ellos les habrá caído divinas las declaraciones de Bruno, quien una vez quedó expuesto como le gustaría que sea el Paraguay, sin libertad de expresión, de prensa, de opinión, con medios clausurados, con censura y persecución al que piensa distinto. Y como corresponde, con un único líder.

Pero existe otra posibilidad, no seamos tan duros. Tal vez el problema real sea de quienes le asignaron a Bruno (en esto tuvieron mucho que ver tanto su esposa como el propio Efraín) un lugar como candidato nada más y nada menos que al Senado de la Nación. Tal vez y solo tal vez, le hubiese ido mejor como asistente del departamento de recaudaciones de la Concertación. Por lo que se viene publicando, parece que los talentos de Bruno se desarrollan de mejor manera a la hora de juntar plata y no precisamente de dar un discurso o una entrevista en medios.

Bruno, el inoportuno, no sabe muchas cosas. No sabe que el Partido Liberal Radical Auténtico tiene una historia riquísima, y que es mucho más que su actual presidente; no sabe que dentro hay vertientes distintas.

Muchas veces se plantea que para ser político no es necesaria demasiada inteligencia y en alguna medida podría llegar a tener una dosis de razón, principalmente porque la política es un espejo de las sociedades.

Dejanos tu comentario